Libros recientes que enganchan desde la primera línea
El comienzo de un libro, bien lo sabe cualquier autor, es fundamental. Las primeras palabras con las que nos encontramos despiertan nuestro interés, nos sirven de introducción a un universo particular y, si están bien escogidas, pueden incluso quedarse en nuestra memoria para siempre. Enganchar al lector desde el comienzo es un arte y hay muchas maneras de conseguirlo. Hoy nos centramos en lecturas recientes cuyo comienzo nos invita a seguir pasando las páginas sin pausa.
“Aquella era la casa que había de cambiar su suerte para siempre”. De esta intrigante manera, Nickolas Butler comienza Buena suerte, novela en la que tres amigos de un pueblo de montaña reciben el encargo de construir una casa en un plazo de tiempo muy limitado a cambio de una gran suma de dinero. Un libro sobre la amistad y la ambición que se lee como un thriller.
De la misma forma, Laetitia Colombani despierta nuestro interés con la primera frase de El vuelo de la cometa: “Léna despierta con una sensación extraña, una mariposa desconocida en el estómago”. Es el comienzo de una novela sobre la libertad y el apoyo entre mujeres de distintas generaciones entre la historia y la fantasía.
Otra manera de intrigarnos es la que elige Bárbara Blasco para abrir La memoria del alambre: “Tras circular durante toda la semana por una vía señalizada, llegamos frente a un cartel que anuncia: fin del mundo conocido”. De esa forma nos adentramos en la historia de dos amigas y un acontecimiento trágico que vuelve del pasado.
En otras ocasiones, la primera frase sirve para situarnos en el tema de la obra. “No conozco la violencia ni he tenido una educación violenta ni bofetadas ni azotes con el cinturón ni insultos, nada”, escribe Nina Bouraoui en Rehenes, la historia de una mujer que se ve obligada a seleccionar a los trabajadores que su empresa debe despedir, lo que provocará un giro fundamental en su vida.
En el comienzo de Peluquería y letras, la última novela de Juan Pablo Villalobos, nos encontramos con una advertencia juguetona: “Nada en este libro es cierto, salvo lo que sí”. Esa frase marca el tono de una obra inclasificable y repleta de humor en torno a la búsqueda de la felicidad a través de una serie de personajes arrebatadores e inusuales.
Un comienzo puede situarnos también en plena acción, dejando los preámbulos para cogernos directamente de las solapas. Malaventura, de Fernando Navarro, es uno de ellos. “Lo que me despertó por la noche no fueron sus gritos”, es lo primero que leemos en una novela que reinventa una Andalucía mágica como el escenario de un western.