16 libros que se jugaron un Oscar
Libros recomendados por Librotea

De las diez candidatas nominadas este año al Oscar a mejor película, tres están basadas en libros. La media habitual en esta relación entre cine, literatura y premios. En los últimos cinco años, entre una y cinco películas parten de obras literarias y tres, Doce años de esclavitud, El renacido y Argo se han llevado algún premio gordo.Aquí analizamos qué libros nos podemos encontrar entre las últimas nominadas a mejor película desde 2013.En este 2018 llegan a la final dos libros basados en uno de los momentos épicos de Gran Bretaña: la batalla de Dunkerque. Se trata de El instante más oscuro, de Anthony McCarten, que relata el tiempo que vivió el país en mayo de 1940, desde el inicio de la invasión por parte de las tropas de Hitler hasta la famosa batalla; y Dunkerque, de Joshua Levin, que narra directamente aquel enfrentamiento entre las tropas británicas, francesas y alemanas. La otra novela en la parrilla de salida cambia totalmente de perfil: Llámame por tu nombre, de André Aciman, que cuenta la relación que se establece entre un joven y un alumno de su padre. Una de amores y pulsiones secretas.En 2017 sólo una de las películas nominadas al mejor film estaba basada en una novela. Figuras ocultas, de Margot Lee Shetterly, que contaba los esfuerzos de un grupo de matemáticas afroamericanas que fueron clave para algunos de los logros más importantes de la NASA.2016 fue un año de contar historias de superación. También fue un año literario con obras como el ensayo de Michael Lewis sobre la crisis económica y el crack inmobiliario (aún estábamos en plenos lodos), La gran apuesta; Brooklyn, de Colm Toibin o cómo una mujer tiene que abrirse camino en el Nueva York de los años cincuenta; Marte, de Andy Weir, una mirada hacia el género de la ciencia-ficción con un protagonista que se queda solo en el planeta rojo; El renacido, de Michael Punke, otra historia sobre adversidades, cuya adaptación acabó llevándose el máximo trofeo; y La habitación, de Emma Donaghue, sobre el secuestro que sufren una mujer y su hijo durante años.En 2015 sólo hubo un libro. Esta vez muy bélico, pero a la vez humano, como le gusta a Clint Eastwood, que se encargó de dirigir la peli: El francotirador, la biografía de Chris Kyle como uno de los mejores francotiradores de la historia (y sus dudas morales, pero matar, se mata, lo cual es muy de EEUU).Para 2014, una de esas historias que encantan en Hollywood sobre racismo y derechos civiles: Doce años de esclavitud, un texto del siglo XIX de Solomon Northup rescatado por Alexander McQueen. Y se llevó el Oscar, claro. Este año también estaban las memorias cocainómanas y envueltas en dinero fácil de Jordan Beltford en El lobo de Wall Street, y Philomena, sobre una mujer que lucha a brazo partido por la custodia de su hijo.Finalmente, en 2013 todavía el mundo andaba un poco en la fantasía (las películas se piensan un poco después de que las cosas sucedan). A la final llegaron Argo, aquella fantástica aventura de la CIA en Irán que contara un exagente secreto (brochazo y limpieza para la organización de inteligencia), Un final feliz, que luego fue El lado bueno de las cosas (el mundo estaba muy mal, pero había que ver las cosas en positivo) y La vida de Pi, de Yann Martel, que era traer de nuevo el género de la pura fantasía y aventura. Aún estábamos en esas.
16 libros que se jugaron un Oscar
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Siento que este libro se ha vuelto cliché, disculpa que lo tengo que mencionar primero. Yo lo leí en el 2018 y me lo regaló una persona. Por cierto, que yo creo que estaba enamorada de mí, quería como que yo sintiera cosas también, pero hay algo que me fascina, es libre, no solamente la historia entre los dos personajes, sino al final cuando se termina, hablan sobre los lugares fantasmas. Yo siempre he dicho que una persona que se va de tu vida se vuelve como un fantasma, porque el recuerdo queda en tu en tu mente y tu cada vez que sales algún lugar donde estuviste con esta persona, vuelves a pensar en ella o en él y vuelves a sentir esas cosas. Me vuelve emocional ese concepto de lugares fantasmas del que habla este libro y simplemente la historia que desarrolla para mí es muy bonita.
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Tóibín escribe sin alardes y la historia fluye. Retrata muy bien los años cincuenta, la dificultad de los sueños, el contexto multicultural, la distancia… Sin grandilocuencia hace una novela grande. El regreso, la inmigración, las promesas… Una novela de iniciación con la que viajas y con la que regresas una y otra vez a los personajes. Ay, Eilis.
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