Libros aterradores para no dormir en toda la noche

Las noches de verano pueden ser interminables. El calor nos impide conciliar el sueño, nos despertamos de madrugada empapados en sudor, el volumen del televisor de los vecinos no ayuda... Llegado un punto, nos desesperamos tanto que la solución puede ser justo lo opuesto: no dormir. En esas situaciones, una buena historia de miedo puede ser justo lo que necesitamos. Intrigas, asesinatos, fantasmas o monstruos nos proporcionan esa evasión que buscamos, haciéndonos olvidar incluso de nuestro propio cansancio. Hoy seleccionamos una serie de obras que no nos dejarán pegar ojo en toda la noche.
Maestro de la ciencia ficción, Ray Bradbury también cultivó en género de terror. En La feria de las tinieblas, dos adolescentes descubren un misterioso carrusel de feria es capaz de hacer avanzar y retroceder en el tiempo. Richard Matheson, otro de los nombres sagrados de la literatura de terror y fantástica, nos propone su propia versión sobre los lugares encantados en La casa infernal. Y, por supuesto, si hablamos de terror tenemos que nombrar a Stephen King. En El instituto, un niño de doce años es raptado e internado en una siniestra institución en la que todos sus internos tienen poderes paranormales.
Esa clase de poderes también aparecen en El otro, la novela de Thomas Tryon que Stephen King señala como una de sus principales influencias. Dos hermanos que se comunican telepáticamente ven como en su entorno se desarrolla una extraña y constante sucesión de accidentes que acaban con la vida de familiares y vecinos. Otro adolescente es el protagonista de Verano de miedo, novela de Carlos Molinero que relata como un chico durante unas vacaciones se enfrenta a la amenaza de un vampiro. Y en la adolescencia también comienza El hombre de tiza, cuando el protagonista del libro de C. J. Tudor conoce a un hombre que le anima a hacer unos dibujos que comienzan a tener consecuencias terroríficas.
A medio camino entre la novela negra y el terror gótico, Un plan sangriento nos sumerge en las Tierras Altas de Escocia, en un pueblo en el que se comete un triple crimen que es investigado años más tarde, con el fin de descifrar qué lleva a alguien a cometer un acto tan atroz. En esa misma línea, Damas oscuras es una recopilación de historias de fantasmas escritos por autoras como Charlotte Brontë, Elizabeth Gaskell o Willa Cather. Y si hay una escritora actual que ha conseguido renovar las historias de terror clásicas y otorgarles una nueva dimensión, esa es Mariana Enríquez, con libros de relatos como Las cosas que perdimos en el fuego.
Libros aterradores para no dormir en toda la noche
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Bradbury es un maestro, y los maestros enseñan. Este libro en concreto me enseñó que la forma en que cuentas una historia es tan importante como la historia que estás contando, y que el tópico no podría ser más falso: ni mil imágenes pueden competir con una palabra, cuando es la palabra justa.
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El Rey no descansa nunca. Año tras año, el genio de Maine vuelve a las librerías con un nuevo título que sumar a su ya extensísima producción. En este caso, con 'El Instituto' crea una sombría organización que se dedica a secuestrar a niños de todo el país -después de asesinar a sus padres- dotados de extraños poderes, con el fin de controlarlos y, presumiblemente, usarlos como armas. Un argumento que parece sacado de los cómics de los X-Men, de películas como Scanners o, incluso, nos evoca uno de los clásicos de King como fue 'Ojos de Fuego'.
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Un relato true crime tan verídico como sobrecogedor con el trasfondo de las Tierras Altas escocesas. Una inteligente combinación de juego literario y thriller que se degusta como un buen vaso de scotch y nos sacude como el viento de las Highlands. Además, en nuestras librerías, para no perderse nada, el libro viene acompañado de un marcapáginas exclusivo. La coartada perfecta para leer este otoño hasta su sorpresivo final (el del libro, no el del otoño).
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De vez en cuando llega una artista que nos tapa la boca a todos, nos pone firmes y nos hace darnos cuenta de que nos hemos estado durmiendo en los laureles demasiado tiempo. Mariana Enríquez es esa artista y Las cosas que perdimos en el fuego es el ejemplo perfecto de género fantástico que te cala por dentro y que te llevas contigo mucho tiempo después de cerrar el libro. Si no te gusta, es que no tiene alma, o quizá te la haya robado alguna de las cosas que se arrastran por estas páginas.
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