Libros de novela negra que juegan con nuestros sentimientos

La novela negra también puede tener corazón. Hay obras que, además de tramas intrigantes, asesinatos y oscuridad también nos acercan a aspectos más sentimentales, mostrándonos a personajes que sufren como cualquiera de nosotros. Ya sea por causas sentimentales, un amor perdido o imposible, o por la marca que deja en todos nosotros la familia, hay noirs que nos muestran en lado más emotivo de las tramas detectivescas y criminales. Hoy queremos demostrar que la novela negra también tiene corazón.
Uno de los padres del género, Raymond Chandler, sentó las bases de la figura del detective cínico y duro con Philip Marlowe, pero en El largo adiós le somete a un dilema sobre la amistad y los límites hasta los que puede llegar. Otro de los grandes de la novela negra, en este caso contemporánea, es James Ellroy, quien en Mis rincones oscuros rompe con su imagen de tipo duro y mezcla memorias con misterio a través de la investigación real del asesinato de su propia madre.
Estamos acostumbrados a detectives solitarios, mayoritariamente hombres, con heridas en su pasado que les marcan una serie de comportamientos clave, así que cuando algún autor se sale de ese marco, el lector lo agradece. Es el caso de Dennis Lehane y su pareja de detectives formada por Patrick Kenzie y Angela Gennaro, o cómo llevar la vida de pareja a casos como el de Desapareció una noche. Y más peculiar es la relación entre Arturo Zarco, el detective creado por Marta Sanz, y su exmujer Paula, en novelas como Black, black, black. Petra Delicado también es otro caso de investigadora diferente al cliché que tiene que lidiar con asuntos muy distintos al crimen, como por ejemplo la vida familiar, algo que comprobamos en Crímenes que no olvidaré.
En otras ocasiones, los autores de novela negra se valen de historias que nos llevan hacia el pasado de sus personajes, a situaciones dramáticas o que les han dejado marcas imborrables. Es el caso de Solo el silencio, sobre un crimen que parecía resuelto y que vuelve a asediar a su protagonista dos décadas después. El detective Ricardo Cupido, creado por Eugenio Fuentes, indaga en el pasado de sus clientes para descubrir toda una trama de traiciones, despechos y venganzas, como en Piedras negras. De la misma forma, el Juan Urbano creado por Benjamín Prado explora episodios dolorosos y crueles de nuestro pasado en títulos como Mala gente que camina. Para terminar, Pierre Lemaitre se ha destacado como un maestro a la hora de abordar el género negro desde una perspectiva emocional y compleja, como nos demuestra con el protagonista de Tres días y una vida.
Libros de novela negra que juegan con nuestros sentimientos
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Traducción de José Luis López Muñoz. Una de las pocas veces en las que la novela negra ha sido traducida sin copiar los giros importados del cine, en un español impecable y brillante.
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Es un libro muy duro, por unas circunstancias que le pasaron al propio James Ellroy. Le cogí una tremenda afinidad al personaje principal, dentro de lo difícil que puede parecer pegarse a la sombra de un tipo como Ellroy.
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Me fascina, y lo he tenido muy en cuenta en 'Penitencia' en cuanto a que es un libro muy corto, muy concreto, no cuenta nada de más y lo cuenta muy bien. Eso es lo que he intentado en Penitencia, ha sido mi referencia. La estructura, además, es muy limpia, es el rompecabezas perfecto. Es redondo.
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