Grandes venganzas de la historia de la literatura

Es un sentimiento tan humano como malsano. La venganza, ya sea como forma de canalizar la ira o una manera de buscar una reparación a un agravio, se ha infiltrado como todas las emociones humanas en la historia de la literatura. Desde los clásicos, hemos visto a dioses y hombres descargar despechos y afrentas, transformando esa pulsación en grandes cimas de la literatura. Una de las primeras es La Iliada, en la que se nos narra cómo Aquiles llora la muerte de su amigo Patroclo hasta acabar saciando sus ansias de venganza con Héctor, a quien mata clavándole un cuchillo.Esos ecos clásicos continuaron presentes en la literatura, siendo un tema recurrente en la obra de Shakespeare. En Hamlet está presente, al igual que en Otelo, en el que se nos muerta como los celos y las ansias de venganza pueden llegar a volver loco a un hombre. La venganza como un plato que se sirve frío, que se planea y se macera con el tiempo, tiene su ejemplo más claro y brillante en El conde de Montecristo. Alejandro Dumas nos embarca en la peripecia de Edmond Dantés, acusado injustamente de espía bonapartista y confinado en el Castillo de If. Desde su encierro, Edmond trama su venganza durante 13 largos años contra el que fuera su amigo, Ferdinand, quien le acusó para poder así seducir a la hermosa Mercedes. Ese tipo de venganza, la que viene motivada por asuntos sentimentales, nos ha dejado otras grandes obras. En Grandes esperanzas, Estella busca vengarse del género masculino por haber sido abandonada en el altar, y en Las amistades peligrosas la seducción es el vehículo elegido por la marquesa de Merteuil, que se declara “nacida para vengar a su sexo”. Otras veces, el objetivo de la ira vengativa no es un quien, sino un qué. El Ahab de Moby Dick persigue a una ballena blanca con obsesión por una doble razón: por haberle arrancado una pierna y por ser una cima casi imposible de escalar. El thriller y la novela negra han sido también un terreno abonado para dar rienda suelta a los sentimientos malsanos. En Perdida, con todos sus recovecos y giros, y la saga Millenium, con una Lisbeth Salander que busca consumar su venganza por los abusos recibidos, son dos buenos ejemplos. Pero quizás no haya otra venganza literaria tan sorprendente como la que Ian McEwan nos relata en Cáscara de nuez: una vendetta que comienza antes de nacer, en el vientre materno.¿Cuáles son tus venganzas favoritas de la literatura?
Grandes venganzas de la historia de la literatura
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¿Existió o no? ¿Fue uno o muchos? ¿Importa? Ahí están y ahí estarán -junto a lo de Dante Alighieri y lo de William Shakespeare, otro difuso en cuanto a vida pero encandilador y omnipresente en lo que hace a la obra- todo lo que seguirá ahí para siempre.
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Pocos placeres existen mejores que el de sumergirse en los clásicos, porque los clásicos esconden gran parte de la grandeza de la literatura. Prestadme atención, fervientes lectores, que os voy a recomendar una novela, que pese a ser extensa, hará las delicias de todos los que la lean. Si hablamos de grandeza dentro de la literatura, tenemos que hablar de 'El conde de Montecristo', de Alexandre Dumas. La nobleza de esta obra no está no está en la calidad de su prosa, que la tiene, ni en la presentación impecable que el autor hace de sus personajes, favoreciendo en todo momento una lectura fluida por parte del lector. Tampoco está su brillantez en la creación de un ritmo perfecto por parte del escritor, que crea en ti, ávido lector, la necesidad de seguir leyendo solo un capítulo más, y «OH DIOS MÍO SON LAS 2 PM»… La verdadera grandeza de este libro se esconde en la lenta planificación de la venganza perfecta.Pocas obras reflejan la idea de la venganza de una forma tan natural, recordemos Moby Dick, con su venganza obsesiva… En cambio Dumas nos sirve su venganza bien fría y en bandeja de plata, para deleite de todo lector. La adereza con un ritmo creciente, una crítica casi satírica de la sociedad, cierto toque de frivolidad y un puntito novelesco que hace que esta novela de más de1200 páginas se convierta en un entretenimiento perfecto. Nuestro protagonista, en un nuevo acierto del autor, empieza siendo un agonizante Dantes y acaba convertido en un ser casi vampírico, el adorado Conde de Montecristo, que conquista a todos los que se le acercan, incluido a ti querido lector.Sumérgete en la fascínate vida de Edmundo Dantes, en Mayo toca devorar un clásico.
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Si sólo quieres leer un libro pero que sea de filosofía y de poesía, de aventuras y de terror, histórico y hasta político, lee "Moby Dick" de Hermann Melville. Si puedes, léelo todos los años.
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Grandes esperanzas y Orgullo y prejuicio son dos libros que me parecen más emocionantes que cualquier novela negra que haya leído nunca. Puedo volver a leer cada diez años y vivir todo eso de nuevo.
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La más antigua de mis recomendaciones. Una novela epistolar donde, carta a carta, vamos descubriendo un mundo palaciego, del siglo XVII francés, lleno de intrigas, de engaños, de amores y traiciones, en el que cada personaje conoce solo una parte del total.
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Lo leí demasiado pronto, fue mi inmersión en el género de terror. Recuerdo pasarlo mal mientras lo leía pero no podía parar, me tenía enganchada.
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La reina en el palacio de las corrientes de aire (Serie Millennium 3)
Stieg Larsson
Ediciones Destino
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Me encantó la historia que contaba en Perdida, ese reverso del matrimonio feliz, esa historia llena de giros en la que una mujer desaparece y las sospechas van cercando a su esposo. Creo que hay pocas escritoras que manejen mejor el thriller psicológico que ella.
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