Diez novelas negras que rozan lo sobrenatural

A finales de la década de 1920, el padre Ronald Knox, teólogo y aficionado a la novela negra, escribió un decálogo de normas que los aspirantes a escritores de misterio debían cumplir en sus obras. La segunda de ellas prohibía terminantemente el uso de elementos sobrenaturales. Acertado o no, la mayor parte de los novelistas que se han decantado por el género de misterio han seguido ese precepto. En una historia negra, introducir tramas o personajes que se salen del realismo está a menudo mal visto, como un recurso pueril que, piensan muchos, debe quedar relegado a la literatura fantástica o de terror. Otros autores, sin embargo, han querido quebrantar esa regla, mezclando en sus historias de misterio algo que nos lleva a lo oculto, lo demoníaco o lo inexplicable. Son las novelas negras que rozan lo sobrenatural.
La piedra lunar, de Wilkie Collins, es considerada la primera novela de detectives en lengua inglesa, y en ella el robo de un diamante que acarrea una maldición hindú es el desencadenante de una trama que se nos presenta desde distintos puntos de vista. Más tarde, el también británico William Hope Hodgson creó a Thomas Carnacki, un detective que persigue lo sobrenatural, cuyas historias quedaron reunidas en Carnacki, el cazador de fantasmas.
Si hay dos autores en la actualidad que se han caracterizado por mezclar los elementos de la novela de misterio y la fantasía o el terror, esos son John Connolly y Fred Vargas. El primero ha hecho enfrentarse a su detective, Charlie Parker, a fuerzas misteriosas en distintas ocaciones, por ejemplo en El ángel negro. La novelistas francesa, por su parte, es conocida por introducir personajes y elementos de lo fantástico, sin ir más lejos en El ejército furioso, en la que comisario Adamsberg investiga un crimen relacionado con un a leyenda normanda acerca de una hora de caballeros muertos vivientes.
En Los ángeles de hielo, Toni Hill tiñe de terror gótico una intriga psicológica que transcurre en una clínica de un pueblo cercano a Barcelona a principios del siglo XX. Los bosques imantados, de Juan Vico, transcurre en la Francia rural de 1870, en un momento en el que magos, médiums y curiosos se reúnen para presencir un supuesto hecho sobrenatural. Un periodista investigará un asesinato entre la credulidad de muchos ante lo que parece escapar de lo conocido por el hombre.
Desde otra perspectiva, Lauren Beukes mezcla el misterio de un noir con la literatura fantástica en Las luminosas, historia de un asesino en serie que nos plantea la hipótesis de los viajes en el tiempo. El comisario Ricciardi, creado por Maurizio de Giovanni, cuenta en novelas como Con mis propias manos con una ayuda para sus investigaciones: es capaz de escuchar las últimas palabras que pronuncian los muertos. En La vidente, Lars Kepler sitúa la investigación de un asesinato en un centro de menores entre un investigador de la policía y una médium. Y Jim Burtcher es el padre de Harry Dresden, un mago detective que en obras como Máscaras de muerte se enfrenta a su enmigo natural: los vampiros.
Diez novelas negras que rozan lo sobrenatural
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Amigo de Dickens, admiradores ambos de las obras del otro, y envidiosos también, Collins escribió la que podría ser denominada la verdadera primera obra de misterio detectivesco de la historia. Influido por Dickens, sin embargo, escribió aquello que al autor de “Oliver Twist” le hubiese gustado crear de haber decidido escribir sobre el misterio de una joya robada. Es larga pero se disfruta cada página debido a sus personajes inolvidables.
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