Libros para tener esperanza en el futuro, recomendados por Iván Repila
'El jardín del diablo', su última novela, es una fábula sobre nuestra relación con la naturaleza y el mundo que le dejamos a las futuras generaciones".

En El jardín del diablo, Iván Repila retoma el tono de fábula con el que se dio a conocer con El niño que robó el caballo de Atila. En esta ocasión, a través de la narración de un padre a una hija, en la que nos cuenta cómo un joven es elegido para dejar el jardín en el que vive, una sociedad en la que los humanos viven en armonía con la naturaleza, para llegar a nuestro mundo. Un relato sobre crecer, vivir en comunidad y la responsabilidad que tenemos en el mundo que le dejamos a las siguientes generaciones que, además, es una obra tierna y luminosa. Hablamos de todo ello con su autor, y nos recomienda libros para tener esperanza en el futuro.
Video: entrevista y libros recomendados de Iván Repila

En la génesis de El jardín del diablo intervinieron varios factores, entre ellos una pasión antigua de Repila. “Las hormigas son una obsesión desde que era muy pequeño. Siempre me interesaron, no solamente las hormigas, todos los insectos, sobre todo los insectos sociales”, explica. “A las hormigas, desde siempre las he mirado con fascinación y he intentado aprender sobre ellas. He tenido hormigueros, he criado hormigas y he convivido con ellas. Después de la pandemia nos mudamos a una aldea de Burgos de seis habitantes y ahí estuvimos muy en contacto con la naturaleza y retomé un contacto muy cercano con todos los animales del entorno, incluidos los insectos y las hormigas. Siempre me ha fascinado su capacidad de colaboración y cooperación con un único objetivo, proteger a la prole e intentar que siempre haya una generación siguiente y que no le falte de nada. Creo que eso es algo que a los humanos se nos está olvidando, no pensamos apenas en la generación siguiente”.
El ejemplo de las hormigas sirve a Repila para imaginar ese jardín del que Volva, el protagonista de esta fábula, sale para recalar en la gran ciudad, la representación de nuestra sociedad actual. “Los jardines del diablo existen, son esos ejemplos de mutualismo que se dan en la zona del Amazonas, sobre todo, donde hay una especie de hormigas que llega, me gusta pensarlo así, a un acuerdo con dos o tres tipos de plantas de tal manera que las plantas permiten secar algunos tallos para que las hormigas creen hormigueros y las hormigas se encargan de que ninguna otra planta pueda crecer en ese entorno”, apunta el autor.

“Pensé en que no solamente que las hormigas y las plantas lleguen a un acuerdo, sino que los humanos lleguen también con ellas a un acuerdo y, en términos simbólicos, intentar que los humanos lleguen a un acuerdo con todos los seres vivos del planeta, no solo entre ellos", prosigue Repila. "Con todo eso en mente, más tener una hija pequeña, más la experiencia post-pandémica y vivir en la naturaleza, se montó en mi cabeza una historia que acabó siendo El jardín del diablo”.
El poder de la fábula
En El jardín de el diablo, Repila ha optado por vestir su narración de fábula, de la que ya había usado elementos en otras de sus novelas. “Casi toda mi obra tiene un pie en el realismo y un pie en la ficción pura, la ficción más extrema”, apunta. “El tono de fábula, que efectivamente ya lo usé en El niño que robó el caballo de Atila, aquí es más extremo. Cuando nació mi hija, me convertí en una especie de cliché y pensé lo que mucha gente piensa: ¡Hemos traído un ser vivo al mundo! ¿Pero a qué mundo le vamos a dejar? Eran cosas que me preocupaban.
A la hora de componer el libro, Repila encontró en ese tono la solución. "Para hablar de todo lo que yo quería hablar (el crecimiento, la paternidad, los cuidados, la naturaleza…) que un padre que le está contando un cuento a su hija y, por lo tanto, utilice un tono de fábula, de cuento. Me parecía que era el tono adecuado y, además, jugar con la especulación que permite la fábula creo que nos deja a los escritores muchísima libertad para tomarnos licencias literarias y licencias poéticas sin tener que justificarte ni dar explicaciones”.
El mundo está muy difícil ahora y la previsión a futuro es que va a estar más difícil. En todos los términos.
Además de los aspectos formales, la fábula también le permite a Repila construir el que considera su libro más luminoso, aunque con momentos agridulces. “El libro tiene una parte, creo que muy evidente, de carta de amor a la niña. Creo que al final también se desvela que ahí hay una parte importante de petición de perdón”, confiesa. “Es un perdón individual, por un lado, porque es responsabilidad mía todo lo que yo pueda ayudarla a construir un lugar habitable para ella. Y una especie de petición de perdón colectiva también. Hablamos del cambio climático, de los desastres económicos, financieros, las catástrofes... Bueno, yo creo que el mundo está muy difícil ahora y que la previsión a futuro es que va a estar más difícil. En todos los términos. Conseguir vivir, conseguir trabajar, conseguir tener una casa, conseguir disfrutar del mar o tener agua. En esa tristeza que me provoca lo que creo que le voy a dejar a mi hija y a todas las demás niñas del futuro, necesito probar con la luz y con la esperanza.
La fábula, por último, también es una reivindicación de la imaginación, para Repila algo imprescindible para afrontar el futuro. “No hablo de una imaginación gratuita, de la pura ficción. No, hablo de que seamos imaginativos y ojalá tengamos la capacidad de imaginar y de inventar ideas nuevas que nos permitan hacer que el mundo al menos decelere y que todas las inercias de horror que vamos viendo y que seguramente sigan sucediendo se ralenticen o las evitemos”, explica. “Que busquemos las maneras, y por eso hay que imaginarlas primero, para intentar convertir el mundo en un lugar habitable para todos”.
Libros para tener esperanza en el futuro, recomendados por Iván Repila
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Quizá el libro que más me ha impresionado en los últimos años sea Carcoma, de Laila Martínez, que es un librazo que está teniendo muchísimo éxito y me parece que es una historia de fantasmas social, política, que mete hachazos en todas direcciones y es posiblemente una de las lecturas que más he disfrutado. Yo creo que es el mejor libro que ha salido publicado en España en los últimos años.
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Es el tercero de una trilogía western que ha hecho y recomiendo el último porque es el último que acaba de salir y cierra la trilogía. Pero toda la obra de esta western que ha hecho esta trilogía increíble, atípica, única y con una prosa excelente como siempre Jon Bilbao, me parece que es un libro que hay que tener junto con los dos anteriores.
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Huxley es famoso por otros libros, Un mundo feliz sobre todo, pero fue una lectura que me resultó interesante porque en lugar de ser una distopía es una utopía, y utopías hay muchas menos que distopías y La Isla es una utopía muy bonita de leer, creo que muy interesante para cualquier lector que quiera buscar esperanzas y que sintoniza en algunas partes con mi novela.
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Seguramente sea a nivel de prosa o de propuesta narrativa contemporánea sea la escritora que más me interesa del mundo y en lengua española, y con la que sintonizo tanto temáticamente como estilísticamente de principio a fin. Todo lo que hace Mónica Ojeda me parece increíble y me toca de una manera especial.