Libros que nos asoman a un precipicio, recomendados por Anne Michaels
La autora candiense, finalista del premio Booker, nos habla de su última novela, ‘El abrazo’.

Anne Michaels es una de esas autoras que mide cada palabra, sostiene su peso en sus manos y medita sobre ellas antes de usarlas. Por eso, su obra no es aún más extensa (tres novelas y siete poemarios desde mediados de los 80), pero por la misma razón es una autora reverenciada y cada obra suya es recibida con expectación. La última, la novela El abrazo, no ha sido menos: es una de las finalistas del prestigioso premio Booker. Resumir su argumento es no hacerle justicia: a través de distintos momentos, empezando por la I Guerra Mundial, recorre el siglo XX a través de la ciencia, la fe y la memoria. Hablamos con ella de su concepción de la literatura y de los libros que nos asoman a un precipicio.
Video: entrevista y libros recomendados de Anne Michaels

El abrazo es la tercera novela de Michaels, que ha dejado pasar 14 años desde la anterior, La cripta de invierno. “Comencé a escribir este libro hace muchos años, y sabía que me iba a llevar mucho tiempo”, confiesa la autora. “Siempre supe que la estructura sería esta: momentos dispares, en diferentes épocas, pero no entendía cómo estaban conectados. Hice una enorme cantidad de investigación, sobre evolución, biología, historia y filosofía de la ciencia, conciencia, historia… Porque me interesan mucho todas las fuerzas que nos llevan al momento presente. Evolución y revolución”.

Michael quería, por tanto, recorrer el siglo XX que nos ha llevado a donde estamos desde distintas perspectivas, pero sin dejarse llevar por el rigor historicista. “Estamos acostumbrados a hablar de historia en términos de acontecimientos y acciones, pero este libro quiere hablar de un valor diferente, una medida diferente para la historia: nuestras vidas interiores. A qué aspiramos, cuáles son nuestros ideales, en qué creemos. La historia no son solo acontecimientos o acciones. La historia también es terror, error, desesperación, dolor. Así, las fuerzas que nos llevan al momento presente son cosas que elegimos, pero también otras que están más allá de nuestra elección. Y así una y otra y otra vez”.
Ciencia y esperanza
En los distintos momentos que se muestran en El abrazo, Anne Michaels nos presenta a personajes que van desde finales del siglo XIX hasta el presente, algunos en zonas de guerra, otros atormentados por el pasado, y siempre atravesados por algunos sentimientos universales. El miedo, el trauma y la esperanza. También por la ciencia, que aparece como una presencia crucial en varios momentos. “Este libro quiere reivindicar el valor de lo que no se puede probar”, asegura su autora. “Se remonta a finales del siglo XIX por un motivo: fue entonces cuando la ciencia comenzó a manipular el mundo invisible, los átomos, la cámara de niebla, el mundo cuántico… Y cuando eso empezó a suceder, cambió nuestra antigua relación con lo que es invisible, lo que por sí misma no puede probar la naturaleza. Este libro dice que hay un valor en lo que no se puede probar. El hecho de que algo no pueda probarse no significa que no exista. Sólo porque no podamos ver algo no significa que no pueda tener un efecto increíble. Y la historia también funciona así”.
En esa nueva manera de entender el mundo y la vida, entre los personajes de Michaels aparece, por mucho que sus circunstancias puedan ser trágicas, la esperanza. “En este libro hay una frase que dice: “Nada enfurece al tirano más que la esperanza”, recuerda la escritora. “Cuando investigo para un libro, me hago preguntas, llevo todas mis suposiciones hasta el límite. Y eso es algo que lleva años. Y es un proceso muy angustioso porque, al otro lado con cualquier tipo de redención, creencia, esperanza. Pero es muy, muy importante para mí porque lo que te queda es algo en lo que tú puedes confiar, y sólo entonces, dárselo al lector”.
Libros que nos asoman a un precipicio, recomendados por Anne Michaels
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Austerlitz de Sebald, que es un libro extraordinario. Entras en él casi como en un sueño, pero no es un sueño. Es el mundo en el que vivimos. Es solo que tal vez los puntos de referencia aparecen con tanto detalle que parecen desconocidos. Y nos sitúa moralmente en ese libro. Es muy poderoso, muy poderoso.
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Mencionaré los libros de Labatut, Un verdor terrible y Maniac, por su sentido inflexible del papel de la Ciencia y la tecnología ahora. Pienso que son estructuralmente muy interesantes. Creo que no se alejan de las implicaciones más profundas de cómo somos, viviendo ahora dentro de este mundo tecnológico.
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Lo leí cuando tenía unos 14 años, y me quedé atónita por su fe en el idioma, porque todo el reino, el mundo, el mundo político, el mundo doméstico, todo está trastocado por una frase. Se podría decir que fue derribado por una palabra. Y al final, la redención, la restauración. De nuevo, una palabra. Y me pareció increíble cómo podía confrontar de manera tan asombrosa dos sistemas de acción, dos sistemas de creencias, dos escalas de cómo vemos el mundo con tanta precisión.
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Creo que hay libros y escritores, en todo su trabajo, con los que tenemos una relación. Y, aunque no estés releyendo esos libros, los llevamos dentro de nosotros y nuestra relación con ellos también cambia. O simplemente nos adentramos cada vez más en esa relación. Tengo esa relación con ciertos poemas, con poesía, con los libros que he mencionado. Y con un escritor que conocí y fue muy querido, John Berger, que fue un gran amigo íntimo durante 35 años. Su trabajo es preciso, preciso, y en ello hay una compasión inexpugnable. Y esa compasión me da coraje. Él solía decirme, “sé tan valiente como ya eres”. Y yo le digo lo mismo, sé tan valiente como ya eres. Y por eso creo que los libros que leemos hacen eso por nosotros. Porque un libro habla, pero un libro también escucha.