Libros para celebrar el placer femenino, por María Hesse

El placer, el último libro de la ilustradora María Hesse, surgió de la censura. Unas imágenes compartidas en Instagram que fueron retiradas por la red social le mostraron muy a las claras que hay temas que todavía están lejos de estar normalizados. “Yo quería hacer un libro erótico, y publiqué unas imágenes sobre la masturbación femenina, pensando que esto era algo que ya estaba superado”, recuerda en esta entrevista con Librotea. Sin embargo, ni siquiera el hecho de que se trataba de un dibujo y no de una fotografía le sirvió para evitar las estrictas normas de la red social. “Me retiraron esas imágenes e incluso comencé a recibir comentarios muy duros, de gente que me decía que si estaba enferma”, explica. “Además, mi forma de dibujar no es nada agresiva. Es curioso que en esta época que vivimos sigan repitiéndose ciertos patrones”.

De esos tabús nació un libro que es a la vez, como explica en su prólogo Lara Moreno, un curso acelerado de anatomía femenina, un homenaje a las mujeres que han hablado sin tapujos sobre su sexualidad y su cuerpo y un relato confesional sobre cómo se supera la falta de información o la vergüenza hasta poder disfrutar del placer. “Ese libro que iba a ser erótico se fue transformando en una reivindicación del placer de la mujer y en un análisis de la educación que hemos recibido tanto hombres como mujeres, porque ha habido una falta de educación que hemos sufrido los dos sexos”, apunta la ilustradora.
El trayecto vital de la propia autora, desde la falta de educación sexual en su infancia hasta el conocimiento del propio cuerpo, articula tanto las ilustraciones como los textos de El placer. “Al principio quería hacer hacer un libro mucho más coral, preguntarle a otras mujeres con distintas perspectivas: chicas transgénero, mujeres mayores, adolescentes...”, explica. “Pero en ese proceso comencé a leer a otras mujeres que habían escrito sobre estos temas y me di cuenta de que me sentía mucho más identificada cuando hablaban desde su experiencia que cuando te hablaban de la experiencia de otra persona. De alguna manera empatizas de otra forma. También me di cuenta de que tenía que hablar de lo que mejor conocía, lo que había vivido”.
De esa forma, Hesse afronta algunas de sus propias frustraciones, fruto del desconocimiento. “Hasta hace un año y medio yo no sabía que el clítoris mide diez centímetros, y tengo 37 años”, exclama. “Y ahora, cuando hago presentaciones, lo pregunto al público y muchas chicas siguen sin saberlo. Cuando estudias anatomía en el colegio, se ven todos los órganos menos el clítoris, y sin embargo sí se ven los testículos y el pene en el cuerpo masculino. Lo que pasa es que la única función del clítoris es darnos placer, no tiene ninguna función en la reproducción y por eso no se enseña. Ni siquiera se muestra la vulva. Las chicas, si no nos miramos con un espejo, no sabemos cómo es nuestra vulva”, relata.
Esos silencios sobre el cuerpo de la mujer, tanto en el ámbito educativo como el doméstico, acaban por convertirse en algo peor. “Parte de mi frustración se debía no a que mi cuerpo no funcionara, sino porque nadie me había hablado del clítoris. En mi casa no se hablaba de la masturbación, y en los colegios tampoco se trataba. Es normal que no conociese mi cuerpo”. Gran parte de lo que aprendió sobre su cuerpo y su placer se lo debe a las conversaciones con otras mujeres. “Del sexo es mucho más fácil hablar desde el éxito que de la frustración”, asegura. “La gente no dice que no es capaz de tener un orgasmo, o que ha tenido un gatillazo. Esa es la parte que más nos cuesta trabajo, pero es natural y, si todas los compartimos, nos podemos dar cuenta de que no estamos rotas. El hablar con mis amigas me hizo naturalizar las cosas. Este libro de hecho parte como una de esas conversaciones. Esas conversaciones me rescataron”.
Otra de las fuentes que le ayudaron a aprender a vivir el deseo con naturalidad las encontró en las páginas de otras autoras. “Leyendo he aprendido mucho, también haciendo este libro”. Por eso, le pedimos que compartiese con nosotros alguna de esas lecturas.
Libros para celebrar el placer femenino, por María Hesse
-
Un libro visionario en el que la autora sueña ya a la mujer contemporánea y sus revoluciones.
-
Me parece brutal porque Eve Ensler habla tanto desde su experiencia propia como desde muchas otras realidades distintas, alguna muy impactante.
-
Y siempre la poesía de Marianne Moore, que concentra lo cívico y lo intelectual como pocos han logrado.
-
He leído bastantes libros sobre maternidad estos últimos meses y el de Labari ha despuntado entre ellos por su visceralidad y por el pulso poético de su prosa, por una escritura alo Hèléne Cixous que se revela particularmente apropiada para iluminar los aspectos más complejos de la experiencia de ser madre, como esa disolución identitaria que inspira al mismo tiempo admiración y rechazo.
-
Este libro deberían leerlo todos los hombres y mujeres y se debería leer en los institutos y facultades. Entender cómo por más que peleemos seguimos en una sociedad desigual y cómo intentar paliar eso es fundamental para ser seres cívicos.
- Ver más contenido