Libros imprescindibles para leer antes de cumplir los 20

Las primeras lecturas de nuestra vida son las que nos marcan. Hay determinados libros que, a una edad temprana, nos cambian como lectores. Hoy nos fijamos en una serie de libros que, clásicos aparte, pueden generar ese efecto en los jóvenes amantes de la literatura: libros para leer antes de llegar a la frontera de los 20 años.
Hay historias que nos tocan por lo que tienen de iniciático, por la manera en la que reflejan el crecimiento de sus personajes. Es el caso de Llámame por tu nombre, de André Aciman, el descubrimiento del amor y sus sinsabores, o de La campana de cristal, la novela llena de dolor de Sylvia Plath sobre el paso a la madurez en la gran ciudad.

Siento que este libro se ha vuelto cliché, disculpa que lo tengo que mencionar primero. Yo lo leí en el 2018 y me lo regaló una persona. Por cierto, que yo creo que estaba enamorada de mí, quería como que yo sintiera cosas también, pero hay algo que me fascina, es libre, no solamente la historia entre los dos personajes, sino al final cuando se termina, hablan sobre los lugares fantasmas. Yo siempre he dicho que una persona que se va de tu vida se vuelve como un fantasma, porque el recuerdo queda en tu en tu mente y tu cada vez que sales algún lugar donde estuviste con esta persona, vuelves a pensar en ella o en él y vuelves a sentir esas cosas. Me vuelve emocional ese concepto de lugares fantasmas del que habla este libro y simplemente la historia que desarrolla para mí es muy bonita.

El dramatismo en la adolescencia es una sensación que se experimenta de manera poderosa, y que establece quién somos emocionalmente. Novelas como Nunca me abandones, de Kazuo Ishiguro, han explorado esas áreas de etapas cruciales en la vida, pero también desde otras perspectivas como la de la raza y la clase, como Zadie Smith en Dientes blancos.

Una de las novelas que más me ha gustado en los últimos veinte años. Casi no se puede decir nada de la trama sin estropearla. Hay que empezar a leer y dejarse sorprender por un mundo que parece el de todos los días y poco a poco va mostrando una cara oculta y muy, muy oscura. Para reflexionar sobre cuestiones básicas de la existencia humana.

La literatura iberoamericana ha dado grandes obras de iniciación recientemente, reflejando realidades y contextos diversos. La violencia y la desigualdad rodean a los adolescentes de Fernanda Melchor en Páradais, mientras que el terror y la historia de argentina son los motores de Nuestra parte de noche, de Mariana Enríquez, y lo que mueve la historia de su protagonista, desde la infancia a la adolescencia.

Fernanda Melchor es una escritora mexicana que está haciendo cosas espectaculares. Ésta es una historia que trata de un crimen: dos hombres que habitan un conjunto residencial de clase alta en Veracruz, uno de ellos es el que cuida el residencial y el otro un habitante, ambos jóvenes, planean el crimen.

Una novela llamada a convertirse en un clásico escrita por una de las autoras más fascinantes de nuestra lengua. Mariana Enriquez, además de ser perturbadora, es un berbiquí en busca de la inquietante verdad de las cosas. Si en estas fechas tan señaladas usted se la pierde, quizás su familia empiece a evitarle. No se arriesgue…
El hastío, por último, ante la llegada de la madurez es un tema recurrente en lo literario. Eso se comprueba en Mi año de descanso y relajación, de Otessa Mossfegh, y en alguno de los relatos de Paulina Flores en Qué vergüenza, las recomendaciones que cierran esta lista para leer antes de llegar a los 20 años.

No es este libro precisamente un manual de autoayuda para alcanzar el nirvana. Es una novela ácida, amarga, triste y divertida sobre una mujer que intenta sobrevivir a una depresión profunda con toda clase de ansiolíticos, con la vana esperanza de que, cuando haya dormido suficiente, el dolor inmenso que la invade habrá pasado. Un retrato de una cierta generación que no sabe lidiar con la tristeza y el vacío existencial sino es con películas de Whoopi Goldberg y toneladas de química.

Pequeños disparos narrativos que prueban que el mundo casi nunca es lo que creemos.