Libros que inspiran y marcan, por Josemi Carmona (Ketama)

Josemi Carmona, como todos nosotros, está viviendo “tiempos muy raros”. El guitarrista, conocido por popularizar con Ketama una manera de ver el flamenco que se acercaba al pop y a otras músicas del mundo, está viviendo un verano atípico, con muchas menos actuaciones de las habituales. “Estamos intentando vivir al día. Esta situación nos ha hecho darnos cuenta de que tener una perspectiva del futuro tan a largo plazo es una utopía”, nos explica por teléfono. “Estamos en el aquí y el ahora, como el libro”, bromea.
De momento, este día a día le lleva a presentar un proyecto nuevo, junto a otros tres grandes músicos, al festival Flamenco on Fire de Pamplona. “Es un proyecto con Javier Colina, Antonio Serrano y Borja Barrueta que se llama Veinte Veinte, como este año tan especial”, cuenta. “En este proyecto mi sensación es que todos tenemos ganas de compartir y aprender, admiro mucho a todos ellos, son de mis músicos favoritos”, explica. “Habíamos colaborado entre algunos, pero de dos en dos, y esto tenía que surgir en algún momento. Hay composiciones mías y también aflamencamos versiones, de boleros por ejemplo”. Lo llevará a un festival en el que, admite, “juega como en casa”. “Es un festival que es una maravilla, aunque este año sea muy diferente. El historial que llevan en estos pocos años le ha aportado al flamenco una visión diferente. El artista que va se queda unos cuantos días y comparte momentos con los compañeros”.
Carmona es uno de los responsables de la apertura del flamenco a otras músicas, algo que protagonizó en los 90 con Ketama y que ahora estamos viendo en una nueva generación de artistas. “La música es un jardín donde cada uno debe sentirse libre, siempre con respecto hacia el arte, pero yo creo que lo puro es lo que sale del corazón”, asegura el guitarrista. “Lo otro es lo ortodoxo, que creo que también hay que aprenderlo, tener unas bases para poder hacer otras cosas. Yo creo que después de la muerte de Paco de Lucía, de Camarón y de Enrique Morente, a pesar de que ya han pasado años, ha habido un vacío, porque han marcado muchísimo, han sido unos genios. Pero ahora hay muchísima gente ahora con ganas de hacer cosas, con mucha originalidad, y también dentro del flamenco puro, Hay que estar al tanto de lo que se está haciendo”.
Josemi Carmona también ha participado recientemente en varios diálogos sobre la situación que vive la música, y el flamenco en particular, en estos tiempos. “La música, la cultura, siempre es de lo último”, denuncia. “Entiendo que ahora mismo hay muchas cosas muy importantes, pero la cultura de un país es como su historia, y en España desde hace mucho tiempo no se le da el sitio que merece. Me da mucha pena cuando salemos fuera y veo el respeto que recibe el flamenco y aquí no hay una conversación entre el flamenco y los estamentos. No hay un régimen de la seguridad social, ves lo que pasa en los tablaos... En el momento en el que estamos, que parece que hay que sobrevivir como se pueda, sé de muchos compañeros que lo están pasando muy mal. No es una situación solo de la música, claro, pero creo que debería existir un diálogo entre el mundo del flamenco y los estamentos”.
Carmona se califica como un “lector ocasional”. “He pasado por distintas épocas. En mi juventud he leído mucho más que ahora”, admite. En su mesilla tiene ahora mismo Instrumental, el libro de James Rhodes (“tengo muchas ganas de leerlo”, nos dice) y siempre hay un libro que le acompaña: “El nuevo Testamento, me llega y me ayuda. Me refugio muchas veces en él, aunque no soy católico practicante”. Además, hay una buena serie de títulos que le han marcado a lo largo de su vida, y que comenta para nosotros.
Libros que inspiran y marcan, por Josemi Carmona (Ketama)
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Hay lecturas que son fundamentales en mi vida y que me han influido durante toda ella. Para mí uno de los libros más importantes de mi vida 20.000 leguas de viaje submarino. Lo vuelvo a leer de vez en cuando y me doy cuenta de lo grandísimo escritor que era Julio Verne. Es un libro de una gran fuerza y una belleza literaria.
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Me encantó, es una obra espectacular, me lo leí tres veces. Es un personaje de la música que admiro, y que tiene una historia muy interesante detrás.
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Francia en el S XVIII, no hay época más dura, áspera, cruel y la vez bella, tan bella. Jean-Baptiste Grenouelle era Ted Bundy antes de que existiese Ted Bundy.
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No tiene nada de original recomendar uno de los libros más promocionados de su año, pero para mí tiene un valor inaudito porque jamás he visto un partido de tenis ni sé siquiera cómo se juega. Sin embargo, la maestría de Moehringer –verdadero arquitecto del libro que, en un alarde de modestia, no quiso aparecer como autor– es tal que no despegué los ojos de sus páginas hasta acabarlo. Sentí la tensión de los partidos como jamás me la hubieran despertado en el mismo campo. Para mí, el mejor ejemplo de que un tema siempre me interesará si saben hacérmelo atractivo.
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La demostración palpable y genial de que Lorca es un poeta telúrico, “agarrado a la tierra”, a la vez que modernísimo. Nadie lo vio mejor que Vicente Aleixandre, y hasta Dalí tuvo que asentir a regañadientes.
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