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Libros para conocer a uno de los grandes novelistas del XIX, José María de Pereda

Hablamos con el profesor Jaime Olmedo sobre 'Las cosas de la vida', recuperación de cartas de José María de Pereda a Manuel Marañón

Jaime Olmedo.
Jaime Olmedo.
Librotea España /

Un feliz hallazgo. Solo así se puede calificar la recuperación de la correspondencia que José María Pereda, uno de los grandes novelistas españoles del siglo XIX, remitió durante más de 20 años a Manuel Marañón, padre del médico Gregorio Marañón. Estas cartas ahora aparecen recopiladas en Las cosas de la vida Las cosas de la vida, dentro de la colección Obra Fundamental de la Fundación Santander. un volumen que pone en contexto a su figura, y también la del oficio de escritor en aquella época. Jaime Olmedo, profesor universitario y miembro de la Real Academia de Historia, ha sido el encargado de preparar y prologar este volumen, y con él nos adentramos en una amistad a distancia.

Las cosas de la vida

Las cosas de la vida

José María Pereda
Fundación Santander


Jaime Olmedo: entrevista y libros recomendados
Jaime Olmedo

Este conjunto de Cartas, explica Olmedo, había permanecido perdido durante años. “Fue en el cigarral de menores, que compró Gregorio Marañón, el gran médico hijo de Manuel Marañón, destinatario de las cartas, donde aparece este mazo de cartas. Es en el proceso de lectura, transcripción y estudio cuando nos damos cuenta de que es un conjunto de cartas que tiene una serie de valores. El primer valor es que es el mayor conjunto de cartas enviado por Pereda a un destinatario. Manuel Marañón es la persona a las que más cartas envía Pereda en vida. Pero además descubrimos que tenía un valor adicional y es que es un conjunto pleno. Las cartas abarcan desde la primera novela de Pereda hasta su ingreso en la Real Academia Española. Son 20 años, desde el año 1877 hasta el año 1897, que cubren por completo el arco de producción literaria de un escritor”.

Historia de una amistad

En estas dos décadas de correspondencia, Las cosas de la vida es, primero, la historia de una amistad. “Es una amistad que tiene un primer vínculo en la tierra, en esa tierruca de la que habla Pereda en sus novelas”, cuenta Olmedo. “Es una amistad vivida en la distancia. Pereda en Santander la mayor parte de su vida, aunque con alguna etapa más breve en Madrid y Marañón aquí en la corte, en la capital. Era un jurista, una persona vinculada con el mundo de la política, de la cultura, que según una acuñación de Clarín era el cónsul de Polanco en la capital, porque se ocupaba en Madrid de la gestión de numerosos asuntos de sus paisanos, especialmente de Pereda. Es una amistad vivida en la distancia geográfica, pero también en la distancia biológica, son dos personas entre las que media una gran cantidad de años, más de una veintena entre los dos, pero que tienen una conexión muy profunda, muy íntima. En ese proceso de cartas vemos cómo esa amistad entre los dos hombres se amplía a las dos familias. Marañón va casándose, va teniendo hijos, y Pereda es testigo de ese crecimiento vital y familiar, y esa amistad inicialmente entre ellos dos se amplía a las dos familias”.

Las cosas de la vida. Cartas de José María de Pereda a Manuel Marañón

Las cosas de la vida. Cartas de José María de Pereda a Manuel Marañón

José María de Pereda y Sánchez de Porrúa
Fundación Banco Santander

Pero Las cosas de la vida, del que también se pueden escuchar varios extractos en audio, nos sirve también para adentrarnos en el oficio del escritor de esa época. “Es verdad que la idea de escritor que traslucen las cartas es una idea muy distinta a la que podemos tener hoy en día, porque Pereda se ocupa del proceso creativo en todo su conjunto”, apunta Olmedo. “Es decir, desde la idea inicial de una novela hasta la repercusión en prensa que pueda tener una vez ya publicada. En todo ese proceso, Pereda está atento y, sobre todo, interviniendo en cada uno de los pasos. Pereda compra el papel, decide el tipo de papel, el gramaje, el número de resmas, elige la tipografía, diseña las cubiertas, calcula cuándo han de empezar a salir las primeras noticias en prensa para generar una expectativa, decide el precio de las obras en Madrid y en provincias… Para toda esa labor, Marañón es clave, porque Pereda le pide que lleve a tal o cual redacción o que haga llegar a tal o cual crítico literario un ejemplar dedicado por Pereda, porque Pereda lo que quiere es triunfar en Madrid”.

También nos muestra a un Pereda ambicioso, en busca del reconocimiento literario. “No le vale el juicio positivo de sus amigos porque lo da por descontado. Tampoco le colma la acogida entre sus paisanos porque los tiene cerca, él lo que quiere es triunfar en Madrid, que la prensa de Madrid lo reconozca, y siendo un autor como lo fue, muy muy vendido, él muchas veces se desespera porque la prensa o no se hace tanto eco como él piensa, o cuando lo hace no lo hace en el tono que él esperaría que lo hiciera. De manera que para toda esa labor, que no se limita solamente al proceso creativo, sino a un proceso de comunicación, de difusión, de marketing diríamos hoy, Manuel Marañón es una persona que está entregada para la obra de Pereda”.

