Marga Durá

Uno de los libros que recomendaría, que justamente estoy a punto de acabarlo, y me está gustando mucho, se llama Rojo, de Marc Cistaré. Es un libro en el que se habla de la posguerra civil y de los campos de trabajo, pero con un gran sentido del humor. Es muy difícil combinar algo tan crudo sin que deje de serlo y que además sea divertido. Me parece bastante prodigioso.

Otro de mis libros preferidos, de cabecera, es El corazón helado de Almudena Grandes. Me parece maravilloso, inspirador y muy difícil de hacer. A veces me dicen que pongo demasiadas tramas en mis libros, pero la cantidad de personajes que hay en ese libro es increíble, y lo bien traído que está todo, y lo fácil que le resulta al lector. Me parece un prodigio.

Me gusta mucho La inmortalidad de Milan Kundera. Me parece un experimento narrativo que a la vez es muy accesible. Habla de dos mujeres con caracteres muy opuestos, con las que es fácil identificarse, y a la vez es capaz de mezclar anécdotas históricas de Goethe y de Hemingway. Siempre está forzando la cuarta pared, los límites de la narrativa, pero aún así puede ser muy comercial y fácil de seguir. Tiene una exquisitez que no es pedante. Eso me parece muy difícil de conseguir.

Un libro que me marcó en la post-adolescencia es La pasión, de Jeanette Winterson. Es una novela histórica que tiene la facultad de que comprendas a todos los personajes porque es muy humano lo que sienten. A la vez hay pequeñas dosis de realismo mágico y es una gran contenedora de pequeños cuentos de los personajes. Me parece muy bonito. Es uno de los libros que, cuando lo leí, me hizo pensar que se podían hacer otras cosas con la literatura y me inspiró a decidirme a escribir.