Lápices de colores en la ciudad de plástico

En agosto de 2014, Runak, una adolescente de 14 años, despierta en una tienda de campaña rodeada de mujeres y niños, entre los cuales están su madre y su hermano, de 9 años. Runak recuerda entonces lo sucedido: han llegado a un campo de desplazados tras huir de la masacre perpetuada por un grupo terrorista en Sinjar, su ciudad, en el norte de Irak. Su padre permanece en paradero desconocido desde que les apremiara a dejar su hogar. La adaptación de Runak a su nuevo medio es muy complicada. Cortes de agua, racionamiento de alimentos, calles de barro flanqueadas por casas de lona… Es en este inhóspito lugar donde conoce a Amira, una psicopedagoga del campo que intenta por medio del dibujo con lápices de colores descubrir aquello que Runak esconde en su interior. Las primeras láminas de Runak son todas en blanco y negro. Su casa, su familia… Sin embargo, el dibujo crucial será el de la mirada de su padre.