Juan Manuel Gil

El libro más distinto de Antonio Orejudo, el más singular. Es una aproximación a la novela histórica que no es novela histórica, y creo que es una obra maestra en su producción literaria. Suelo releer a Antonio Orejudo casi como una ceremonia antes de ponerme a escribir el siguiente libro.

Con Vila-Matas se me nota la conexión, por el mundo metaliterario y el amor por la ficción.

Mi sentido del humor también bebe de algunas cosas canallas de Rafa Reich. Amor intempestivo, una novela también narrada en primera persona, es una obra que dialoga de alguna manera no solo con La flor del rayo, sino también con Trigo limpio.

Un libro que me encantó y me trastornó muchísimo. Me parece una obra espectacular. Esa esa aproximación a vidas de científico, a la ficción mezclada con la realidad, con lo que él piensa e intuye.

Un autor que leo mucho y que siempre tengo presente es Juan José Millás. La vida a ratos es un diario del que aprendí muchísimo, sobre todo de su mirada literaria.

Me parece una escritora excelente, un verdadero estandarte de la literatura que se escribe hoy en día.

Es un libro que, si no recuerdo mal, se escribió en los años 40, y es un auténtico best seller en el buen sentido de la palabra. Te agarra en la primera página y no lo sueltas hasta la última. Tiene un retrato de la sociedad americana de aquel momento, con un trasfondo racial, muy complejo y a la vez muy atinado. Me parece una obra tremenda, un monumento.

Un libro que realmente me conmocionó. Es un libro de relatos de Karmele Jaio, con una voz literaria muy singular, muy poderosa y que llega a lugares a los que otros escritores nos cuesta mucho llegar con una economía del lenguaje muy interesante.