Libros a los que volver siempre, recomendados por Ana Navajas

Hablamos con Ana Navajas un día después de que Argentina se coronase como campeona del mundo de fútbol. “Dura la euforia todavía”, nos dice. Sin embargo, su libro de debut está muy alejado de esa sensación. Estás muy callada hoy parte de la experiencia personal para adentrarse en la identidad de la autora. Una serie de personalidades (como madre, hija o pareja de alguien) entre las que explora su propio yo. De todo ello hablamos con ella, y además nos dejó recomendaciones de libros a los que volver siempre.
Videoentrevista con Ana Navajas
“Creo que escribir ficción no es para mí”, confiesa Ana Navajas. Quizás por ello, el suyo es un debut algo tardío. “A mí siempre me gustó escribir, escribo desde que soy muy chica. Pero nunca pensé en ser escritora, porque para mí los escritores eran los que podían inventar historias. Yo nunca pude. Cuando en el colegio me hacían escribir, escribía sobre mi perro. Le agregaba algunas cosas, pero siempre era algo que estaba ahí, muy cercano y basado en mi propia experiencia”.
De esa aceptación de escribir solo desde lo personal nace Estás muy callada hoy, que se podría encuadrar en el género de autoficción, pero cuya exploración y sensibilidad le distinguen de otros ejercicios similares. “Dije, bueno, este es mi tema. No me parece que eso sea algo que uno elige, más bien se le impone, y hay que aceptarlo y después trabajarlo. Este libro salió publicado cuando tenía unos 43 años, antes nunca había compartido nada de lo que escribía”.
Escribir desde la propia vida, sin fabulaciones, es algo que ahora es más habitual, pero que no ha sido siempre bien considerado. “Hay una tendencia a considerarlo inferior”, asume Navajas. “Acá en Argentina también era como algo más bien menospreciado, como si fuera un género menor. Pero, en realidad, no es un género. Uno puede hacer con eso una novela más ficcionada, puede hacer un diario, puede hacer una biografía… La autoficción para mí no es un género, es es una estrategia”.
En Estás muy callada hoy, parte de esa estrategia pasa también por la sinceridad. “En general, no escribo pensando en publicar y me parece que eso es muy útil en el proceso de escritura”, apunta Navajas. No escribo con la conciencia de que después lo va a leer un montón de gente. Todo lo que escribo surge de una necesidad y también de un deseo. Trato de que funcione el texto lo mejor posible y trato de ponerme al servicio de la escritura, pero no con esfuerzo. Si no me surge de esa de esa manera, me parece que no sirve, no funciona”.
La maternidad, entendida como las relaciones entre alguien que es hija y que es madre, es uno de los grandes temas de Estás muy callada hoy. “Yo nunca pensé en estar escribiendo acerca de eso. Surgió de manera muy natural, como parte de la vida. Es insólito que no hayan tantos libros sobre maternidad y, de repente, aparecen y parecen novedosos, cuando la maternidad es como lo que nos constituye, como humanos y sociedades. La maternidad, ser hija y ser madre, es constituyente de de mi vida, entonces se cuela absolutamente en todas las escenas”.
Libros recomendados por Ana Navajas
Libros a los que volver siempre, recomendados por Ana Navajas
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Un poemario que me enseñó el arte de la exquisitez.
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Un poemario que sacude el corazón y el cerebro a partes iguales como sólo Szymborska puede hacerlo: poética e ironía de lo cotidiano.
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Otra cosa a la que vuelvo y que me encanta son los diarios. Descubrí este año en Madrid a una escritora que que que desconocía, Mary Sarton, con un libro que se llama Diario de una soledad. Ella escribió, muchísimas cosas, poemas, novelas y muchas cosas también autobiográficas. Para mí es una belleza cada vez que vuelvo a su encuentro.
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La historia de Ana sobrecoge. Un relato de niña pero con la dureza de poder entender mejor, y en primera persona, lo sucedido. Lo he leído mil veces y todas me hace temblar.
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Son como Biblias que están allá, en mi mesa de luz, haciendo una torre. Están todos marcados y me encanta leer las marcas. A veces, me gusta mucho agarrar páginas al azar y leerlas, porque hay como un procedimiento de reencuentro con esas voces. Abandone totalmente la lectura de ficción. Hace mucho que no leo ficción. Lo extraño, pero cuando agarro novelas últimamente no me satisfacen, no me produce eso que me produce la poesía. Antes le tenía más miedo a la poesía, no me gustaba no entender algunas cosas y ahora me reconcilié con la idea de no entender y agarrar lo que sí me hace sentir y pensar.
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