Conmovedores, inquietantes, influyentes
COMPAÑÍAS DEL VIAJE DIARIO
COMPAÑÍAS DEL VIAJE DIARIO Nunca he sido un buen lector de libros. Aunque leo casi a diario, mi indisciplina y el deseo de estar informado me inclinan habitualmente por la prensa y las publicaciones semanales. Pero siempre me he imaginado en un tiempo futuro y en paz, rodeado de todas esas grandes obras que no leí y que aguardan su momento. Me vengaré así de mí mismo.Tampoco he aceptado nunca rodar una película basada en un libro. Entiendo que hay razones para hacerlo, pero todas son sospechosas.Los libros, como las canciones o las películas, nos marcan según la época vital, y por ello solemos recordar con mayor sentimiento las obras de nuestra adolescencia y primera juventud. Estos son pues algunos de los textos que me conmovieron, inquietaron o influyeron en aquellos significativos momentos.El primero mencionado, supuso una verdadera sacudida y la revelación de un universo sólo intuido. Junto a otros, aún me acompaña en mi viaje diario. Sin embargo, en el siguiente listado no se incluyen estos tres libros, actualmente descatalogados: La Biblia cultural; 2001: una odisea espacial, de Arthur C. Clarke, y Anatomía humana, de Carlos Chernov.
Conmovedores, inquietantes, influyentes
-
-
Una obra que te atrapa desde sus primeras líneas y cuenta con tinta de reportaje el desarrollo de un final anunciado.
-
Francia en el S XVIII, no hay época más dura, áspera, cruel y la vez bella, tan bella. Jean-Baptiste Grenouelle era Ted Bundy antes de que existiese Ted Bundy.
-
Me gustan mucho los libros con un punto espiritual, que me permitan bucear en otros recovecos, además de entretenerme.
-
Me leí este libro una tarde subiendo en autobús a la sierra. Es un cuentecillo conmovedor que sin muchas pretensiones (o a mí me lo parece) logra envolverte en una cálida atmósfera. Hervé Joncour se enamora locamente de los inquietantes ojos de una mujer, en uno de sus viajes. Leí una vez una crítica que decía que seguramente Alessando Baricco escribió esta fábula en un par de días… Desde luego leerse, se lee en un par de horas.
-
Es una belleza que me recomendó una librera muy ilustrada. La devoré (la novela, claro). Me emocionaba cada página. La leí en casa de mi abuela y tuve que terminarla en el cuarto de baño para que no se preocupara.
-
Al conocer la noticia, he recordado un día especial que pasamos juntos en casa de mi madre, en Asturias, con sus hijos y su mujer. Durante una temporada, y no solo porque me gustara él como persona, leí bastantes libros suyos. Me gustaría recomendar uno de los más famosos, como un pequeño homenaje para que la gente lo traiga a nuestro presente. A él y a su hacer. Era un hombre muy chileno, si es que eso define de alguna manera a alguien. Vivió fuera, murió en Oviedo, vivía en Gijón y era un exiliado y, de alguna manera, su retrato del país siempre era con esa cierta melancolía que todos los que no están en su tierra sienten cuando escriben de algo. Aparte de gustarme, me hacía pensar en Chile cada vez que leía algo suyo. Es un país que conocí en 1991 y me parece que tiene unas características geográficas que dan una manera de ser, da igual que seas del desierto del norte o del sur más helado.
-
Esta novela sobre la dignidad humana y la pérdida dejó un poso muy grande dentro de mí. Aún recuerdo la desolación que sentí al terminarla.
- Ver más contenido