Libros para no tenerle miedo al futuro, recomendados por Isaac Rosa

Cuando estaba escribiendo Lugar seguro, novela con la que consiguió el premio Primavera, Isaac Rosa no pensaba que el tema de su obra fuese a parecer sacado de los titulares de prensa. “Obviamente la novela no está escrita con la guerra de Ucrania, aunque va a ser leída con ella, y eso hace que lo que hasta hace unos meses se podía leer como algo exagerado, con un personaje que es un vendedor de búnkeres, lo leemos de otra forma. Ya no parece tan descabellado”, concede el autor.

En efecto, las circunstancias han hecho que Lugar seguro nos hable de nuestro tiempo de una forma muy directa, pero su tema fundamental ya estaba íntimamente relacionado con el tiempo que vivimos. Su protagonista, Segismundo García, se gana la vida efectivamente vendiendo búnkeres low cost y enlaza con una figura picaresca que se analiza en la novela como la disyuntiva entre el individualismo y una visión más comunitaria de la vida. “Si no hubiese esta guerra estaríamos hablando de cualquier otro suceso del momento que relacionaríamos también con esa sensación de fondo que inspira la novela, y que tiene que ver con ese estado de ánimo colectivo de vulnerabilidad, inseguridad, de miedo en definitiva, que vivimos como mínimo desde hace un par de décadas, y que convierte el búnker en una metáfora de esa búsqueda ansiosa de seguridad con la que vivimos”, apunta Rosa.
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"Estamos ante un miedo que toma distintos rostros, es un miedo innombrable que no sabemos bien hacia dónde dirigir. No sabemos qué es lo que nos asusta y nos hace sentir inseguros"
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Lugar seguro toma ese miedo contemporáneo para trazar distintas maneras de enfrentarse a él, desde un protagonista que busca beneficio en tiempos revueltos hasta los que buscan una sociedad que no se basa en la comunidad, y que el propio Segismundo ve con sarcasmo. “Estamos ante un miedo que toma distintos rostros, es un miedo innombrable que no sabemos bien hacia dónde dirigir. No sabemos qué es lo que nos asusta y nos hace sentir inseguros”, explica Isaac Rosa, que apunta a que “tiene que ver con la desaparición de ciertos elementos que nos proporcionaban seguridad en nuestra sociedad, en la forma de relacionarnos con los demás. Eso nos deja en una situación de cierta intemperie, en la que parece que estamos a la merced de lo próximo que ocurra”.
El búnker en Lugar seguro, ahonda Rosa, “no deja de ser la expresión última del que parece el lema de este tiempo, el ‘sálvese quien pueda’. Esto funciona en todos los ámbitos de nuestra vida: cuídese quién pueda, quien tenga los recursos, protéjase quien pueda… Esa idea tan habitual de individualizar y privatizar los problemas, haciendo que la solución dependa solo de los recursos de cada uno, de sus medios. Lo que pasa es que esos problemas son colectivos, no individuales. Ante problemas colectivos las soluciones tienen que ser también colectivas, con medidas y propuestas que no están en el ámbito individual. En la novela se contrapone el ‘sálvese quien pueda’, contra aquellos que creen que no es un búnker lo que necesitamos, sino construir, o reconstruir, formas de seguridad comunitarias”.
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"En la novela se contrapone el ‘sálvese quien pueda’, contra aquellos que creen que no es un búnker lo que necesitamos, sino construir, o reconstruir, formas de seguridad comunitarias"
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Lejos de propugnar una imagen pesimista sobre el futuro, Isaac Rosa señala a ciertos acontecimientos recientes como la prueba de que hay movimientos sociales que no están dispuestos a acatar el individualismo feroz . “Podría parecer que ese es el espíritu de nuestro tiempo y que no somos capaces de superarlo, pero frente a eso veo muchas experiencias cotidianas que demuestran lo contrario, que muestran que hay gente dispuesta a buscar otros caminos”, argumenta. “Lo hemos visto con la pandemia, que ha sido la mejor demostración de que no funciona el ‘sálvese quien pueda’. Lo que ha funcionado es el ‘salvémonos todos juntos’, nos vacunamos todos, ponemos el sistema de salud a disposición de todos y mientras no estemos todos inmunizados no hay salvación para ninguno. Esa es la parte con la que me quedo. No compro el discurso de que de la pandemia salimos todos mejores, pero sí que en momentos de adversidad ha salido lo mejor de mucha gente”.
Como complemento a la lectura de Lugar seguro, Isaac Rosa nos recomendó algunos otros títulos, libros con los que el autor estaba trabajando mientras escribía su última novela y que tienen algo en común: “tienen que ver con ese futuro más esperanzador y no tan distópico”.
Libros para no tenerle miedo al futuro, recomendados por Isaac Rosa
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Me encantan todos sus libros, pero este especialmente lo recomiendo continuamente y me ha ayudado mucho con la novela. Habla de algo que me interesa mucho, las comunidades nacidas en el desastre. Cómo frente a la idea, que hemos comprado y que repiten muchos productos culturales, de que cuando ocurre un desastre nos convertimos todos en una especie de lobos, ella analiza momentos históricos como el Katrina o el bombardeo de Londres en la II Guerra Mundial en los que surgen comunidades y formas de solidaridad y de cuidado, y gente que hace lo que el gobierno no está haciendo ya.
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En un pequeño ensayo, pequeño en extensión, que hace un repaso del pensamiento y la literatura utópica, mirando hacia atrás para lanzarlo al futuro. La pregunta que se hace es: ¿por qué hemos renunciado a la utopía? ¿Por qué nos hemos vuelto rutinariamente distópicos? Hace un repaso de los pensamientos utópicos en la historia e incluso experiencias prácticas que se han llevado a cabo. Un libro muy optimista.
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No es de futuro sino de presente, pero transita en esa vía positiva y de desmentir el sálvese quien pueda, y el otro tema también muy de nuestro tiempo, el ‘no hay alternativa’. Es una novela en la que aparecen personajes que no compran esa forma de pensar, que apuestan por otras formas de vida y de relacionarse. Además aparecen sindicalistas, que me parece lo más revolucionario que se puede hacer ahora mismo en una novela, además no para ridiculizarlo ni convertirlo en un personaje negativo. Al margen de esos valores, es una novela muy hermosa y coherente con la trayectoria de Belén Gopegui.
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Es un ejercicio de política ficción, de imaginar cuatro futuros, cuatro posibilidades de futuro muy marcados que dependen de lo que hagamos o no hagamos de ahora en adelante. Mirando a la emergencia climática y a otros problemas que tenemos delante. Hay dos futuros deseables, en los que podríamos vivir mejor, y dos negativos. Es un libro muy narrativo, en el que describe esos posibles futuros en forma de relato. Seguramente no se cumpla ninguno de ellos, y el futuro tenga características de algunos de ellos, pero es un buen ejercicio para tomar conciencia de que hay ciertos temas que hay que abordar ya, como la emergencia climática. Es un libro para tomar conciencia de hacia dónde podríamos ir.
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