Libros satíricos que diseccionan el mundo mejor que 'No mires arriba'

La película No mires arriba es uno de los fenómenos del momento que, además, ha servido para revitalizar un género no siempre bien entendido como la sátira. Esa manera de exagerar las características de alguien, o de todo el colectivo humano, ha servido históricamente para mostrar las costuras de nuestra sociedad, valiéndose del humor para hacerlo un poco más digerible. Pero la producción de Netflix no es, ni mucho menos, la obra que mejor consigue este efecto. Hoy repasamos algunos libros que han hecho de la sátira una herramienta certera para mostrar nuestras vergüenzas.
Pocas narraciones como Cándido nos muestran los males de la sociedad, pasada o presente, como Cándido. De la codicia al fanatismo religioso, el sinsentido de la guerra y, no menos importante, ese optimismo artificial que hoy en día sigue tan vigente.

Considerada como una de las grandes sátiras de la historia, en Los viajes de Gulliver Jonathan Swift se vale del relato de aventuras y la fantasía para mostrar distintos escenarios en los que el trasfondo es la naturaleza humana, y la manera en la que se corrompe.

Las causas y los efectos de la guerra son otro tema que la sátira ha tratado para exponer su absurda e inhumana naturaleza. En El buen soldado Švejk, Jaroslav Hašek nos presenta a un personaje que esquiva siempre que puede las imposiciones de la I Guerra Mundial, mientras que en Trampa 22 es el sistema militar el que queda expuesto como una maquinaria sin sentido.


Catch 22 es una forma de llamar a una situación en la que no nos podemos mover ni para adelante ni para atrás. Es la vida, no necesariamente relacionada con la frustración. Se trata de ubicar dónde hay conflictos y saber que tenemos que seguir, eso es lo que enseña este libro.
Hay autores que han hecho de su estilo una herramienta afilada para describir la parte más grotesca de las sociedades que les tocaron vivir, ahondando en la naturaleza humana y sus contradicciones. Valle-Inclán y Luces de Bohemia instauraron ese esperpento que deforma la realidad para mostrarnos su esencia. Más recientemente, un autor como Chuck Palahniuk ha seguido una estrategia similar en novelas como Snuff, exagerando lo que conocemos hasta llevarlo a un límite en el que reconocemos, con una sonrisa congelada, nuestro mundo.

Vuelvo a Valle-Inclán porque es el autor más importante de mi vida. Está su teatro, su poesía, los esperpentos... Me gusta todo, pero me quedo con Luces de Bohemia, porque es como una premonición de lo que va a pasar en la vida. Ese escritor cuando se encuentra con el ministro y ves el encuentro entre el arte y las instituciones puedes ver cómo el arte puede tener esa capacidad para molestar al poder.

La sátira, por último, también se ha utilizado para cuestionar la identidad nacional y las sociedades actuales. Un parque de atracciones que replica todos los tópicos británicos es el instrumento que utiliza Julian Barnes en Inglaterra, Inglaterra, mientras que, en Un hipster en la España vacía, Daniel Gascón juega con los contrastes del mundo rural y la ciudad llevando a un urbanita a ese contexto
