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Libros reveladores que abren puertas, recomendados por Jorge Fernández Díaz

El autor argentino nos habla de El secreto de Marcial, la novela en la que indaga sobre la figura de su padre y que le ha valido el premio Nadal.

Foto: Librotea
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Guillermo Arenas España /

Hace más de dos décadas, el escritor y periodista Jorge Fernández Díaz publicó Mamá, una historia íntima, en retrato de su madre que era a la vez el retrato de una generación de mujeres. Esa novela fue su consagración literaria y un éxito de público, pero también dejó algo pendiente: la figura de su padre. Con El secreto de Marcial, salda esa deuda, tejiendo sus recuerdos y una relación con un padre con grandes dificultades para comunicarse. Solo había una manera de hacerlo: a través de las películas que veían juntos. La obra le valió el Premio Nadal de este año, y es también el retrato de una generación de migrantes que llegaron a Argentina en el siglo XX. Hablamos con él de su nueva novela y nos recomienda libros reveladores que abren puertas.

Video: entrevista y libros recomendados de Jorge Fernández Díaz

Jorge Fernández Díaz: entrevista y libros recomendados
Foto: Librotea


Cuenta Jorge Fernández Díaz que sus padres llegaron a Argentina desde Asturias huyendo de la pobreza y el hambre de la posguerra española. “Mi madre era una matriarca que ocupaba todo el espacio. Una mujer impresionante, con una historia, además, particular, muy fuerte”, relata. “Mi padre empezó a ser desplazado y a ser un poco un personaje secundario dentro de esa familia matriarcal. Sin embargo, cuando murió mi padre, algo empezó a cambiar. El fantasma literario de mi padre me perseguía. Con mi madre, todo había sido saldado. Había vivido, había sido mi gran interlocutora, mi maestra y todo había terminado dolorosamente, pero yo no tenía más fantasmas. Sin embargo, mi padre sí”.

El secreto de Marcial

El secreto de Marcial

Anónimo
Ediciones Destino


De esa forma, el padre del escritor reclamaba, de alguna manera, saldar las cuentas pendientes. “Durante diez años se hacía presente en mis sueños y pensaba una y otra vez, primero, si ese actor secundario era un actor secundario o había tenido más influencia de la que había parecido y cómo escribir un libro sobre tu padre. Sobre todo cuando ya no está, cuando murieron sus amigos, cuando no hay información fidedigna al lado para hacer, por lo menos, periodismo narrativo o memoria oficial. Tardé mucho en descubrir que tenía que hacer una novela, que en realidad la novela venía en auxilio, una vez más, del tema”.

El cine como vínculo

La pista para reencontrarse con su padre en El secreto de Marcial la encontró en lo que más le unía a su padre, el cine. “Lo primero que hice fue ver las 200 películas que mi padre y yo veíamos juntos”, recuerda. “Las veíamos todos los sábados. Ahí vimos los años 40, 50 y 60 de la edad dorada del viejo Hollywood. No teníamos idea de quién era John Ford, las veíamos casi de un modo ingenuo, porque nuestro mundo se asomaba ahí, se asomaba a través de esas películas. Ahí aprendí, tomé nota de las cosas que me decía mi padre, las controversias que se producían. Por ejemplo, yo conocí la infidelidad en Breve encuentro. También la amistad, la lealtad, el amor, el sexo, que se veía siempre como fuera de campo y que llamaba a muchos malentendidos”.

Así, Fernández Díaz también reivindica el poder formativo de la ficción. “Me da la impresión que somos lo que vimos sobre todo en la infancia y adolescencia”, cuenta. “Antes el ser humano se formaba con mitos, con dioses del Olimpo, y yo creo que el cine ha ocupado ese lugar. Y eso fue una parte muy importante para comprender esa educación sentimental indirecta que mi padre me daba. No teniendo él, como tantas generaciones de padres, las herramientas emocionales que quizás yo tengo con mis hijos hoy”.

Una España en Argentina

Tras publicar El secreto de Marcial y ganar el premio Nadal, Fernández Díaz recibió muchos mensajes que le hablaban de una relación similar a la que él había tenido con su padre. “Me escribieron de México, de Argentina, amigos, escritores, y todos me decían: ‘A mí me pasó lo mismo con mi padre. Tuve un problema con mi padre nunca de valoración, de incomprensión’”, señala. "Freud cuenta que hay una novela familiar, un relato consensual de cómo fue esa familia. Ese relato consensual es falso. Está formado de algunas cosas verdaderas, pero las versiones, si las pudiéramos desarmar, como en la novela, veríamos que no fueron así”.

En ese retrato del padre, sus orígenes tienen un gran peso. “Mis padres se fueron con una mano atrás y otra adelante, como se decía antes”, señala. “Les costó mucho progresar, convirtieron el progreso en una gran religión personal. Formaron parte de una comunidad enorme. Hay una España en el patio de atrás, una España olvidada. Los españoles llegaron a ser el 30 o 40% de la población total de Argentina. Una enorme comunidad llena de ritos, de costumbres. Una España que está en vías de extinción, porque los últimos de aquellos migrantes se están muriendo. Yo soy el primer extranjero en una familia de asturianos que llega hasta el medioevo. Pero más que nada, me siento hijo de esa comunidad donde se formó mi personalidad, donde yo viví, donde vivían mis padres. Yo digo 'argeñoles', una especie de argentinos, españoles”.

