Diez novelas de menos de 200 páginas que enganchan desde el comienzo
Novelas que puedes leer de corrido en tan sólo un día
Lo bueno no siempre es dos veces bueno si es breve, al menos en lo literario. Sin embargo, hay libros que consiguen mucho con pocas páginas. Hoy seleccionamos novelas recientes que no superan las 200 páginas y que hacen que nos enganchemos de principio a fin a su lectura.
Novelas para leer en una tarde
Una mujer de éxito de raza negra en la Inglaterra actual repasa su vida y, con ella, las grietas de la sociedad actual, pese a que ella ha prosperado en la vida. Ese es el arranque de Reunión, de Natasha Brown. Dos personajes de Diario del asco protagonizan la nueva novela de Isabel Bono, Los secundarios. Un hombre y una mujer, anteriormente cuñados, que descubren ser vecinos y que tienen en común haber estado siempre a la sombra de otros. Por su parte, Tamara Tenembaun cuenta en Todas nuestras maldiciones se cumplieron retazos de una vida, de una formación y de abrirse al mundo en una familia tradicional judía en Argentina.
Una madre y un hijo que tratan de sobrevivir a una catástrofe que ha dejado el mundo a ciegas es el impactante argumento que propone Manon Steffan Ros en El libro azul de Nebo. Los vínculos entre madres e hijos también marcan Los seres queridos, de Berta Dávila. Y encontrar los propios orígenes está en el centro de Un hijo extranjero, de Eduardo Berti, sobre el hallazgo de quién es el verdadero padre y todo lo que ha ocultado de su historia.
<br>Es el último libro que he leído. No conocía a la autora y me ha encantado. En un momento en el que tenemos muchas novelas sobre la maternidad, en el que se puede llevar a una cierta repetición, esta novela presenta una experiencia de la maternidad que yo nunca había leído. Lo recomiendo muchísimo. Ojalá sea un libro que se lea más allá de la gente que busca leer sobre este tema porque es una experiencia universal.<br>
Novelas con pocas páginas pero narraciones poderosas
Una novela negra atípica, situada en Benidorm y con una policía nada ortodoxa es la propuesta de Esther García Llovet en Spanish Beauty. Por su parte, Ricardo Menéndez Salmón nos plantea en Horda una distopía crìtica con nuestra sociedad actual, en un mundo en el que la imagen ha proscrito a la palabra.
Cómo seguir viviendo con el recuerdo de los seres queridos que ya no están: ese es el tema principal de Vivir con nuestros muertos, de Delphine Horvilleur. Para terminar, una recuperación de un autor básico, Sandor Marai, El matarife, su primera novela, reflexiona sobre cómo la violencia nos afecta hasta el punto de perder nuestra humanidad.