Libros que enganchan con finales que no esperábamos

Un buen final de libro amplifica su efecto en el lector. Terminar de leer la página final y quedarnos pensativos en silencio es señal de que esa lectura nos ha impactado. Si en ese momento, además, nos embarga la incredulidad, el efecto se agudiza. Sorprender al lector con un final inesperado es una táctica que han usado autores y autoras para ganarse un espacio en la memoria. Hoy seleccionamos libros que enganchan con finales que no esperábamos.
Libros de misterio con finales sorprendentes
La narrativa de misterio y la novela negra siempre han prestado gran atención a las tramas que sorprenden al lector. El plot twist, ese giro que nos descoloca por completo, es un arte que puede resultar efectista, pero realizado con sutileza es efectivo. Una de las grandes maestras en sorprender al lector fue Agatha Christie, en especial con su desenlace en Asesinato en el Orient Express. Un giro de tuerca al género del whodunit que todavía sorprende a nuevos lectores.

Más recientemente, autores como Alex Michaelidis en La paciente silenciosa, han usado distintas herramientas narrativas para conducirnos a un desenlace sorprendente. El thriller es el género que ha explotado más el concepto del plot twist, con novelas psicológicas como La pareja de al lado, de Shari Lapena, que juegan con nuestras expectativas.

Lo leí hace poco y me encantó, por el misterio que plantea y su profundidad. Y el giro que plantea me parece espectacular. No cuento nada más para que a la gente le sorprenda.

Libros que juegan con nuestra mente
El narrador poco fiable es una figura que ha servido a autores y autoras para crear una sensación de desconcierto en el lector. La pregunta que nos hacemos es: ‘¿Lo que me está contando es real, o parte de su imaginación?’. En El club de la lucha, Chuck Palahniuk llevó esta táctica al extremo, pero no es el único. Shutter Island, de Dennis Lehanne, y La chica del tren, de Paula Hawkins, juegan con el estado mental de sus protagonistas para hacernos dudar de los hechos que se nos narran.

Las novelas de Palahniuk huelen a sudor, son como decía "El Perich" supositorios con sabor a menta.


Otras veces, lo que la narración esconde es un sentido completamente nuevo y profundo para algo en apariencia más trivial. Es el caso de Novela de ajedrez, de Stefan Zweig, que parte de un personaje con una habilidad especial para este juego para narrarnos una historia sobre el horror y la manera en la que puede afectar a la mente humana.

Porque es ejemplo de literatura prolija y me reconcilia con los autores que leían mis padres.