Sergio Ramírez y los libros que nos enseñan a ser más humanos

El Festival Eñe 2023 dedica su premio a Sergio Ramírez, uno de los grandes escritores vivos en lengua castellana. El Premio Cervantes 2017 ha escrito mucho y vivido más. Abogado de formación y cuentista precoz, como novelista ha diseccionado su Nicaragua natal y ha cultivado un gusto paralelo por la novela negra. Como activista, fue opositor al dictador Somoza, lo que le valió un exilio, y ahora lo es de Daniel Ortega, lo que desembocó en otro exilio, el que vive en la actualidad en España. Con él hablamos de literatura, empatía y los libros que nos enseñan a ser más humanos
Video: entrevista y libros recomendados de Sergio Ramírez
“Quien recibe un premio debe entender que es un acto de amistad, de cariño, de reconocimiento”, explica Sergio Ramírez, que atesora una buena cantidad de galardones. Sin embargo, los sigue recibiendo con humildad. “En ese sentido, además de gratitud, yo recibo los premios con alegría, como un regalo. Es la única manera que tengo de verlo, no como un pago a mi vanidad”.
Este Premio del Festival Eñe llega, además, en una edición que celebra las puentes entre España y latinoamérica. “Yo veo que es un gran momento. En primer lugar, porque esta no es una literatura, sino que es un conjunto de literaturas que tienen el denominador común de que se escribe en la misma lengua. Y eso hace el asunto más atractivo y a la vez más complejo. En este sentido, me parece que un festival como Eñe cumple un papel muy importante de comunicación entre escritores y también entre lectores, porque se trata de descubrir escritores. En mi caso, se trata muchas veces de descubrir escritores jóvenes. Yo no renuncio a aprender y sé que hay escritores más jóvenes que yo que tienen mucho que enseñar”.
Otro de los ejes del festival Eñe de este año es la cultura como enemigo del totalitarismo, en un momento en el que tristemente es una noticia constante. “Desgraciadamente vivimos tiempos muy despiadados, tiempos de confrontación ideológica. Y tiempo de guerras muy cruentas y muy crueles”, señala Ramírez. “Yo veo de por medio una enorme carga de odio que deshumaniza a la gente. La gente parece preferir las banderas ideológicas, políticas o raciales al sentido humano. Creo que de por medio tendría que estar siempre la compasión, y eso lo hemos olvidado. Y yo creo que la literatura abre las puertas de la compasión. Un escritor que no tiene compasión, no puede abrirse paso en la literatura. Las víctimas inocentes son víctimas inocentes en cualquier sentido. Si olvidamos eso, nos estamos deshumanizando. Creo que hay que volver a escritores que nos enseñan mucho de la compasión”.
También, desde su exilio, le preguntamoos por la deriva de los acontecimientos políticos y sociales en el otro lado del Atlántico. “América Latina siempre es una caja de sorpresas. Cada vez surgen cosas increíblemente nuevas. Por eso es que tenemos la mala fama de ser países de realismo mágico, cuando es un realismo real. Se va a Bolsonaro y surge Milei. Son personajes que no hay necesidad de imaginarlos. Parecen personajes de invención. En Nicaragua, hay una primera dama que sienta al gabinete alrededor de una estrella de cinco picos rodeada por un círculo de fuego. Y ahora en Argentina habrá un Presidente, si es que eligen a Milei, que a través de una médium habla con su perro muerto".
"Los nuestros son países en ebullición, pero yo por lo menos me consuelo diciendo que somos países muy jóvenes", prosigue. "Países de apenas dos siglos desde la independencia, Yo creo que la modernidad falta mucho para alcanzarla, pero se alcanzará. No sé por qué camino, pero la modernidad significa encontrar los equilibrios en la sociedad, los equilibrios democráticos de madurez”.
Sergio Ramírez y los libros que nos enseñan a ser más humanos
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Para mí citar El Quijote es infaltable, pero ya parece un hogar común. Yo siempre releo El Quijote es un libro que no olvido, pero lo releo. Cuando entro por cualquier capítulo, sé lo que va a pasar, porque me sé la historia, pero me gusta que Cervantes me la vuelva a contar.
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Acabo de leer Lord Jim otra vez y me he quedado de nuevo fascinado por la historia. Yo me acordaba de la anécdota, el marinero que se hunde en un barco, se escapa, el sentido de la culpa… Está bien, pero la trama profunda de aventurarse dentro de las honduras del ser humano que tiene eso solamente te lo devuelve una relectura.
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A mi edad las relecturas se vuelven muy importantes. Vuelvo a La Ilíada, por ejemplo. Y siempre estoy, estoy ansioso de llegar al momento en el que el rey vencido derrotado, el rey que pierde a su hijo, va a buscar a Aquiles para pedirle que lo deje enterrar a su hijo. Esa es una de las grandes escenas de la literatura.

En estos tiempos de conflicto, recuerdo a escritores como Amos Oz. Hacen tanta falta porque me parece que es un hombre que enseña la compasión, que no comprende el mundo, que entiende al ser humano de cualquier lado del que esté de la trinchera o de cualquier lado del que esté de un campo de batalla.