Libros clásicos y modernos para echarse a la mar con ganas de aventura

Habrá quien piense que no hay aventura marina que valga si por el relato no navegan bucaneros, filibusteros y corsarios. Buena parte de culpa la tienen autores italianos como Emilio Salgari (Los tigres de Malasia) o Rafael Sabatini (El capitán Blood) o la pluma británica de los Walter Scott (El pirata), Richard Hugues (Huracán en Jamaica) y, claro está, Robert Louis Stevenson (La isla del tesoro). Otros dirán que no hacen falta piratas para vivir peligros mar adentro, que para eso ya están los animales acuáticos, bien con la forma de la ballena blanca que imaginó Herman Melville (Moby Dick), bien con el pez más temible del cine gracias a la novela de Peter Benchley (Tiburón), la música amenazante de John Williams y la habilidad de Steven Spielberg para provocarnos más terror cuanto menos plano cede al escualo.
En realidad, cualquiera que se haya sumergido en los Océanos sin ley de Ian Urbina debería tener bien claro que no necesitamos malhechores con parche en el ojo ni monstruos marinos para experimentar los riesgos, tremendos y reales, de echarse a la mar en la época actual. De hecho, no hay que dejar muy atrás la orilla para ingresar en un espacio en el que la ley brilla por su ausencia y el paisanaje incluye traficantes, contrabandistas, ladrones de barcos hundidos, ecologistas, activistas, gente esclavizada y polizones a la deriva que se lo juega todo, que suele ser casi nada, por una vida mejor.
Un universo éste con héroes y piratas modernos que la novelista Paula Farias conoce –nunca mejor dicho- la mar de bien y que ha recreado en Piel de deriva, una obra que habla de esas aventuras en el Mediterráneo que uno nunca querría correr y que duele leer en la prensa: la constancia de miserables que hacen cálculos con la miseria de los más desesperados. “Un grupo dispar, hombres y mujeres, niños, mirando nerviosos cómo les aparejaban las barcas, sin tener la certeza de si finalmente los embarcarían a todos. Porque para algunos no era la primera vez y ya sabían que no todos los que esperaban en la arena acabarían teniendo su sitio. Solía ser así. Los tipos brutales llevaban un grupo grande a la playa y los iban subiendo poco a poco hasta que el buen sentido de alguno decidía parar y no subir a nadie más. Que una cosa era jugar al límite y sobrecargar los botes y otra que estos no consiguieran pasar de la rompiente, pues entonces tocaría volver a empezar, y eso era no solo tiempo, también dinero”.
Archipiélago es otra novela escrita por una mujer que ha navegado antes de ponerse frente al folio en blanco para contar, sabiendo de lo que habla, una aventura marina, en este caso con hechuras clásicas y poco miedo a superar de largo el medio millar de páginas. Nina Melero, lectora confesa del Joseph Conrad de Lord Jim y el Jack London de los Cuentos de los mares del sur, nos traslada con mano maestra a un escenario más exótico, el sudeste asiático, para que sigamos la pista de una traductora en Singapur que establece relación con un par de buscavidas perseguidos por el robo de un pecio del siglo IX que podría ser la única prueba física de la existencia de la Ruta de la Seda Marítima. Una situación que recuerda ligeramente al argumento basado en hechos reales de El tesoro del Cisne Negro, penúltima novela gráfica de Paco Roca, con la colaboración del diplomático Guillermo Corral. A los personajes habituales en este tipo de relatos hay que sumar a funcionaros y políticos poderosos que saben moverse en las aguas de las relaciones internacionales.

Aventura muy distinta, pero aventura de mar al fin y al cabo, es la que propone la Buena mar de Antonio Lucas. Mauro, un periodista como el propio Lucas, atraviesa una etapa crítica y decide huir de un inminente naufragio vital zarpando a bordo de un arrastrero gallego de esos que a veces naufragan como le pasó este pasado verano al buque pesquero ‘Piedras’ en las temibles aguas del caladero Gran Sol. A ese mismo punto, al oeste de las islas británicas, se dirige el protagonista de la novela, sin experiencia marinera alguna, con la excusa de escribir un reportaje, tratando de integrarse en la decena de tripulantes ajenos por completo a su mundo y enganchados al mar como a una droga, “inquilinos de un enigma legendario” porque “ninguna vida goza de una explicación completa, rotunda, pero las del mar, menos aún”. Una de esas aventuras que transforman, como nos adelanta en las primeras líneas del libro: “Me preparé para un viaje que en nada se parece a nada, que elegí no compartir con nadie, que nunca más repetiré. Y volteó mi vida”.


Una aventura gráfica basada en hechos reales. Las pesquisas y gestiones llevadas a cabo por funcionarios del Estado español para recuperar los tesoros de la hundida fragata Mercedes y evitar su expolio por esos nuevos piratas que surcan los mares, esta vez bajo la apariencia de compañías privadas. A muchos lectores les traerá a la memoria las historietas de Tintín. A todos, un intenso aroma a salitre, brea y mar.
De las vidas anónimas de los marineros de Buena mar a las de los dos marinos exploradores más célebres de la historia y más recordados este 2022, en que hemos celebrado el quinto centenario de la primera vuelta al mundo que lideró Fernando de Magallanes y culminó Juan Sebastián Elcano. Una expedición que iniciaron 250 valientes hambrientos de aventura, gloria o fortuna y que solo pudieron concluir 18, entre ellos un muchacho, más niño que joven, que respondía al nombre de Juan de Santander, Juanillo. Él es el verdadero protagonista de El beso de los océanos, novela cuyo telón de fondo son los enfrentamientos entre Castilla y Portugal por dominar las rutas comerciales de las especias pero que no deja de ser, sobre todo, una fabulosa historia de iniciación y descubrimientos.
Entre tanta novedad con olor a agua salada, los aficionados no habrán pasado por alto algunas reediciones recientes como El enigma de las arenas, que ya solo el título, como dice Arturo Pérez Reverte en el prólogo, “sugiere mar y aventura”. Normal que sedujera e influyera tanto al autor de un libro como La carta esférica. Es la historia de dos amigos que navegan por los mares del norte en un velero en vísperas de la primera guerra mundial combinando amor, guerra y espionaje. ¿Quién da más?

El enigma de las arenas
Robert Erskine Childers
Editora y Distribuidora Hispano Americana, S.A.