Los mejores libros para leer en Navidad
Por si alguien no lo ha notado por el volumen lumínico de las calles, estamos en Navidad. Al menos, en la versión de estas fiestas que vivimos desde hace tiempo. Ya se sabe: desde prácticamente noviembre, arranca una temporada de excesos, buenos deseos y amistad impostada. No siempre fue así. La literatura ha explorado estas celebraciones desde distintos puntos de vista. Desde la nostalgia al crimen, la compasión o la exploración humana. Hoy seleccionamos los mejores libros para leer en Navidad.
Libros clásicos navideños
La literatura ha ayudado, en parte, a cristalizar la imagen de la Navidad como época de concordia y amor. Ahí, tenemos que mirar a Charles Dickens. Sus Cuentos de Navidad exploran, con su habilidad para plasmar los sentimientos humanos, la esencia de estas fechas. Dylan Thomas, en su La Navidad para un niño en Gales, nos sumerge en esa atmósfera a través de los recuerdos de la niñez. Otro clásico, Dostoievski, también exploró la Navidad en sus cuentos, ahondando en la empatía y el sentimiento religioso. Este repaso a los clásicos se completa con Cuentos para una Navidad, recopilación de obras de Óscar Wilde, Bécquer, Stevenson o Chéjov.
Otras miradas a la Navidad
Las navidades se asocian fácilmente con la niñez, como época de ilusión, o de añoranza. Truman Capote, maestro de lo segundo, lo plasma con maestría en sus Tres cuentos. También Paul Auster, con su Cuento de Navidad de Auggie Wren, mostró una historia distinta que transcurre en ese momento del año.
Existe un prejuicio muy instalado en la historia del arte de que la felicidad, sea lo que sea que es, resulta poco interesante de escribir. El 99 por ciento de mis colegas diría que un momento de plenitud, algo transitorio, no te inspira para escribir. Es una verdad que hemos construido entre todos: preferimos narrar a partir de los traumas, del dolor. A mí me gusta leer historias felices, de reconciliación, inteligentes y sutiles, como estos cuentos de Truman Capote.
Pero la Navidad también puede ser el escenario de un crimen. Nos lo enseñó Agatha Christie (cómo no) en sus Navidades trágicas, pero también lo hemos visto en La noche más oscura, del sueco Håkan Nesser.