Miedo a la página en blanco: los mejores libros sobre el bloqueo del escritor
Es lo peor que le puede pasar a un escritor: el miedo a la página en blanco es algo tan indeseable que, inevitablemente, los escritores han hablado de ello largo y tendido. En La flor del rayo, Juan Manuel Gil se introduce a sí mismo en la ficción como un escritor obsesionado con encontrar una historia para su siguiente libro. Pero no es el único. Hoy hablamos de los mejores libros sobre el bloqueo del escritor.
Libros sobre escritores ante la página en blanco
Un escritor afamado, que escribió una novela reverenciada, y que se ve incapaz de lograr escribir algo que esté a la misma altura. Esa situación ha servido a muchos escritores para reflexionar sobre el propio acto de escribir, además de dar pie a novelas de muy distinta naturaleza. En Chicos prodigiosos, Michael Chabon nos presenta a un profesor cuya vida se desmorona mientras intenta crear su siguiente libro. En otro estilo completamente distinto, el clásico El resplandor de Stephen King nos muestra la pérdida de la razón
Un clásico imprescindible del terror, de la pluma del rey del género. Una novela escalofriante y llena de misterio que se ha convertido en una de las historias favoritas de los seguidores de King. La adaptación cinematográfica es ya mítica.
Libros que reflexionan sobre la escritura
Autores como Enrique Vila-Matas difuminan los límites entre literatura y vida, entre arte y realidad. En Esta bruma insensata su protagonista es un hokusei, un distribuidor de citas, que se queda en blanco buscando una cita en concreto, un bloqueo de un tipo distinto. Otro autor que indaga en los vericuetos de la escritura es Paul Auster, que en Smoke utilizaba también la figura del escritor bloqueado.
Como el protagonista de su última novela, Vila-Matas sueña con una literatura que no esté atada al tiempo, a la ideología o a lo circunstancial. Una literatura que exista por sí misma, sin necesidad de apoyo de ningún tipo. Una literatura que viva de y para la literatura. Por eso su nuevo vehículo es un hombre que almacena citas porque no puede leer más cuando se obsesiona con una frase. Algunas de ellas acaban incluidas en las obras de su hermano, un esquivo escritor a lo Salinger o Pynchon que desprecia a su proveedor de material. El juego de muñecas rusas continúa fascinando hasta el punto de lograr aquello que busca: literatura que no depende de nada más que de sí misma.