De hecho, el autor recuerda que, en su casa, se hablaba bable, lo que le lleva a recordar una historia de infancia. “Cuando yo salía del colegio por primera vez, un colegio salesiano que había en el viejo Palermo, los chicos empezaron a burlarse de mí, a pegarme”, recuerda.” Yo volvía a casa golpeado y no decía nada a nadie. Y mis padres estaban viendo Qué verde era mi valle, un clásico de John Ford. En la película, cuando ven que un niño vuelve del colegio golpeado, ese niño tampoco le decía a sus padres que le pegaban a sus compañeros. Y entonces dos hermanos deciden enseñarle boxeo. Mi padre y mi madre se miraron, y mi padre al día siguiente me compró un kimono y mi madre me metió en una academia de judo de barrio. Se terminó el bullying para siempre en mi vida. ¿De dónde sacaron esos asturianos que no tenían referencias, que venían de aldeas empobrecidas, que apenas habían ido al colegio? Bueno, estaban ahí, en la tele. Eso me pareció muy impactante, descubrir cuántas cosas habían surgido de la pantalla, y cómo películas y vidas se entrelazan íntimamente”.

En la novela, Fernández Díaz trata de responder a unas cuantas preguntas. “¿Quién fue mi padre? ¿Qué deseos tenía? ¿Era un ser deseante? ¿Podemos ver a nuestro padre como un hombre que tiene su propia sexualidad y su propio erotismo, o no? ¿O es una figura tan sacramental que nos impide ver eso? Estas son las preguntas que me rodearon siempre y que me condujeron a escribir la novela”, confiesa. “Yo siempre digo que madre solo hay una, pero cada padre es un enigma. Descifrar el enigma fue quizás el modo, lo digo esto inconscientemente, quizás el modo de estar con mi padre. Quizás lo echaba de menos y, durante todos estos años, estuvo cerca. Lo tuve cerca. Pensé en él, hablé de él, hablé con otras personas de él. Hice ficción con algunas cosas que son mitos familiares alrededor de él, nunca probados. Y quiero creer que eso que me reclamaba el fantasma literario de mi padre de algún modo se cumplió con esta novela”.

Libros reveladores que abren puertas, recomendados por Jorge Fernández Díaz

  • El signo de los cuatro (Sherlock 2)

    El signo de los cuatro (Sherlock 2)

    Sir Arthur Conan Doyle

    DEBOLSILLO

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    Una gran novela de Sherlock Holmes de Conan Doyle. Cuando yo leía esa novela en mi casa del Palermo pobre, cuando terminé de leerlo, dije yo quiero hacerle a los demás lo que este tipo Conan Doyle me hizo a mí. En ese momento creo yo que abracé la idea de escribir novela. Si vos me preguntás cuándo me convertí en escritor, fue ese día. Fue ese día y gracias a esa novela.

  • El aleph

    El aleph

    Jorge Luis Borges

    DEBOLSILLO

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    En el segundo año del instituto me lo reveló una profesora, y Borges abrió otra puerta. Borges era otra cosa, era otra literatura, era argentino pero era universal a la vez. Era una puerta abierta que quedó abierta para siempre. Yo formo parte de la Academia Argentina de Letras y estudiamos a Borges como la Real Academia estudia a Cervantes de manera permanente y gozosa. Y he aprendido tantas cosas de él, sobre todo su principio de condensación, que yo trato de llevar a mis libros aunque él no escribió nunca una novela. La idea de que todo puede contarse de manera condensada y potente si uno tiene el oficio para hacerlo. No hacer tochos sino hacer libros que te puedas leer en un día y sientas ese sabor. Eso lo enseña Borges entre tantas cosas que aprendí.

  • Música para camaleones

    Música para camaleones

    Truman Capote

    Anagrama

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    ¿Por qué no A Sangre Fría? ¿Por qué no otras cosas? Bueno, porque me parece que ahí Truman Capote consigue una cosa increíble que es, nos proponen que leamos del mismo modo una entrevista, una crónica o un reportaje y un cuento. Y eso me pareció absolutamente revolucionario. Creo que es un libro incomprendido porque si bien es un libro leído y recordado y de cierta manera querido es incomprendido porque ese gesto es un gesto revolucionario. Todo puede ser la entrevista con Marilyn puede ser leída igual que ‘Ataúdes tallados a mano’ que es una falsa crónica igual que un cuento es decir, la ficción y la no ficción y las diversas formas de la no ficción todas pueden tener el mismo tratamiento que es un tratamiento literario y eso para mí fue una lección impresionante para unir la literatura y el periodismo.

  • Fouché, el genio tenebroso

    Fouché, el genio tenebroso

    STEFAN ZWEIG

    Editorial Verbum, S.L.

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    Porque creo que es uno de los manuales de política más impresionantes que se escribieron jamás. Creo que está totalmente vigente que es de Stefan Zweig que hay que leerlo de vez en cuando para entender cómo se maneja de verdad el poder. Fouché es una de las grandes novelas sin ficción, digamos o memoria o biografía pura y dura como quieras, escrita además sin renunciar al estilismo que tenía Stefan Zweig. No es un magnífico ensayista como Beavor o como Preston pero es un artista haciendo una biografía de alguien que nos explica cómo se maneja el poder hoy en España, en Argentina, en Estados Unidos, en todos lados.


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