Unamuno protagonista de novela negra y otros libros fascinantes. Las recomendaciones de Luis García Jambrina
'El primer caso de Unamuno' convierte al autor de Niebla en detective. Hablamos con su autor de novela negra, historia y libros apasionantes

¿Qué hubiese pasado si Miguel de Unamuno se hubiese visto inmerso en una investigación criminal? ¿Podría el autor de Niebla haber aplicado su intelecto a la resolución de un asesinato? Con este inusual planteamiento comienza El primer caso de Unamuno, la novela con la que Luis García Jambrina inaugura una serie con el escritor convertido en una mezcla de Quijote y Sherlock Holmes. Hablamos con Jambrina de su nueva obra y nos recomienda algunos libros fascinantes.

Cuenta Jambrina, que ya convirtió a Fernando de Rojas en investigador en una celebrada serie de novelas, que llegó a su Unamuno detectivesco de manera natural. “Después de mucho tiempo de hacer ficción, en el año 2005 escribí un relato breve que se titula El último café, sobre las últimas horas de Unamuno, y ahí me encariñé con el personaje”, recuerda. “Yo no soy un especialista en Unamuno, ni siquiera un estudioso, pero sí que he hecho muchas cosas relacionadas con él, lo que ha hecho es que me haya ido familiarizando con su figura. El paso decisivo fue después de escribir con Manuel Menchón La doble muerte de Unamuno, que es un ensayo, pero que tiene también mucho de literatura, de narrativa literaria, y ahí me doy cuenta del gran juego que da Unamuno como personaje, incluso vinculándolo con lo criminal. Porque ahí lo que hicimos es investigar un crimen, no solo investigar académicamente, sino investigar un crimen que para nosotros estaba sin resolver y dar nuestro punto de vista. Ahí decido convertirlo en protagonista de una novela”.
El plan inicial de Jambrina era “una novela en la que Unamuno fuera objeto de un complot para asesinarlo”. “Tenía datos de que había ocurrido algo por el estilo en París durante el tiempo que él está exiliado allí. Pero no acababa de verlo. Decidí darle la vuelta y hacer que él fuera el que investigara unos crímenes. Crímenes siempre que tuvieran una base real y que tuvieran mucho que ver con el trasfondo sociopolítico de la época y también un poco con su vida y con sus intereses”.

Así, para este primer caso del Unamuno detective, el autor se inspira en dos acontecimientos reales. “Cuando busqué algún caso que tuviera que ver con estos primeros años del siglo XX, el de Boada me pareció una maravilla”, explica. “Ahí sí que se implicó Unamuno, porque no sabríamos de Boada si no hubiera sido por él. Él fue al pueblo, habló con la gente de allí, se interesó por los motivos que los llevaban a querer emigrar y a escribirle una carta al presidente de Argentina, pidiéndole que les ayudase con los pasajes. Me parece un caso muy significativo, un caso singular y al mismo tiempo representativo de algo que estaba sucediendo en España y que tiene que ver con un tema tremendamente actual, que es el de la llamada España vaciada”.
La parte criminal se la proporcionó “un caso que había ocurrido 25 años antes en un pueblo de la provincia de Salamanca, no distante de Boada. El pueblo entero asesina al capataz que actuaba en nombre del terrateniente, que poseía no solo las tierras, sino también las calles, las casas de ese pueblo. Me parecía que juntar ambos casos podía dar una trama muy interesante de carácter negro, pero también de carácter social”.
Unamuno en una novela negra
Jambrina ve la decisión de llevar a Unamuno a la novela negra como algo lógico. “Podía haber sido detective si se hubieran dado las circunstancias adecuadas”, apunta. “En todo caso se pasó la vida investigando y buscando la verdad, la verdad oculta, la verdad falseada, de una manera insobornable, con valentía, jugándose la carrera, jugándose la vida, jugándose la libertad”.
Si sorprende a los lectores, aún mejor. “Espero sorprender, porque es una visión insólita de un mundo, pero al mismo tiempo muy coherente con lo que sabemos de Unamuno. Es muy conocido, las redes sociales siempre están citando a Unamuno, pero hay unas visiones muy limitadas de él, y a veces muy parciales. Sin embargo, Unamuno si algo lo caracterizó es que es una figura muy poliédrica, con muchas caras, con muchas facetas, con muchos yoes. Hay muchos Unamunos dentro de Unamuno, y yo creo que para un novelista eso es una tentación irresistible. Tiene riesgos, evidentemente, y los voy a afrontar. Sé que habrá detractores. Los tuvo Unamuno, pues evidentemente yo tendré también algunos. Pero no me importa, ojalá haya también detractores, porque eso también significaría que estás en el buen camino”.
Las recomendaciones de Luis García Jambrina
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Creo que deberíamos aprovechar que este año, 2024, que se cumplen 100 años de la publicación de ese libro, Teresa, para leerlo, para acercarnos a una de las obras más singulares, más originales, más vanguardistas de Unamuno, cuyo modelo luego han imitado, no sé si basándose en Unamuno o no, novelistas como Nabokov, que tiene una novela con una estructura muy similar. Es un libro que tiene una parte en verso, son poemas de carácter romántico, pero que Unamuno atribuye a un personaje de su invención, que se llama Rafael, que él considera como una especie de yo exfuturo, uno de esos yoes que pudieron ser, pero no llegaron a ser. Y hace todo un juego literario, existencial, muy interesante. Y una valoración, sobre todo, de la función y de la necesidad de la poesía en relación con el amor y en relación con la muerte. La poesía nos asegura la supervivencia, la poesía sublima el amor, etc. No está muy reeditado, pero hay algunas ediciones muy asequibles, concretamente en letras hispánicas de cátedra hay una buena edición de Teresa.
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Hamnet y El retrato de casada me parecen obras maestras, y que juegan también con la historia. Son novelas históricas, pero de gran trascendencia, que a mí me han llegado mucho. Una de ellas además juega con un escritor tan prestigioso como Shakespeare.
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Es una autora que he leído con mucho placer. Una autora muy descarnada y de una crudeza que me ha sorprendido mucho. No voy a entrar ahí a clasificar sus libros, si son novelas o no son novelas. La novela es el género más amplio y que lo admite todo, y yo creo que son novelas, aunque hable de sus experiencias. Cualquiera de ellas. Yo recuerdo con especial placer Pura pasión. Son libros generalmente muy breves, pero muy intensos.
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Dentro del género histórico, hay una autora británica, Hilary Mantel, que tiene una trilogía que me parece soberbia. Para mí es el gran referente dentro de la novela histórica actual. El histórico es un género del que se abusa mucho, se publica mucho, la mayor parte siguiendo unas fórmulas muy manidas, pero luego de repente aparecen autores de una gran ambición literaria y que te muestran incluso historias mil veces contadas y conocidas, como hace Hilary Mantel, pero desde otra perspectiva y muy desde dentro.