Sangre en la nieve: las mejores novelas negras de Navidad

El crimen no sabe de fechas señaladas. La literatura, tampoco. O visto de otra forma, sabe mucho. La Navidad es una época que, por lo que tiene de entrañable y familiar, también se presta a la novela negra. Autores y autoras de distintas épocas se han fijado en la Pascua para localizar en ellas sus tramas y asesinatos. Intrigas e investigaciones que transcurren a temperaturas bajo cero. Porque, a veces, la sangre se distingue mejor en la nieve: hablamos de las mejores novelas negras de Navidad.
Novelas negras clásicas
Sherlock Holmes también tuvo casos navideños. Concretamente, en los cuentos de Una agitada víspera de Navidad y otros relatos encontramos narraciones breves del célebre investigador situadas en estas fiestas. Otro inmortal detective, Hercules Poirot, no descansaba ni en fiestas. En Navidades trágicas hay (lo han adivinado) un asesinato, perpetrado en plena cena de Nochebuena. Algo que podría ocurrir en más de un hogar, pero que en las páginas de Agatha Christie se convierte en otra de sus tramas adictivas. El trío de grandes escritores detectivescos lo completa George Simenon con La agitada Navidad de Maigret.

Una agitada víspera de Navidad y otros relatos
Arthur Conan Doyle
Ediciones Espuela de Plata

Novelas negras en la nieve
En Un destello de luz, Louise Penny nos trae a su inspector jefe Gamache en el invierno canadiense, a las vísperas de Navidad, investigando una desaparición, en otra de las mejores novelas negras de Navidad. Otras novelas negras han situado en invierno sus escenarios, aprovechando que el frío se presta a las tramas de asesinatos. Es el caso de Jo Nesbo, quien en El muñeco de nieve enfrenta a su personaje Harry Hole con una serie de desapariciones en serie bajo un paisaje helado. Y de parajes de hielo está repleta la literatura de Ragnar Jonasson. Su serie Islandia negra nos presenta a su policía Ari Thór en la parte más recóndita del país, en títulos como La noche eterna.


Borde, arrogante, testarudo, policía y con problemas con la botella. Un cliché que Nesbo sabe hacer andar, correr y robarte el corazón.