Redescubrir a un clásico

El autor de Sotileza o Peñas arriba es, sin embargo, no tan conocido hoy en día como otros nombres de su época. “Cuando ponemos la cabeza en la novela realista española del XIX, Pereda junto a Valera, a Galdós, a Clarín, lógicamente, Pardo Bazán, son los nombres que afloran. Pero no es hoy en día uno de los autores más leídos. Sin embargo la obra de Pereda, hay algunas novelas de verdadera altura, está al nivel de los grandes narradores del siglo XIX. Se le ha etiquetado de forma a veces muy reduccionista como un novelista regionalista. No solo es eso, aunque es verdad que la zona de Santander, la montaña, tiene un espacio protagonista en su obra. Pero más allá de esas coordenadas espaciotemporales que lo podrían circunscribir a un ámbito muy concreto, la novelística de Pereda es igualmente universal porque los temas que se tratan en ella son temas que trascienden esas coordenadas. En ese sentido, Pereda es un autor que tiene actualidad porque su obra sigue viva, ha envejecido bien su narrativa y sirve para completar el friso de la narrativa completa española en la segunda mitad del siglo XIX”.

Libros para conocer a José María de Pereda

  • Peñas arriba

    Peñas arriba

    José Maria de Pereda

    Ediciones Cátedra

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    La mejor manera de conocer a un escritor, lógicamente, es su obra, lo que Steiner llamaría esas fuentes primarias, pero muchas veces, aparte de leer la obra de un escritor, es muy bueno, yo creo, hacerse acompañar en ese conocimiento, en esa profundización, de alguna obra secundaria. En este caso, es decir, alguna biografía de Pereda, yo recomendaría la de Benito Madariaga de la Campa, que ya ha fallecido hace pocos años, ha sido el gran especialista en Pereda, porque no solamente habla de Pereda, él también tiene obras sobre el Santander de Pereda, todo a esa época de una ciudad que atrajo a personajes como Galdós, que procedía de Canarias, nada menos, y que se residenció allí durante largas temporadas del año, personajes como Menéndez Pelayo, que aparece también en el epistolario, personaje muy joven en comparación con Pereda, y que ya es considerado en esos momentos como un prodigio, como un joven de unas capacidades y una erudición fuera de lo común.

  • La fontana de oro

    La fontana de oro

    Benito Pérez Galdós

    Linkgua Ediciones

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    En ese sentido, yo sí que animaría a leer directamente a estos autores, a Galdós, comenzar con La fontana de oro o con cualquier obra de Galdós, incluidos sus episodios nacionales, nos permiten descubrir que esa novelística española de la segunda mitad del siglo XIX está a la altura de la gran novelística que se está dando en Europa, y ahí están Tolstoy, Dostoyevsky, Dickens, están los grandes novelistas, y desde luego Galdós y también Pereira y Valera están a la altura de estos grandes narradores.

  • La gaviota

    La gaviota

    Fernan Caballero

    Linkgua Ediciones

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    La novela española, que había tenido en la primera mitad del siglo XIX algunos ejercicios con la novela histórica romántica, alcanza su altura mayor, su plenitud, en la segunda mitad del siglo XIX, es verdad que arranca con Fernán Caballero y La gaviota en 1849, pero a partir de ahí, comienza sobre todo a partir de 1870 con Galdós, el gran friso, el gran panorama de la novela realista.

  • Historia de una amistad

    Historia de una amistad

    Vicente Marrero Pulido

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    Hay un libro muy bonito de Vicente Marrero, que se titula Historia de una amistad, y que narra la amistad entre Pereda, Galdós, Valera, Rubén Darío, Menéndez Pelayo, todos estos personajes de alguna u otra manera coinciden, y es muy interesante ver cómo esa vinculación geográfica en Santander, luego tiene también un trasunto aquí en Madrid, sobre todo en la Real Academia Española, porque Menéndez Pelayo, Pereda, Galdós, terminan siendo académicos de la Española, y ellos en los discursos de ingreso pronuncian también los discursos de recepción de sus amigos, porque en las academias, como sabéis, hay un discurso de ingreso que luego es contestado por parte de un miembro de la corporación. Y esos mismos amigos, que hace años se habían coincidido en Santander, se ven en la Academia Española, por ejemplo, dándose el discurso de recepción a nosotros, y dejando evidencia de esa amistad, y también de una independencia de criterio, y de poner la literatura por encima de todo, porque ideológicamente, Galdós, Pereda, Menéndez Pelayo, no tienen mucho que ver, lo mismo que con Valera, y sin embargo, la literatura es el terreno común que todos ocupan. Y ahí es donde se produce esa conexión y esa historia de una amistad, que como digo yo, está muy bien recogida en esa obra de Vicente Marrero, que ya tiene unos cuantos años, pero que sigue siendo una obra hermosísima para adentrarse en ese Santander de aquellos años.



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  1. Cartas