La suerte está echada: los mejores libros sobre el azar y el juego

Hoy es ese día del año en el que muchos se levantan con una esperanza y la casi totalidad de esos mismos se consuela unas horas más tarde pensando en otras cosas. La suerte, la fortuna y el deseo de ganar dinero en grandes cantidades son unas constantes de nuestra sociedad que se plasman en unos bombos gigantes llenos de números, pese a que sepamos que las posibilidades matemáticas de que los elegidos seamos nosotros son casi ínfimas. Pero ese ansia de ganar a través de los juegos de azar es un sentimiento humano que la literatura también ha explorado, muchas veces como advertencia de que, por muy manida que nos pueda parecer la frase, el dinero no da la felicidad.

En el relato El billete de lotería, Anton Chejov nos planteaba una situación cotidiana, perfectamente aplicable a nuestros días, en la que un matrimonio feliz se enturbia en un instante ante la posibilidad de haber ganado un gran premio. Otro relato, Un billete de lotería, le sirve a Julio Verne para crear una historia de aventuras que también ahonda en la codicia humana. Y otro tipo de azar, el de la ruleta, es fundamental en El jugador, en el que Dostoyevski traza un retrato del carácter ruso y su burguesía con la adicción al juego de fondo.

La suerte también tienen un papel importante en uno de los clásicos infantiles por excelencia del siglo XX, Charlie y la fábrica de chocolate. Shirley Jackson ofrecía en su relato corto La lotería un reverso terrible de esos sorteos en los que se reparte habitualmente la suerte, mientras que Philip K. Dick nos presenta en Lotería solar una sociedad basada en el juego, en una aparente apuesta por la igualdad de oportunidades que esconde un abuso de poder.

La suerte malograda como motor narrativo es la esencia de Los millones, en la que Santiago Lorenzo destila su estilo tragicómico con la historia de un miembro del grupo terrorista GRAPO que gana la lotería pero no puede reclamar el premio. Lo que sucede en el caso de que sí se pueda cobrar es el argumento de La lotería, de Patricia Wood, así como las relaciones (buenas y malas) que se generan cuando alguien se hace rico de la noche a la mañana. Por último, David Baldacci nos enfrenta en La ganadora a los dilemas morales, así como las consecuencias, que se producen cuando nos plegamos a la tentación del dinero.