Libros optimistas para acabar el año de buen humor
Libros que invitan al optimismo. Historias que encuentran la alegría de la vida incluso en los momentos amargos. Personajes que nos muestran humanidad y ternura. Hoy en Librotea seleccionamos obras que nos hacen afrontar los últimos días del año con esperanza y alegría.
La familia puede convertirse una fuente de conflictos y tensiones, pero también ser una fuente de felicidad y un apoyo fundamental en la vida. En Planimetría de una familia feliz, Lia Piano (hija del arquitecto Enzo Piano) viaja a su infancia para mostrar unos recuerdos impregnados de la magia con la que vemos el mundo en los primeros años de la vida.
Incluso las familias atípicas (o directamente disfuncionales) también pueden ser vistas a través del prisma de la ternura y el aprendizaje vita. En Las primas, Aurora Venturini nos muestra a una formada solo por mujeres que, pese a sus peculiaridades y dificultades, se abre camino en la vida.
La amistad es otra fuente de gozo que la literatura ha explorado en innumerables ocasiones. En Amigos para siempre, Daniel Ruiz parte de la celebración de un cumpleaños para mostrarnos las vidas de cinco amigos, con sus luces y sus sombras, narradas con humor y una mirada muy humana,
Los caminos por los que nos lleva la vida, con sus encuentros felices, es el hilo que teje Los últimos románticos, de Txani Rodríguez, una novela que nos habla sobre las oportunidades que se nos presentan en nuestro camino y la importancia de cuidar a las personas que nos importan.
Es una novela muy suave, llena de sensibilidad y humor, y tiene momentos en los que no puedes parar de reír. Por ejemplo, la protagonista llena su casa de rollos de papel higiénico porque trabaja en una fábrica de celulosa. Al mismo tiempo es uno de esos libros finos que te hablan en un registro menor sobre cómo es el alma humana, que es al fin y al cabo el objeto final de la literatura.
Hay historias que, por la manera en la que reflejan el mundo y unos personajes que alcanzan un nivel de humanidad que se nos hacen reales, nos reconfortan e insuflan vitalidad. Es el caso de El señor Wilder y yo, la novela en la que Jonathan Coe nos relata la relación entre una compositora de bandas sonoras que roza los sesenta años y uno de los grandes genios de la historia del cine, Billy Wilder.
Es una preciosidad, reconstruye el personaje de Billy Wilder a través de su traductora cuando rodaba Fedora en Grecia, y que luego se convierte en compositora.
Los libros que narran experiencias reales también pueden ser un canto al optimismo y a la parte más bella de la experiencia. En Tejiendo sueños, la compositora y escritora Patti Smith, una de las grandes de la historia del rock, bucea en sus recuerdos de infancia para mostrar esa alegría del mundo que se despliega con infinitas posibilidades.
De la misma forma, Ignacio Peyró hace repaso de sus años de periodismo en Ya sentarás cabeza, mostrando unos años de formación repletos de aguda observación del mundo y de búsqueda de los placeres de la vida.
Y, sin duda, uno de los grandes placeres de la vida nos lo proporciona la comida. El pan que como, de Paloma Díaz Mas, es un viaje por los recuerdos a través de la cocina, un hilo conductor que nos habla de sensaciones, relaciones, amor por la literatura y la búsqueda de momentos que hacen de nuestra existencia algo más feliz.