Libros que son una fuente de inspiración, recomendados por Verde Prato
Hablamos con la compositora guipuzcoana sobre su evolución y su próximo trabajo

2023 ha sido un año importante para Ana Arsuaga. La compositora guipuzcoana conocida como Verde Prato ha continuado su evolución, desde unos comienzos en los que surgió como una revelación dentro de la escena musical independiente a seguir desplegando su sonido. Antes de la publicación de un nuevo trabajo, previsto para febrero, y que promete un cambio de rumbo, hablamos con ella de su trayectoria ascendente y de los libros que son una fuente de inspiración.

En 2021, Verde Prato sorprendía con Kondaira eder hura, un debut que hacía de la economía de medios una virtud, pero sobre todo por su actualización del folklore vasco a través de bases electrónicas austeras. Desde entonces, el single Jaikiera y el álbum Adoretua la han revalidado como una artista personal y en expansión. “Para mí hay algo natural en todo este proceso”, explica ella. “Los intereses van cambiando aunque haya cosas que siempre están ahí de alguna manera. Yo empecé con influencias más directas del folk o de la tradición oral, sobre todo euskaldún, y aunque siempre estaba mezclado con la electrónica, quizá en ese momento era algo un poco auxiliar, para hacerlo yo sola. Todo tenía un toque más trágico al principio, yo creo, como estilísticamente así y como que eso poco a poco ha ido cambiando. Cada vez es más luminoso, más bailable también. Voy aprendiendo más de cómo hacer las bases… Me interesa más explorar eso”.
En ese viaje sonoro, Verde Prato ha ido adquiriendo sonidos a su propuesta, partiendo de la austeridad hacia un estilo en el que entra cada vez más luz. “Bebo de las fuentes que tengo a mano. Yo tengo unos referentes que quizá no me da miedo mezclar”, explica Ana. “En principio ha habido más prejuicios, pero creo que es algo de estos tiempos. Utilizar ritmos latinos y mezclarlos con el euskera o mezclarlos con otros estilos más minimalistas creo que es algo bastante común ahora. Creo que intento hacerlo de manera natural sin cuestionar si es demasiado raro o demasiado forzado, simplemente hacerlo”.
"Quería trazar un camino en el que las referencias musicales, los deseos, fueran míos"
En esa trayectoria, Verde Prato ha apostado por la autosuficiencia, pese a haber contado con colaboraciones puntuales. “Yo creo que por dos motivos principales. Uno, el material que tienes a mano y las capacidades de las que dispones. En mi caso, sobre todo la voz”, cuenta. “Por otro lado, también nace de que no me manipulen, algo que tiene que ver con el género. Había personas a mi alrededor, que eran hombres normalmente, que eran los que sabían de la técnica, del sonido, y estaba guay que me enseñaran cosas y he aprendido mucho de ellos, pero al mismo tiempo yo quería trazar un camino en el que las referencias musicales, los deseos, fueran míos”.
Ahora, Arsuaga está a punto de presentar un nuevo disco que se espera como un nuevo capítulo de su evolución. “En realidad, este trabajo que va a salir está grabado hace bastante tiempo, que es lo que pasa siempre con los álbumes. Creo que desde el principio ha habido muchos estilos al mismo tiempo en el proyecto, entonces simplemente veo como un camino, yo simplemente sigo el camino. Va a haber una colaboración especial de la he aprendido mucho, ha sido muy interesante para mí, y es algo muy curioso porque se mezclan dos mundos. Es muy diferente a lo que he hecho antes”, anticipa.
Libros que son una fuente de inspiración, por Verde Prato
-
Ha sido para mí todo un referente. Me parece súper inspirador, aparte de los temas que trata en este libro, es algo tan personal lo que narra, se su historia familiar. Me interesa muchísimo el tono en el que lo narra, porque me parece que eso yo lo intento mucho en mis letras, como encontrar esa parte como íntima, pero a la vez que no sea ni pomposa, ni que se te vaya mucho a la sensiblería o a la autocompasión. Intento que haya ese equilibrio y me parece que ahí Eider Rodríguez es una maestra.
-
Recuerdo que, aunque sea súper típico, lo leí con 18 y como que flipé. Pero, claro, ahora, le veo muchos lados un poco peligrosos, como respecto a los roles de género que hay ahí. Si lo leyera ahora, seguramente vería un exceso de romantización de mil cosas, pero en su momento me parecía una cosa espectacular, la poesía que había ahí dentro. Me impactó mucho esa edad.
-
Me han impactado libros muy distintos. Por ejemplo, recuerdo que hace unos años me impactó mucho el de Silvia Federici, Calibán y la bruja, por otros motivos también. Me gusta bastante leer también últimamente sobre feminismo.
-
Por ejemplo, otra novela de Natalia Ginzburg que también me gustó mucho, Todos nuestros ayeres, hace poco.
-
Durante un par de años, alguien súper importante fue Simone Weil. La gravedad y la gracia, empecé con eso, pero luego tengo muchos libros de ella. Ha sido una inspiración. Es muy humanista todo lo que escribe, pero de una manera un poco espiritual, y eso también me interesa. Siempre me ha interesado también lo político y lo espiritual.