Fuera de la burbuja
Belén GopeguiEditorial: EDICIONES SMISBN: 9788467591989

Sinopsis
Nicolás ha decidido que ya está bien de que lo que mole sea siempre ser el primero en algo, y que quiere reivindicar a la gente 'del montón'. No se trata de reivindicar a los que quedan los últimos, ni nada de eso: ya hay una especie de épica de los últimos y los antihéroes en pelis y libros (donde, además, hay una sospechosa tendencia a que todo salga siempre bien al final y a que los últimos sean los primeros). No, no: se trata de reivindicar a los que no se ven, a los que no sobresalen, a los que ni molan ni dejan de molar porque, en el fondo, a nadie debería importarle tanto ser guay o del montón. Todas estas cosas piensa el protagonista, y decide hablar con varios amigos que también son 'del montón' para, entre todos, hacer... algo, no saben qué. Un montón. El caso es que, poco a poco, la iniciativa toma forma, y los chavales del montón empiezan a hacer cosas: pintadas efímeras (en cartulinas) que fotografían y suben a una cuenta de Instagram privada (ya verán qué hacen con ella; por ahora, ¿para qué difundirla? ¿Para qué sirve enseñar a todos lo que haces, si no es para que te admiren? Y eso ya es un intento de salir del montón...). Pero, cuando la panda de guays de la clase se enteran, por alguna razón se sienten atacados, e involucran a los del montón contra su voluntad en una competición de raps improvisados. A todo esto, las cosas entre los grupos se van complicando: un par de miembros del montón emparejan con dos guays (lo que es un problema, porque la forma principal de empezar a ser guay es salir con un guay... ¿o no? Y aún más problema, porque una de ellas es la chica que le gusta al protagonista); aparece una pintada enorme en la pared del solar donde se reúne el montón (y que no han hecho ellos, sino los últimos de la clase, con quienes también han empezado a relacionarse...). Al final, se ven obligados a colaborar todos para borrar la pintada antes de que les pongan una multa, y deciden poner fin a la controversia con una competición de raps en la que cada grupo adoptará el papel del otro. Nadie gana ni pierde, porque lo importante no es eso; y aunque no es que el montón y los guays se lleguen a fundir (a pesar de que aparece alguna otra pareja mixta), a la postre queda claro que no importa, que la pertenencia a un grupo no debería definirnos, y que en la sociedad, y en la amistad, puede y debe haber sitio para todos.