Rayden: “Novela protesta”, entrar en la música por accidente y libros que cuentan historias singulares
Rapero, poeta y novelista, el artista madrileño presenta su segunda novela, 'Votos en contra'

En 1990, un barrio de Madrid se independizó unilateralmente de España y sus habitantes pidieron asilo político a Cuba. Por increíble que parezca, eso es lo que sucedió en Cerro Belmonte como respuesta a la especulación en forma de protestas vecinales. Esa historia ha inspirado ahora Votos en contra, la segunda novela de David Martínez Álvarez, más conocido como Rayden, el músico que saltó a la fama a través del rap y que ahora se afianza en su faceta como escritor. Con él hablamos del concepto de “novela protesta”, de cómo entró en la música por accidente y nos recomienda libros que cuentan historias singulares.

Rayden sobre su nueva novela, 'Votos en contra'
Explica Rayden que no hay mucha gente que recuerde la historia de Cerro Belmonte, pese a que ocupó no pocos titulares en su día. “Es curioso porque no solo le pasa a la gente joven. Entre la gente de mi edad, casi nadie sabe que esto ha ocurrido, incluso viviendo en Madrid. Y me parece que es una de las cosas más locas han ocurrido aquí”, cuenta. “Vivo bastante cerca de ahí y una de las cosas que me llama la atención es que ahora se le llama la ciudad de los poetas, pero es mal llamada el “Barrio Saconia”. ¿Por qué? Porque Saconia es la constructora que, cuando negociaron mejores medidas para expropiación, tiró la barriada para construir”.

Votos en contra parte de esas protestas para presentarnos a Lea, una joven que ha roto con su pareja y el precio de la vivienda en Madrid le obliga a buscar casa en Cerro Belmonte. “Creo que es una historia está más en boga que nunca porque es la última gran victoria de la lucha vecinal”, explica Rayden. “Mira que ahora hay fondos buitre, pero no se hace nada. Ese fue un ejemplo, y se hizo no entre líderes intelectuales, sino entre una población en su mayoría en la senectud. Me parecía muy bonito ponerlo de escenario en una novela, en forma de memoria histórica”.
Novela protesta y crear comunidad
Con esta segunda novela, Rayden ha acuñado el término “novela protesta”, parafraseando a la canción protesta tan popular en los 60 y 70. En ella, se trata no solo la especulación inmobiliaria, sino también otras cuestiones actuales como el edadismo o la decisión de una mujer no tener hijos. “Al hacer novelas, quería escribir siempre sobre las capas de la sociedad donde pasan cosas”, apunta Rayden.
“Al igual que en la novela anterior, que habla de padres ausentes, de los apegos e incluso de la ley rider, en esta quise primero hablar de la ley de la vivienda", prosigue. Tenemos un gran hastío porque la gran mayoría de gente sabe que, o se va a vivir con alguien, o no puede pagarse ni siquiera un alquiler. Pero también quería reflejar que hay una sociedad muy edadista, incluso más con la mujer. Parece que, en el momento que cumples una edad, ya no eres apto para tu fin social y tu valor es menor. También quería hablar de que hay una cosa que sigue lastrando al mundo de la mujer, que da igual la ambición que tenga o todo lo que consiga, que si no tiene quiere reproducirse parece que le falta algo”.
Con la irrupción de las redes sociales, se atrofió la capacidad de socializar
Frente a los problemas que trata Votos en contra, Rayden aprecia sobre todo una falta de unión, de comunidad. “Yo te veo a ti y me cuesta ver el al otro, veo como un reflejo. Si pasa eso es muy difícil que haya un sentimiento de unión, de comunidad y de poder cambiar las cosas”, cuenta. “Creo que, con la irrupción de las redes sociales, se atrofió la capacidad de socializar. Ahora se trata más de mostrar, y tu valor está en función de eso. Se ha creado todo un tinglado para que seamos seres unitarios y, cuanto más unitarios, paradójicamente menos singulares. Lo único que se puede hacer es volver a la cercanía. Creo que esa es la única solución, la cercanía sin tanta tecnología”.
Rayden: de la música a la literatura
Votos en contra es, además de su segunda novela tras varios libros de letras y de poemas, la primera obra de Rayden tras anunciar que aparca la música. Una decisión que tiene mucho más sentido si se entienden sus orígenes. “Yo empecé en la música por presión de grupo, con mis amigos”, recuerda. “Yo escribía poesía, más mal que bien, y en 2001 llegó un amigo y dijo: ‘Yo yo me hago DJ’. Yo dije, bueno, hago poesía, creo que no puede ser tan difícil la conversión a la música, y ahí me fui dejando llevar por un accidente muy bonito, uno de los mejores accidentes de mi vida”.
Cuando escribí la primera novela sentí una vocación que nunca había sentido.
Sin embargo, cuenta que “cuando escribí la primera novela sentí una vocación que nunca había sentido. Eso me llevó a destinar recursos y energía en eso. Hay veces que parece que estás tocado por una varita mágica, enlazas cuatro frases pegadizas, cuatro frases que tiene muchas capas, y esas frases son una canción. Vas a hacer un concierto y la sala se llena de personas que han pagado por cantar a otra persona esas frases. Creo que ese estado dulce hay que mantenerlo, si no en cada página, en cada capítulo de una novela. Me parece un reto mejor, un reto mayor”.
Ese reto también conlleva grandes diferencias con la música. “Lo comentaba ayer con un amigo: a mí, cuando me pasa algo bueno, malo o regular y hago una canción, termino y me siento satisfecho. Me siento contento porque ya he dejado esa energía impresa. Si lo hago en una novela, como he puesto tanto en ella, me deja un hueco. Tengo que aprender incluso a despedirme de esos personajes”, cuenta.
Libros que cuentan historias singulares, recomendados por Rayden
-
Me gusta cómo habla de cosas llanas, como ir a ir al entierro de un padre, de un padre del que se ha separado por porque ha iniciado un espiral de autodestrucción, y le lleva siempre a un paralelismo con una carrera frustrada de fútbol y a lidiar la ausencia del padre. Y una cosa de la que te enteras luego, que también es como uno de los de los clavos que le faltaban al ataúd del personaje.
-
Me gusta cómo va saltando de la primera persona, cada capítulo es un personaje, y encima no te lo da mascadito. Están tan bien construidos los personajes que sabes de quién está hablando. Trata de una persona, un arquitecto, que lo tiene todo y es capaz de dejarlo por petar y por buscar una segunda vida.
-
Me gusta por esa forma de duelo que narra. Al final, cuando tienes que afrontar un duelo tienes que matar a alguien dentro, aunque sea el recuerdo, y tienes que vestirlo de otra manera. Enamorarse de una persona que ve muertos es enamorarse de una persona que no va a superar una ruptura nunca.
-
En el instituto, cuando me recomendaron Niebla de Unamuno, me pareció una voladura. El concepto de crear personajes para enfrentarse al escritor me pareció como… Ostras. Ahí yo creo que ya escribía poesía, porque en mi casa siempre se ha leído mucha poesía, pero pensé que ojalá llegara algún día en el que tuviese tanto control de la palabra y tanta calidad estilística para permitirme esta locura.
- Ver más contenido