Isaac Rosa y los libros para superar las noches de insomnio
El escritor sevillano publica 'Las buenas noches', una novela con una relación entre dos insomnes en el centro.

La última novela de Isaac Rosa comenzó cuando empezó a aquejar uno de los males más habituales de nuestro tiempo, el insomnio. Las noches en vela, como sabe cualquiera que las haya vivido, dan para mucho. Pensamientos intrusivos, recuerdos inesperados, soliloquios mentales, pero también cosas mucho más positivas, como una obra de ficción. En Las buenas noches, el escritor Sevillano imagina a un hombre aquejado de insomnio que, en un encuentro casual con una mujer, casada como él, con la que comparte noches en blanco, descubre que con ella puede por fin conciliar el sueño. Comienza así una relación extramatrimonial distinta, sin sexo pero entre sábanas. Con él hablamos de lo que nos perturba para que no descansemos y nos recomienda libros para superar las noches de insomnio.
Video: Entrevista y libros recomendados de Isaac Rosa

Cuenta Isaac Rosa que, en efecto, en el origen de Las buenas noches está su experiencia personal. “Creo que todas mis novelas, aunque puede parecer que son novelas que hablan de asuntos colectivos, sociales, normalmente el punto de partida siempre es una situación personal, una inquietud personal a partir de la cual voy abriendo el campo y mirando alrededor”, explica. “En este caso, empecé con una temporada larga en la que no podía dormir bien y en esas noches en las que se pasa muchas horas despierto, tu cabeza empieza a funcionar y de la misma forma que empiezas a acordarte de cosas, a pensar en cosas que hiciste o no hiciste, las que tienes que hacer al día siguiente te vienen muchas cosas, a veces también cosas muy oscuras, del pasado, arrepentimientos, culpas… De repente empiezas a pensar en tu insomnio, en por qué duermes mal, por qué a tu alrededor hay cada vez más gente durmiendo mal y empiezas a ver una posibilidad de novela, de contar ese insomnio”.

