Libros que demuestran el poder de la imagen, recomendados por Esther García Llovet

Spanish Beauty, la última novela de Esther García Llovet, no sería la misma sin un viaje a Benidorm. “Fui allí a hacer un reportaje con [el fotógrafo] Ricardo Cases y me llamó mucho la atención”, explica la escritora a Librotea. “Nunca había ido, simplemente por prejuicios, y tiene un contraste muy raro y muy bestia entre algo tan hipercivilizado como son los rascacielos y algo tan primario como el mar. Ese contraste me vuelve loca. Me gusta la gente que tiene, la vibración... Se mezcla gente de muchos países, cada uno con su uso horario, se une la gente desayunando con los que vuelven de farra. Y el gigantismo de los edificios, con el viento se balancean un poco. Miras para arriba y te da vértigo. Es algo muy inesperado, es un bosque de cemento, pero bien hecho”.

En ese entorno de mar, cemento y cristal, García Llovet sitúa una novela negra atípica, que se nutre de otros contrastes: el recuerdo de los gemelos Kray, los legendarios mafiosos del swinging London, cuyo mechero es la pieza que ansía Michela, la policía poco ortodoxa que protagoniza la novela, y una sucesión de personajes que, como ya hizo en Gordo de feria, confirman la habilidad de la autora para retratar a personajes en los márgenes de la normalidad.
“Los personajes ejemplares no salen ni siquiera en la Biblia, no me interesan”, confirma. “De Michela me interesa que aparentemente va de chica muy dura pero luego no lo es. También quería sacar a una poli corrupta, que es algo que vemos mucho en el cine pero no tanto en la literatura. No es una persona muy ambiciosa, ni especialmente corrupta, pero está al margen de la ley siendo parte de ella, y eso me interesaba mucho”.
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“Los personajes ejemplares no salen ni siquiera en la Biblia, no me interesan”
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En Spanish Beauty, García Llovet también cruza ese escenario del Levante con otra de sus obsesiones. “Sabía que en algún momento haría lago de los Kray twins. El Londres de los años 50 para mí es una época dorada, es como los 60 en California. Me gustaría escribir sobre las tiendas de moda de esa época”, explica. Un estilo de crimen muy distinto al que se cruza en el camino de Michela. “Iban siempre impoluto, eran los protomods... pero claro, también se cargaban a gente”.
Breve y conciso como sus novelas anteriores, Spanish Beauty tiene mucho de intuición y de nervio. “Cuando empiezo a escribir empiezo de una idea que a mí me parece genial, pero luego desaparece por completo. Entro sin llamar, a ver qué pasa, y luego vuelvo hacia atrás. Eso me pasa con todos los libros”, confiesa García Llovet. “Yo siempre pongo a alguien a buscar algo, y ese es el elemento de novela negra que tiene. A medida que iba avanzando con Michela me iba enterando de lo que iba pasando. Escribo por procesos muy intuitivos y, cuando voy más allá de la mitad tengo que volver para atrás y a veces ni me acuerdo de dónde venía”.
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"Cada libro se escribe a su manera. Lo que aprendes con una novela no te sirve para la siguiente. Cada novela es la primera".
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Ese método, eso sí, está cambiando con su siguiente obra, una aproximación a la novela de terror que tiene lugar en El Saler. “Ahora sí que he tenido que preparar una especie de escaleta. Cada libro se escribe a su manera. Lo que aprendes con una novela no te sirve para la siguiente, o al menos en mi caso. Cada novela es la primera”.
Para sus recomendaciones, García Llovet decidió decantarse por otra de sus pasiones, la fotografía. “Empecé a hacer fotos como hace siete años y me volví loca, podía hacer unas 100 fotos al día”, recuerda. “Tiene una inmediatez que no aprecias hasta que miras la foto después. Ahí está la narrativa, entre la foto que crees que has hecho y la foto que luego miras. Me encanta lo inesperado, en literatura y cuando hago fotos”.
Libros que demuestran el poder de la imagen, recomendados por Esther García Llovet