Libros con los que descubrimos el sexo
Una estantería de títulos iniciáticos en materia sexual

Los libros llevan siglos siendo una puerta de entrada a la edad adulta. Mucho antes de que existiera Internet o de que todo el mundo hablara de la trilogía de Cincuenta sombras de Grey o de las obras de Megan Maxwell los libros ya servían para descubrir qué era eso del sexo. En Librotea hemos reunido un puñado de esos títulos iniciáticos en materia sexual.Charles Bukowski es uno de esos autores con el que muchos lectores toparon en la adolescencia y varias de sus novelas podrían estar incluidas en esta selección. Tal vez sea Mujeres una de la más demandadas entre el público joven. Milo Manara es el maestro del cómic erótico y del sexo ilustrado e ilustrativo, sus historietas han sido más didácticas que muchos tratados científicos sobre sexualidad. Historias del Kronen, de José Ángel Mañas, fue una especie de revelación para una generación de españoles. Más allá va Las edades de Lulú, la novela con la que Almudena Grandes ganó el premio Sonrisa Vertical sigue impactando a los adolescentes que se acercan a ella y descubren una sexualidad mucho más radical que la que su mente les había permitido imaginar. Los diarios de Anaïs Nin tienen un alto contenido erótico y en el libro de relatos Delta de Venus vuelca textos salvajes, pero es Pájaros de fuego el libro incluido en esta estantería. Otros títulos que entran en esta lista son El amante de Lady Chatterley o el Decamerón, de Bocaccio, dos clásicos que siguen siendo una referencia. Categoría en la que también podemos enmarcar Emmanuelle, de Emmanuelle Arsan, un libro que durante mucho tiempo fue tildado de escandaloso pero que se siguió leyendo de forma clandestina. Henry Miller enseñó a muchos a hablar de sexo sin pudor ni cortapisas, pero lo hizo mucho después del Marques de Sade. En esta esta estantería no podía faltar Juliette.
Libros con los que descubrimos el sexo
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La leí a eso de los catorce años, editada como parte de una colección de novelas que se vendían, por cientos, en los puestos de periódicos. Me impresionó, claro, porque era sexualmente más radical que nada que hubiera leído entonces. Me dejó la costumbre de hacer la señal de cuernos con la mano frente a los estadios de los equipos enemigos de los míos, como hace un personaje ante el Bernabeu (en Madrid hice lo mismo ante el mismo estadio).
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El tótem de "lo de la vida bohemia". Un libro que resulta muy atrayente y fascinante leerlo de joven, e inspirador leerlo de mayor.
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Escrito en 1351, evoca una gran peste medieval y es una de la obras clásicas de la literatura italiana y universal. Desde el primer día del confinamiento pensé en él y lo volví a leer, incluso escribí un artículo sobre su paralelismo con lo que vivíamos. Planea todo el tiempo sobre mi “Primavera extremeña” aún siendo muy diferentes en su estructura.
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La frustración sexual se convierte en motor de una ruptura emocional y social. Historia del renacimiento de una dama de la sutil Inglaterra victoriana bajo el efecto embriagador de la naturaleza y del paisaje. Una novela llena de belleza sobre la libertad más íntima.
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