Colm Toíbín y los libros para leer todos los veranos de la vida
El autor irlandes recupera en 'Long Island' a la protagonista de su celebrada 'Brooklyn'.

Hay escritores a los que un libro en concreto les cambia la vida. En el caso del irlandés Colm Toíbín, ese libro fue Brooklyn, el relato de la inmigración desde su país de origen a EE UU en la década de los 50 que le valió fama internacional y una adaptación al cine. Toíbín, novelista sutil y poco dado a las concesiones al público, publica ahora Long Island, en el que retoma a Eilis Lacey, esa compatriota que viaja en busca de una vida mejor, ahora convertida en una mujer casada de clase media que, de repente, se enfrenta a una noticia que da un vuelco a su vida. Hablamos con Toíbín de esta novela, y también de La mirada cautiva, un libro que recopila ensayos sobre arte escritos a lo largo de 20 años. Además nos habla de los libros que lee todos los veranos.
Video: entrevista y libros recomendados de Colm Toíbín

Explica Colm Toíbín que no tenía ninguna intención de volver a escribir sobre Eilis, era una historia cerrada que no veía necesidad de continuar, hasta que una imagen se cruzó en su mente.”Han pasado más de 20 años desde Brooklyn, la novela, y en ese tiempo no pasa nada excepto que ella se va a los suburbios, tiene dos bebés y está razonablemente feliz.

Para mí, eso no es suficiente para una novela. Necesito drama, algo”, apunta. “Pero me pasó algo extraño, fue repentino y era una imagen más que una idea. Una sola cosa: ella abre la puerta y hay un hombre allí”.
Migración y feminismo
Así, Long Island comienza con una noticia: un vecino llama a la puerta de Eilis para explicarle que su marido ha dejado embarazada a su mujer y que él no piensa hacerse cargo de ese bebé. De esa forma, Toíbín desencadena el drama que buscaba, que llevará a Eilis a replantearse su vida, con un viaje a su pueblo natal de por medio, con la excusa de cuidar a su madre. “Después empecé a preocuparme. ¿Esto es una secuela? ¿Y cómo se construye una novela a partir de ese principio?”, admite el escritor. “La respuesta es que se construye una novela de una manera muy particular, trabajando con lo que ha desaparecido, más o menos, de la mayoría de las novelas: una trama”.
Así, Toíbín relata otro despertar a la vida, este en la mediana edad y en un contexto diferente. “Estaba tratando de transmitir la idea de que alguien es casi feminista, se está moviendo en paralelo al movimiento feminista en un suburbio”, explica. “Y no está leyendo a Betty Friedan, ni a Simone de Beauvoir, simplemente está experimentando”. Al mismo tiempo, subyace la sensación de extrañeza de quien ha abandonado su país. “Ya sabes, siempre tienes la idea de que hubo un verano cuando tenías 19 años y, si pudieras, no volvería a ese verano, pero sí a vivir una noche, una sola noche. Estoy hablando de esa idea de hogar, de lo que significa hogar”.
Escribir sobre arte
Coincidiendo con Long Island, también llega a las librerías el volumen La mirada cautiva, una recopilación de artículos sobre otra de las pasiones de Toíbín: la pintura. Un mundo con el que el autor irlandés se cruzó en su juventud en Barcelona. “En mi infancia, no había arte. Donde vivía no había ninguna galería, ni tenía una asignatura de arte. La experiencia de
Entonces todo eso. No estaba allí en la infancia porque no había galería. No había ningún profesor de arte ni ninguna asignatura de arte. La experiencia de Barcelona fue interesante porque, de repente, quedé fascinado por una serie de pinturas y pintores. Conocí a varios de ellos cuando tenía unos 20 años, y fue de manera social. Era divertido estar con ellos, más divertido que estar con profesores. Eran buenos bebedores y tenían buena conversación”, recuerda.
De esa forma, casi por casualidad, Toíbín fue desarrollando un interés por el arte. “Te lleva mucho tiempo saber si estás mirando algo porque deberías mirar, o si estás mirando algo porque realmente necesitas mirarlo. “Así se desarrolla lentamente lo que se llama el gusto. Pero para mí fue un proceso muy lento y gradual. Y comenzó por pura ignorancia, puro no saber”.
Colm Toíbín y los libros para leer todos los veranos de la vida
-
Hay dos libros de Juan Goytisolo. Uno se llama Coto Vedado, y el otro se llama, en inglés, El jinete ciego. Es una novela corta escrita hacia el final de su vida. Me encanta su imaginación y su estilo sin concesiones, de vulnerabilidad y valentía. Intento leer ambos libros cada verano de nuevo.
-
La otra es Jane Austen, especialmente las novelas Persuasión, Orgullo y prejuicio y Mansfield Park. Esos tres libros tal vez sean mis favoritos de Jane Austen. He aprendido mucho de ella.