Cinco libros para recordar a Rosa Regàs
Una selección de obras fundamentales de la fallecida autora catalana.

Ayer por la tarde nos llegaba la noticia de que Rosa Regàs fallecía en su casa de la Costa Brava, escenario de alguna de sus obras. Traductora, editora (trabajó varios años en Seix Barral) y directora de la Biblioteca Nacional de 2004 a 2007, Regás fue también un ejemplo de intelectual de vocación pública e inquieta, combinando el reportaje periodístico con la novela, el ensayo y el relato. Fue, además, una de las pocas autoras españolas que conquistó los dos premios literarios más longevos, el Nadal y el Planeta, además del Biblioteca breve. Recordamos la figura de Regàs a través de cinco de sus mejores libros.
La Regàs novelista llegó a una edad tardía, pasados los 50 años de edad. En 1991 publicó su primera novela, Memorias de Almator, pero fue tres años más tarde, con Azul, cuando llegaría su consagración, Premio Nadal incluido. En ella, la autora planteaba una historia de amor con unos condicionantes que, en la época, se salían de los cánones: la relación entre una mujer casada y un hombre más joven que él. Fue un éxito de ventas y el espaldarazo para dedicarle más tiempo a la literatura.

Su siguiente novela también fue muy bien recibida por el público. Luna lunera, de tintes autobiográficos, relata el devenir de una familia durante la posguerra a través de sus recuerdos al reunirse para despedirse de un abuelo moribundo. Su obra novelística tiene en Música de cámara otro de sus títulos destacados. También marcada por la posguerra, narra de nuevo una historia de amor entre la hija de unos exiliados republicanos y un estudiante de derecho, con el opresivo marco de la dictadura de fondo.


Además de la Regàs novelista, también está la Regàs cuentista y la autora de ensayos y reportajes. De la primera vertiente, destacamos Pobre corazón, nueve historias que buscan una vez más en los vericuetos del amor, mirado desde la perspectiva de distintos personajes de diversas edades y experiencias. De la parte ensayística y memorialística, nos quedamos con un libro íntimo y muy personal. Diario de una abuela de verano es lo que promete su título, un recuento de las vivencia de Regàs junto a sus nietos, pero también una meditación sobre la vida y una ventana para los recuerdos de la propia vida.

