Libros de misterio que enganchan para leer en un solo día
Lo que no sabemos es el motor del arte de contar historias. Descubrir poco a poco lo que nos cuentan es una de las grandes fascinaciones que podemos encontrar en la vida. Por eso, las historias nos siguen enganchando igual que hace milenios, sea en el formato que sea. Cuanto más se acrecienta el misterio, más curiosidad nos genera. La literatura ha explorado esta sensación dejándonos grandes obras que hacen que la lectura se suceda sin fin. Hoy nos dedicamos a esos libros de misterio que enganchan para leer en un solo día.
Libros clásicos de misterio
Manejar los detalles, las atmósferas y saber llevar al lector por un camino para luego sorprenderle es un arte que algunos autores han llevado a su máxima expresión. Relato fundacional del misterio, Otra vuelta de tuerca, de Henry James, es uno de los ejemplos perfectos de cómo se puede narrar una historia de manera rompedora. Otros escritores han querido mirar en las oscuridades de la mente para ayudar a marcar un género, el del misterio. Daphne du Maurier fue una maestra, en narraciones como No mires atrás. Aislar la acción en un solo espacio es una estrategia que se ha seguido en numerosas ocasiones y que tienen en El misterio del cuarto amarillo, de Gastón Leroux, una de sus primeras y más brillantes aproximaciones.
Es una obra que me regaló mi padre y la leí en el campo, un verano, en el Périgord francés. Me gusta la capacidad que tienen algunos autores de acaparar el 100% de tu atención, llevándote a sensaciones de miedo y de inquietud que creias superadas.
Libros que juegan con nuestras expectativas
Las tramas del misterio, tras décadas de historias, se sofistican para hacer que el lector no espere el camino por el que le va a llevar el lector. En La solución final, Michael Chabon retoma a un clásico detectivesco para enfrentarle a enigmas de otro tiempo. Vestido de novia, de Pierre Lemaitre, es una de esas novelas que descolocan por completo al lector hasta llevarle a un desenlace inesperado.
De él destaco esa capacidad de girar, cuando menos te los esperas te lo replantea todo y te lo pone patas arriba. Me gusta mucho Lemaitre, y en este libro no falla. A veces incluso me dan ganas de tirar el libro, dices: '¿Como puede ser tan sádico este personaje?'. Si lo que quieres es engancharte, cualquiera de Lemaitre. Es un maestro.
Otras novelas juegan más con los cánones del género, generando tramas que son pura adicción. Es el caso de Asesinos sin rostro, unos de los clásicos de Henning Mankell. En La entrega, Dennis Lehanne entrega una novela que ahonda en el género negro estadounidende. Por último, el misterio se cruza con el terror en Mandíbula, de Mónica Ojeda.
Cuando la broma y el juego dejan de serlo entra en escena la ecuatoriana Mónica Ojeda (Guayaquil, 1988), quizá una de las mejores narradoras de los últimos años. Su anterior novela publicada en España, Nefando, horadaba en el asunto de la pornografía y el sexo cuando este deja de ser mero placer y se convierte en pura violencia. En la nueva, Mandíbula (título de una sola palabra, como una bofetada) aborda las relaciones femeninas cuando entra lo tóxico, la venganza y el dolor. La premisa es una chica secuestrada por una de las profesoras de su instituto. No es una maestra cualquiera: había sufrido bullying por parte de varias alumnas, entre ellas la secuestrada, una niña bien, pija, hipster oscura. Ojeda va trazando la situación de angustia, y a la vez la relación entre todas esas mujeres, la que se establece entre las amigas de la adolescencia cuando se deja de jugar a la comba y donde el sexo y el deseo también juegan un papel prominente. A medias entre lo terrorífico y lo sórdido. Y, sobre todo, lo femenino alejado de cualquier cuento de hadas.