Los mejores libros basados en cuentos clásicos infantiles
Obras que tomas las narraciones clásicas para llevarlas a otro universo.

Los cuentos clásicos no pierden vigencia porque son el espejo de la condición humana. Su carácter aleccionador proporciona en la infancia un mapa de la vida, en especial de sus peligros. Pero también nos sirven para instaurar un orden moral, señalar el límite de lo bueno y lo malo. Por esa razón, no es extraño que muchos autores y autoras hayan tomado esa tradición para sacudirla. Esos arquetipos clásicos sirven para contar historias que, en muchas ocasiones, no tienen nada que ver con las originales. Hablamos de los mejores libros basados en cuentos clásicos infantiles.
Libros que transforman cuentos clásicos
Los arquetipos del cuento son una invitación para transformar su mensaje y adaptarlo a nuevas situaciones. Carmen Martín Gaite lo hizo en Caperucita en Manhattan, llevando a ese personaje a Nueva York y enfrentándola a problemas contemporáneos. Algo parecido hizo Juan José Millás en Solo humo, libro en el que su protagonista se adentra en la literatura a través de las narraciones clásicas infantiles.


Por su parte, Robert Coover planteó en Zarzarrosa una relectura de la bella durmiente en la que los sueños de los personajes son los protagonistas. Otro autor que siempre ha bebido de las narraciones ancestrales es Neil Gaiman. En La joven durmiente y el huso, toma esa misma historia para añadirle magia negra y eliminar al príncipe de la ecuación.

Libros que se inspiran en los cuentos infantiles
En otras ocasiones, la literatura refleja la atmósfera o las historias del cuento para reflejar la vida de nuestros días. En El padre de Blancanieves, Belén Gopegui se fija en esa figura muda del cuento para contarnos una historia contemporánea sobre precariedad y la responsabilidad social. Otro ejemplo es el de Transformaciones, el libro de poemas de Anne Sexton que reinventa los cuentos de los hermanos Grimm desde una perspectiva actual y feminista.

Por último, nos encontramos con casos en los que el propio estilo se tiñe de la atmósfera de cuento, dando pie a una realidad mágica. En Boy, Snow, Bird, Helen Oyeyemi parte de los cuentos de hadas para darle un giro actual. De forma similar, en Baba Yaga puso un huevo, se ponen a prueba los estereotipos femeninos, como el de la bruja, en el cuento tradicional.

