Libros absolutamente desternillantes para los que no tienen vacaciones

Quedarse en casa (o en el trabajo) cuando mucha gente parte hacia algún destino vacacional puede ser motivo de depresión o, al menos, de malestar. Son esos momentos en los que odiamos un poco a aquellos que cuelgan es sus redes sociales fotos de lugares de ensueño mientras buscamos una sombra en la ciudad o nos enfrentamos a una jornada laboral más. Pero ese malestar desaparece cuando abrimos un buen libro, y más aún si se trata de uno divertido. Por eso, hoy seleccionamos algunos libros capaces de hacernos cambiar de humor, incluso si los leemos en el transporte público o entre pausa y pausa de nuestras tareas diarias.
Los autores británicos saben muy bien cómo contarnos historias salpicándolas de un fino humor que, sin caer en la comedia, hace que sus novelas adopten un punto de vista especial. La suerte de Jim, de Kingsley Amis, es una de ellas, con sus enredos de campus y un personaje que, ante todo y ante todos, busca guardar las apariencias. Parte de ese humor debía ser genético, puesto que Martin Amis también hizo gala de él en Dinero, una de esas novelas que nos presentan ante un personaje que nunca querríamos cerca de nosotros pero que, reflejado en las páginas, nos provocan hilaridad.
Otro británico que desarrolló una literatura decididamente humorística fue Tom Sharpe, en especial gracias a su personaje Wilt, especialista en meterse con extrema facilidad en los líos más absurdos. Otro británico, Spike Milligan, nos presenta un pueblo que cae justo en la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, lo que conlleva un gran número de situaciones absurdamente divertidas. Más recientemente, Caitlin Moran se ha especializado en explicar las vivencias de su vida desde una perspectiva feminista que salpica de un extraordinario sentido del humor, como en el reciente Cómo ser famosa.
David Safier es conocido por sus planteamientos sorprendentes e imaginativos y por las buenas dosis de risas que suelen proporcionar sus libros. En Yo, mi, me... Contigo, una mujer vive una regresión mediante la hipnosis y acaba encerrada en el cuerpo de... William Shakespeare. La prueba de que el humor se puede encontrar casi en cualquier contexto está en Hasta arriba, la historia de un grupo heterogéneo (y bastante desastroso) de personas que deciden llegar a la cima del Everest.
Pero si lo que queremos es dejarnos llevar por la risa pura y dura, nada mejor que acudir a los maestros. En Memorias de un amante sarnoso, Groucho Marx afronta su autobiografía, pero tratándose de quien se trata hay tanto humor como vivencias. Y en Pura anarquía, Woody Allen reúne sus obsesiones en una serie de relatos que están hechos para dinamitar las convenciones y provocarnos dolor de barriga a base de carcajadas.
Libros absolutamente desternillantes para los que no tienen vacaciones
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Un libro clave para leer en las giras que celebrabamos el siglo anterior.Una obra épica, 'La Hoguera de las Vanidades' de la generación X.
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Hoy en día el Everest es casi un parque temático. Sin embargo, en los años cincuenta apenas unos pocos se atrevían con él. Fue en esa época cuando se alcanzó su cima por primera vez lo que dio pie a un inusitado interés por el montañismo y el alpinismo (hasta entonces no era la actividad ociosa la que se convirtió muchos años después). A esta nueva moda, el británico W. E Bowman replicó con la novela Hasta arriba, publicada originalmente en 1956, y que desde el primer momento se convirtió en un clásico del humor inglés. La novela es aptísima para los que gusten del montañismo –sobre todo en estas fechas- pero también para los que sólo quieran disfrutar de la literatura y el humor. Con mucha flema británica.
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Memorias de un amante sarnoso
Groucho Marx
Editora y Distribuidora Hispano Americana, S.A.
Crecí yendo al cine de sesión continua los domingos con mis amigos del colegio Raúl Canosa y Ricardo Castillo, para ver dos películas seguidas de los hermanos Marx, y del efecto sorpresa de Groucho he intentado siempre aprender y, en la medida de mis limitaciones, emularlo.
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