Isabel Coixet sobre adaptar ‘Un amor’ de Sara Mesa y sus libros favoritos recientes
Hablamos con la cineasta de su amor por la obra de Sara Mesa, de personajes que andan a la deriva y de sus últimas lecturas.

El 10 de noviembre llega a los cines Un amor, la adaptación cinematográfica de Isabel Coixet de la novela de Sara Mesa. Es no solo la primera vez que la obra de la escritora sevillana se lleva a la pantalla, sino también la película basada en una de las novelas en español más aclamadas de los últimos tiempos. En el marco del Festival Eñe, hablamos con la cineasta sobre personajes a la deriva, traducir las palabras en imágenes y, además, nos recomendó sus libros favoritos recientes.

Isabel Coixet leyó Un amor como seguidora desde hace tiempo de la obra de Sara Mesa, pero no buscaba un texto que adaptar al cine. “A mí me han gustado siempre mucho los libros de Sara Mesa, me gustan todos por diferentes motivos”, explica. “Me parece que tiene siempre un punto de vista de una coherencia y una originalidad con cero florituras. Me gusta muchísimo lo que hace, pero yo no buscaba una película. Yo cuando leo, leo. Tengo 63 años, aprendí a leer a los cuatro y desde entonces no he parado. Yo soy lectora antes que espectadora. Pero en este caso es verdad que la segunda vez que lo leí, porque la primera fue como un puñetazo, sí que vi una película. Además, y esto es muy difícil de explicar, la vi con las caras de los actores que luego han estado en la película”, añade.
"Yo no me coloco ninguna atalaya moral para juzgar a un personaje"
Parte de esa revelación se debe a la identificación con Nat, esa traductora que se traslada a un pueblo perdido y que acaba manteniendo una relación con uno de sus habitantes que parece no tener una lógica sentimental. “Yo me identifico con Nat totalmente y para mí no es es ambigua”, asegura Coixet de un personaje que ha generado tantas adhesiones como incomprensión entre los lectores de Un amor. “Yo no me coloco ninguna atalaya moral para juzgar a un personaje. Hay personas, hombres y mujeres, que se sienten allí, que se sienten en ese pueblo y que están con ella, en esa aventura. Y otras que no. No hay que olvidar que ella está en ese pueblo porque no puede pagar otra cosa. Esta cosa entre superioridad moral y estupidez no la puedo soportar. Yo prefiero que alguien me diga que no le ha gustado, pero estas justificaciones que tienen que ver con cómo tú te colocas en un lugar por encima de las cosas me aburren mucho”.

Novela que hace de la sobriedad su estilo, Un amor ha sido también una obra que ha exigido una adaptación diferente. “En todas mis películas hay voz en off a cascoporro, pero esta vez me he obligado a contar esta historia con imágenes, con sonidos, con sensaciones, con silencios”, explica Coixet. “Y yo creo que, en ese sentido, todo eso está muy currado para contar lo que le pasa a ella en la cabeza. Creo que quizá en la película hay algunas cosas ambiguas que en el libro están más definidas. Sé también que ahora van a adaptar más libros de Sara. A ver si lo hacen tan bien como yo”, añade.
"Me gustan las ambigüedades morales y éticas que tiene el personaje"
En Un amor, la película, Laia Costa y Hovik Keuchkerian dan vida a los personajes principales, en una filme que Coixet ha explicado que es una exploración en el deseo femenino. “En la película tenemos que enseñar cosas, por ejemplo toda la parte sexual”, aclara. “Tenemos que explicar todas las razones por las que Nat empieza esta obsesión con ese hombre que, a priori, no parece que reúna las condiciones para gustarle. Es más, es alguien que le ha propuesto una transacción que, por muy fría que quiere que sea, al final no lo es. A mí lo que me gusta son todas las ambigüedades morales y éticas que tiene el personaje respecto a su propia conducta, respecto a cómo también ella ha colocado le ha colocado en el papel del bruto salvaje, pero que tiene más capas. Es verdad que el sexo ocupa un lugar importante en la película, y pienso que las escenas que las escenas de sexo que hemos rodado explican bastante el cuelgue de ella”.
Personajes a la deriva
Nat, la protagonista de Un amor, parece un personaje a la deriva, que busca algo que no sabe qué es. Una característica que comparten muchos de los personajes de las películas de Coixet. “¿Pero quién no va a la deriva?”, se pregunta ella. “Es que yo no conozco a nadie que no lo esté. El fin de semana pasado estuve cenando con Mónica Bellucci en Roma. Yo pensaba: ‘Claro, la gente ve a Mónica Bellucci y piensa que esta es una mujer que está bien en su piel’. Pues no, ni siquiera una de las mujeres consideradas más bellas del mundo está bien en su piel. Creo que ir a la deriva es mucho más interesante que saber a dónde se va y tenerlo todo muy claro”.
La llegada de Nat a ese pueblo, explica la directora, es un tema que siempre le ha interesado. “Ahí hay algo de una estructura clásica, la persona que va a una comunidad distinta”, cuenta. “Yo he hecho otra película, La librería, que es un poco esta historia también, con otro punto de vista y en otra cultura. Reconozco que las historias de la llegada de un personaje externo a una comunidad es algo que me gusta mucho y con lo que me identifico”.
Isabel Coixet y sus libros favoritos recientes
-
Un libro que me ha gustado mucho es Doppelganger. Es un libro de Naomi Klein que habla de esta confusión que hay con ella y con Naomi Wolf. Es un ensayo sobre las fake news, sobre por qué de repente la conspiranoia crece y sus adeptos crecen.
-
Me ha gustado mucho Intimidades, de Katie Kitamura, Me ha gustado porque además tiene que ver con Un amor. De hecho, la protagonista es una traductora, una traductora que traduce en el Tribunal de La Haya.
-
Me han gustado mucho dos libros de Mieko Kawakami, una escritora japonesa. He estado a punto no de comprar los derechos de la novela, pero sí de comprar los derechos de una escena de esa novela que es un cortometraje perfecto, y no lo descarto. He leído otro que ha escrito, All the lovers in the night, y me gusta esta tradición de autoras japonesas con protagonistas tristes y a la deriva.
-
No sé, tengo una adhesión a este volumen de En busca del tiempo perdido, porque me parece que tiene fragmentos que ríete de James Joyce. Creo que, por un lado, es entre Zola y Don DeLillo, tiene cosas que siempre me sorprenden.