Los mejores personajes femeninos de la historia de la novela

Hay creaciones literarias que trascienden las páginas. Son esos personajes que parecen reales, con una construcción psicológica tal que sentimos que los conocemos. Tanto es así que podemos llegar a pensar como ellos piensan, e imaginar qué harían en determinadas situaciones. Hoy nos fijamos en esas mujeres creadas por la imaginación de escritores y escritoras que han perdurado durante décadas. Estos son algunos de los mejores personajes femeninos de la historia de la novela.
Personajes femeninos clásicos
La literatura clásica, casi siempre escrita por hombres, se ha centrado mayoritariamente en el género masculino. Las gestas de los héroes y las tragedias de los hombres son temas recurrentes, Sin embargo, hay personajes femeninos que destacan sobre casi todos. No hay mayor reivindicación de la inteligencia, así como del arte de contar historias, que la Sherezade de Las mil y una noches. De igual forma, Penélope de la Odisea es un ejemplo de astucia femenina en un mundo dominado por los egos masculinos.

Fue una de mis grandes revelaciones. Es un libro que adoro, yo quería ser Sherezade, siempre lo digo cuando me preguntan qué personaje de la literatura querría ser. Me parece increíble que un libro de esa antigüedad tenga ese alcance y esa profundidad. Yo lo considero además como el primer libro feminista de la historia, la mujer tiene el poder no porque es bonita, sino porque tiene la capacidad intelectual de mantener al sultán entretenido con sus historias.
El siglo XIX nos dejó un gran número de creaciones literarias femeninas. Algunas escandalosas para la época, como la Madame Bovary de Flaubert. Otras, abnegadas y benévolas como la Jane Eyre de Charlotte Brontë. En algunos casos, perspicaces, ingeniosas y un poco metomentodas, como la Elizabeth Bennet de Orgullo y prejuicio, de Jane Austen. E incluso obras en las que encontramos a varias creaciones literarias femeninas inolvidables, como las hermanas de Mujercitas.

Es mi novela favorita. He leído ese libro varias veces y me sigue apasionando. A medida que cumplo años veo otros matices en Emma.

Todo el mundo ama a alguien desvalido, y este clásico de una pobre huérfana que se levanta y consigue triunfar es un libro que hay que leer a toda costa.

Novela de iniciación que con el tiempo vas descubriendo que es novela de culminación. El talento de verdad casi siempre es discreto y transparente.

Adoro esta historia acerca de cuatro hermanas y sus aventuras hasta convertirse en mujeres. Disfruté mucho escribiendo la versión moderna de esta obra, titulada Chicas de primavera, que se publicará en 2018.
Personajes femeninos básicos del siglo XX
Hay personajes que desafían las convenciones, incluso las de género. Precursora de muchas cosas, Orlando de Virginia Woolf desdibuja los roles de la sexualidad y abre una nueva vía para los personajes literarios. Otras, en cambio, reflejan las contradicciones y las imposiciones de su época, especialmente para las mujeres. Esther de La campana de cristal, trasunto de la autora Sylvia Plath, y Andrea en Nada, de Carmen Laforet, son dos brillantes ejemplos.

Una biblia sobre el género, su historia y sus posibilidades.

Es una de las mejores novelas españolas del siglo XX. También es, a su manera, una historia de extraterrestres: la de una chica que llega a Barcelona en la posguerra para instalarse en la casa de su familia, llena de marcianos.

Finalmente, hay personajes a los que seguimos con el tiempo, y nos familiarizamos con su historia, sus penas y sus alegrías. Es el caso de Lenù y Lila, las protagonistas de la saga de La amiga estupenda, de Elena Ferrante. También, en un plano muy distinto, la Offred de El cuento de la criada y Los testamentos, la distopía de Margaret Atwood sobre una regresión social que afecta especialmente a las mujeres.

Me gusta por su gran capacidad poética para describir las relaciones de dos mujeres en su infancia y adolescencia, que tienen que utilizar la astucia antes que la inteligencia para sobrevivir en un barrio pobre napolitano a mediados del siglo pasado, donde sus habitantes se guían por la ley del más fuerte. Aunque en principio puede parecer sólo una novela de corte realista, una de las cosas que más me ha sorprendido es la extraordinaria capacidad de su autora para convertir en extraordinario lo que en apariencia es irrelevante y su maestría a la hora de plasmar los sentimientos de sus protagonistas.

Arrancó muy fuerte desde el inicio y fue una sorpresa