En un principio, tenía claro que quería reproducir ese tono que adquiere la mente cuando falta el sueño. “Quería contarla de la misma forma que las noches sin dormir, dándole ese aire un poco desordenado, obsesivo, caótico, fantasmal también, que tienen los pensamientos en la duermevela, en la que hay cierta confusión”, recuerda. “Yo quería darle esa forma al libro y si durmiera bien, a lo mejor no habría encontrado esa forma de contarlo”. Pero también fue descubriendo que hay un cierto tabú sobre el mal dormir. “Parece que es algo muy íntimo, que lo consideramos algo personal y no lo compartimos. Pero una vez que empecé a hablar con gente, fuimos poniendo en común nuestras malas noches, hasta que llegó un momento en que lo que hice como el protagonista de la novela, que una noche que no puede dormir le escribe a todos sus contactos y les pregunta ¿cómo dormís?. Hice algo parecido, mandé inicialmente whatsapps y correos electrónicos a amigos, a gente al principio de confianza, y a esa conversación luego se fue uniendo, como me ha pasado en libros anteriores, gente que no conozco”.
Una relación alrededor del sueño
Desde ese insomnio propio, Rosa imaginó el de otros, momento en el que nace la relación que articula esta novela. “Me encontré esta posibilidad de estos dos malos durmientes o insomnios que de repente se conocen y comienza una relación extraña”, cuenta. “Yo quería escribir algo que parece una historia de amor, pero que es una historia de amor dudosa, o discutible, o ambigua, que se mueve en un terreno un poco extraño. Estamos leyendo una historia que parece que tiene todos los elementos de una historia de amor, o de pasión, pero falta uno, el sexo. De repente, en esta historia hemos quitado una pieza que es el sexo y eso la deja coja, la convierte en algo extraño, pero además le hemos colocado otra pieza aún más dudosa que es el dormir. Tienen necesidad de verse, están bien cuando están juntos, pero porque lo que hacen es dormir. De hecho es lo único que hacen: verse, dormir, y hablar brevemente en ese tipo de conversación que se da en la duermevela cuando te estás quedando dormido o cuando no te acabas de despertar”.
Esa relación, ambigua y difícil de explicar a los demás, permite a Rosa hacerse preguntas, y trasladarla a los lectores. “Quería contarla, en efecto, como una historia de amor, pero una historia de amor que permanentemente nos cuestiona, nos hace preguntarnos qué es lo que estamos leyendo. Es una historia en la que hay un elemento de mucha intimidad, en efecto, y de conexión y de complicidad, como es el dormir, que podemos incluso pensar que es más íntimo aún que el sexo. Pero todo el tiempo nos movemos en un terreno un poco indefinido que no sabemos ni siquiera cómo llamarlo. Son amantes, son amantes extraños, son durmientes, amantes durmientes, son compañeros de cama... A mí me gustan esas historias que nos hacen preguntarnos qué es lo que estamos leyendo. Historias que no están tan claras o que parecen otra cosa”.
Dormir, un asunto colectivo
Pero, además de esa relación inusual, Las buenas noches también cuestiona otros aspectos relacionados con el sueño, o la falta de él. “Si yo tuviera mentalidad emprendedora, que no tengo, en vez de escribir una novela sobre el insomnio me dedicaría a escribir autoayuda para dormir, que es lo que es lo que funciona realmente”, bromea Rosa. “Estamos todos buscando algo que funcione, algún remedio que nos funcione aunque sea por un tiempo, y los buscamos en internet, los compartimos unos con otros. Estamos siempre buscando algo que tiene que ver con el dormir y con el no querer dormir también, que es la otra parte del libro, esa búsqueda de dormir menos, de dormir de otra manera para aprovechar más las horas. Es esa doble cara de nuestra sociedad en la que, por un lado, no podemos dormir y buscamos ansiosamente remedios, pero al mismo tiempo no queremos dormir, querríamos estar las 24 horas despiertos para poder llegar a todo y hacer todo lo que queremos, en esta especie de día total en el que vivimos”.
Porque los motivos que llevan a muchos y a muchas a no pegar ojo, no son exclusivamente propios. “Cuando preguntaba a la gente por sus noches y por qué no duermen, había muchas respuestas, pero una respuesta que aparecía mucho era todo lo relacionado con el trabajo. El trabajo, las condiciones de trabajo, las preocupaciones del trabajo, el trabajo que lo invade todo. Hay que ir reconociendo esas causas comunes, buscar remedios de verdad, no remedios de los que encuentras en Google, y que en efecto tiene una dimensión social, política, colectiva”, concluye.
Isaac Rosa y los libros para superar las noches de insomnio
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El último que he leído que me ha interesado realmente y me ha impresionado es el último de Samantha Sveblin, El buen mal, un libro de relatos. A mí me gustaba mucho como novelista, pero realmente como escritora de cuentos es fantástica. Son cuentos que tienen también un elemento fantasmagórico, extraño en todos ellos, que tienen algo hipnótico, que trabaja muy bien la primera persona, y son cuentos que realmente impactan.
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Otro libro de otra Samantha, en este caso británica, Samantha Harvey. Es un libro que leí cuando estaba con mi novela, buscando precisamente autores que hubieran escrito sobre sus malas noches y me encontraba que no había mucha novela, pero sí había mucho diario, mucho libro en clave autobiográfica. Samantha Harvey, que tiene una novela que acaban de publicar ahora, Orbital, que también es muy interesante, tiene un libro anterior que se llama Un malestar indefinido, que habla de un año en el que realmente duerme poco, duerme mal y el tipo de pensamiento que le surge relacionado con su insomnio, que además mira en todas direcciones. No es un libro que esté todo el tiempo dando vueltas sobre el dormir o sobre el no dormir, sino que habla de muchas otras cosas de su vida, pero realmente es un libro muy hermoso.
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Incluiría algún libro de poesía también, que siempre nos quedamos en la novela cuando recomendamos libros. Por ejemplo, el último de Pablo García Casado, que me ha gustado muchísimo. Pablo García Casado es un poeta que sigo desde sus primeros libros y me parece uno de nuestros mejores poetas y que además mejor ha escrito realmente de cómo vivimos, de lo que nos pasa, de lo que somos, de cómo nos contamos y el último libro es un libro que se llama Cada uno es mucha gente, que es un ejercicio además de voces, de máscaras, de crear ciertos personajes que van hablando a través de los poemas, y es un libro muy interesante.
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Una novela también que creo que se ha publicado hace poco, que yo tuve la suerte de leer en galeradas, una novela catalana que se ha traducido al castellano, que es la última de Gemma Ruiz Palá, Aulagas. Es una autora de la que leí hace un par de años Nuestras Madres, que es uno de los libros que seguramente más he recomendado y más he regalado, un libro hermosísimo y este Aulagas, que es una especie de memoria familiar, pero desde una mirada de clase además, de una historia de gente que vive en un pueblo hace un siglo y cómo van pasando los años, las generaciones y las dificultades para salir de ese origen difícil, de ese origen humilde. Es un libro bellísimo también.
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