Libros que nos hacen volver a creer en el amor

Como decía la canción, vivimos malos tiempos para la lírica. A pesar de que el sentimentalismo impregna buena parte de las ficciones que llegan a nuestros ojos y oídos, el romanticismo no parece vivir su momento de mayor popularidad. Ya culpemos a las aplicaciones para ligar, que deshumanizan el contacto, o aun clima general en el que nos hemos vuelto más desconfiados y más cínicos, la representación del amor tiende a ser menos idealizada, más fría o, como siempre, ha centrarse en el dolor que produce cuando termina. Sin embargo, siguen surgiendo obras que nos hablan del poder del amor como fuerza transformadora, que indagan en esas relaciones para mostrarnos su capacidad para hacernos más humanos, y que apuestan por arriesgarse a sentir en lugar de ver la vida pasar en la distancia.

Una mujer blanca separada y un joven negro 20 años menor que ella es la improbable historia de amor que Nick Hornby nos relata en Alguien como tú, novela con el Brexit (y lo que tiene de división) de fondo sobre superar las barreras sociales en busca de la felicidad o, al menos, algo parecido. Un bolso de mujer encontrado por el propietario de una librería parisina es el comienzo de la trama de La mujer de la libreta roja, novela en la que Antoine Laurain se vale de dos investigaciones paralelas casi detectivescas para hilar los caminos de dos personajes cuyos caminos deseamos que se crucen. Y un encuentro de dos viejos amigos de la infancia en un pueblo costero de Bretaña es el desencadenante en Los naufragios del corazón de una de esas pasiones que no atienen a diferencias sociales o culturales.

El amor, pese a mantener su esencia, cambia de formas con el tiempo, al mismo ritmo que la sociedad y las personas se vuelven más complicadas y, probablemente, más necesitadas. Otra relación imperfecta e improbable está en el corazón de Cicatriz, de Sara Mesa, que se enmarca en una sociedad de consumo en la que profundizar en los sentimientos es cada vez más difícil. Sobre sus idas y venidas, y el sentimiento que sobrevive al paso del tiempo, nos habla André Aciman en Encuéntrame, en la que retoma a los personajes de su afamada Llámame por tu nombre. Y un clásico del despertar amoroso y sensual es La isla de Arturo, de Elsa Morante.

Aunque cuando pensamos en el amor inmediatamente lo asociamos al amor romántico, hay otro tipo de afectos tan profundos como ese que la literatura también nos encarga de recordar. Un ejemplo es Tu mirada ilumina el mundo, una celebración de Susanna Tamaro a la amistad que perdura en el tiempo, más allá incluso de la muerte. Mezcla de admiración, amistad y amor es lo que trasluce también Luis García Montero en Alguien dice tu nombre, libro de iniciación que ahora se lee de forma aún más emocionada. Para terminar, y a modo de manifiesto, la única obra de esta lista que se aleja de la novela. A favor del amor es el ensayo con el que Cristina Nehring aboga por el amor apasionado al mismo tiempo que teoriza sobre la manera en la que se ha juzgado a las mujeres que lo han vivido tanto en la historia como en la literatura.