Animales y sus escritores
Recomendaciones de libros en los que los animales son protagonistas

“Caminan con una dignidad sorprendente, pueden dormir 20 horas al día sin duda y sin remordimiento, estas criaturas son mis profesoras". Así eran para Charles Bukowski los gatos. Tuve nueve a lo largo de su vida y los inmortalizó en uno de sus libros. Lo mismo hicieron otros tantos escritores amantes de los animales que convivieron con felinos o perros. Su vida pasó a convertirse una parte indisoluble de sus dueños que hicieron de ellos personajes emblemáticos de algunas de sus novelas, como por ejemplo hizo Truman Capote en Desayuno con diamantes. Hoy se pueden encontrar numerosas fotos de estos escritores con sus mascotas. Y estos son los libros en los que las dejaron vivas para siempre.
Animales y sus escritores
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Señor y perro, Tonio Kröger, Tristan
Thomas Mann
Editora y Distribuidora Hispano Americana, S.A.
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Es impresionante cómo Hemingway consigue dominar una historia. Muchas de ellas están ambientadas en España, como Colinas como elefantes blancos, una historia que aborda el tema del aborto. Su estilo ha influido mucho en mi escritura.
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Es la historia de Holly, una campesina de 19 años que llega al Nueva York más sofisticado con el deseo de pertenecer a la alta sociedad. La película es preciosa, pero el libro de Truman Capote es todavía mejor. El personaje es más seductor, y su conquista de la ciudad resulta más compleja y enigmática. El final también es más auténtico, no el de Hollywood que quisiéramos leer, pero es la realidad que nos confronta.
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Si vas a leer sólo una novela de terror, que sea "Cementerio de animales" de Stephen King, para que renuncies a todas tus mascotas.
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Cuando Doris Lessing fue galardonada con el Nobel de literatura, una de sus mayores preocupaciones eran las continuas llamadas y visitas de periodistas que enfadaban a su gata. Hasta llegar a esa cima del reconocimiento de su talento, Lessing fue dueña de varios gatos. De hecho en su infancia en África tuvo centenares de ellos, pero la experiencia terminó de una forma tan dramática que, durante cerca de 25 años, fue incapaz de volver a tener uno. El relato de la escritora va acompañando de unas magníficas ilustraciones de Joana Santamans. Un libro para coleccionar, en el que se identifican varios de los estados de ánimo que provocan los gatos -sean o no de uno- y en el que los regratos (permítaseme la licencia de jugar con retratos y gatos) de Santamans recogen expresiones universales de los mininos.
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