Libros que buscan la belleza en el mundo, recomendados por Inma Pelegrín
hablamos con la autora de 'Fosca', ganadora del premio Lumen de novela 2025.
Tras una larga trayectoria en la poesía, con su primera novela Inma Pelegrín se ha alzado con el último premio Lumen de novela con Fosca. Una historia dura contada con aliento poético que transcurre en la Murcia rural, y que tiene en Gabi, un niño con una condición que le impide reconocer los rostros de las personas, como protagonista. Como telón de fondo, un crimen y la pérdida de la inocencia. Hablamos con su autora sobre esta obra que, según el fallo del jurado, “se lee con los sentidos y el corazón”, y nos recomienda libros que buscan la belleza en el mundo.
Video: entrevista y libros recomendados de Inma Pelegrín
“A veces no somos nosotros quienes buscamos las historias, sino que ellas nos encuentran a nosotros”, cuenta Inma Pelegrín por el motivo de debutar en la narrativa tras una vida dedicada a la poesía. “Fosca me buscó a mí y encontró la forma en que quería ser contada. No podría haber transmitido lo que vive este niño, su perra y su familia a través de un poema. Necesitaba más palabras, un relato completo. Aunque siempre me han dicho que mi poesía es muy narrativa, en este caso un poemario no habría sido suficiente. Así que seguí el impulso de una historia que un día llegó a mí, creó una serie de casualidades en mi vida y, finalmente, se materializó”.
En cualquier caso, Fosca tiene un estilo narrativo evocador, que muestra la dureza del entorno en el que transcurre la novela de manera que provoca sensaciones vívidas. “Supongo que la prosa y la poesía se han mezclado de forma natural”, asume Pelegrín. “Me gusta que, al leer, se puedan notar las texturas y lo que siente el personaje, que la lectura sea una experiencia emotiva, no solo racional”. También, en el habla de sus personajes. “Quería preservar también ciertas palabras que usamos a diario en el sureste de España, para no perder ese patrimonio cultural”, cuenta. “Son términos que aparecen en el diccionario, pero que en otros lugares no se utilizan. Me parecen preciosas; son las palabras de mis abuelos. El título, Fosca, por ejemplo, es una palabra que se usa aquí con un significado muy concreto. Cuando le digo a alguien cómo se llama la novela, muchos me comentan:’"¡Ah, eso lo decía mi abuelo!".
Una condición compartida
La prosopagnosia, esa condición que marca la trama de la novela, es además algo con lo que convive Inma Pelegrín. “Al igual que las personas con daltonismo no distinguen bien los colores, quienes tenemos prosopagnosia tenemos grandes dificultades para identificar caras”, explica. “Nos guiamos por el pelo, la ropa, el lugar o los movimientos, pero los rasgos faciales nos cuestan horrores. A menos que haya visto a una persona muchísimas veces, no soy capaz de reconocerla. Para mí, la gente se resume en una ceja partida o unas gafas; si se las quitan o se cambian de peinado, me pierdo. Casi siempre tengo la sensación de estar hablando con extraños”.
Pelegrín quiso que su protagonista, Gabi, compartiese esta característica. “Quería hablar de ello porque a veces es difícil que te entiendan cuando dices: ‘No te reconozco’. También me servía para la trama: Gabriel, el protagonista, es testigo de un hecho cruel cometido por alguien de su familia, pero no puede identificar quién fue. A lo largo del libro intenta descubrirlo, como un detective atípico que lo tiene todo en su contra: ¿cómo va a saber quién es si no distingue su cara? Aunque la ha visto, intenta recordar y apoyarse en las estrategias que ha usado toda su vida para dar con el responsable”.
Antinovela de iniciación
Fosca fue definida así, antinovela de iniciación, por el jurado del premio Lumen, una manera de explicar que estamos ante un libro con un personaje que se aferra a su inocencia pese a que las circunstancias se lo ponen difícil. “Creo que al mundo le iría mucho mejor si fuéramos un poco más inocentes. Es un valor que a menudo pasamos por alto, pero sería muy deseable, más en los tiempos que corren”, apunta Pelegrín. “Como la vida no es solo oscuridad o luz, sino casi siempre grises con matices, me gusta que las historias reflejen esa complejidad. Somos contradictorios, capaces de lo mejor y de lo peor. Prefiero las novelas que no señalan dónde está el bien o el mal, sino que exponen una realidad y dejan que el lector piense lo que quiera. Me encanta que la hayan llamado fábula, pero he querido evitar la moraleja; solo contar lo que pasó, quién era cada personaje y por qué es como es. Que cada quien, al leer, sienta e interprete a su manera”.
Una vez que Fosca se ha alzado con un premio como el Lumen, es inevitable preguntarle a Pelegrín por sus planes con la narrativa. “Me gustaría escribir otra novela y otro poemario, pero no sé en qué orden ni cómo”, afirma. “Como he dicho, las historias nos buscan, así que no sé con qué me voy a encontrar. No soy de planificar; hay escritores de brújula y de mapa, y yo soy totalmente de brújula. Normalmente no sé lo que va a pasar cuando empiezo a escribir; lo voy descubriendo sobre la marcha. Creo que esa sensación se transmite al lector, que va descubriendo la historia al mismo tiempo que yo la fui encontrando. Me parece un proceso más fresco y dinámico. En la vida suelo funcionar así: voy con lo que surja, porque a menudo los planes no sirven de nada. Ya te contaré cuando encuentre lo siguiente”, concluye.
Libros recomendados de Inma Pelegrín
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Me encanta el universo que crea, toda esa genealogía de reyes, lo divertidas que son las historias de las princesas y su carácter imperfecto. Cuando lo terminé, sentí una pena enorme; tenía la envidia sana de quien desearía haber escrito algo así.
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Es súper divertido y tiene un final que te deja patidifuso. Avanzas durante todo el libro, lo tienes delante y no eres capaz de verlo hasta que llegas a la última página.
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Este libro de poesía me pareció tan hermoso que estuve dos años sin escribir verso. Cualquier cosa que intentaba me parecía una castaña en comparación. Hasta que no logré procesar que Joan Margarit es único, no pude retomar la escritura.
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Un poemario medido y fantástico que habla de la empatía, de ponerse en el lugar del otro y del mundo actual sin disfraces. Es emotivo y profundo. Lo tengo en la mesilla y lo leo poco a poco, porque cada poema necesita su tiempo para ser asimilado. Me parece hermosísimo.
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