Libros para vivir un verano mediterráneo, recomendados por José Carlos Llop
El autor de Si una mañana de verano, un viajero nos habla de la reflexión sobre la escritura.

Escribir, leer y vivir. Esas tres cosas, que muchas veces no se sabe dónde acaba una y empieza otra, son el eje de Si una mañana de verano, un viajero, el nuevo libro del poeta, columnista y novelista mallorquín José Carlos Llop. Pero todo ello encuadrado en un escenario, el norte de la isla en la que nació, que inunda todo de su luz. Una celebración de la vida desde la reflexión sobre la que hablamos con Llop, que además nos recomendó libros para vivir un verano mediterráneo.
Video: entrevista y libros recomendados de José Carlos Llop

Explica Llop que él solo escribe “aquellos libros que tengo necesidad de escribir”. “Nunca planeo un libro, nunca establezco estrategias. Si un libro necesito, por cuestiones de vida, escribirlo, lo intento escribir”, indica. Pero en este caso, Si una mañana de verano, un viajero no estaba entre sus planes, al menos en un primer momento. “Estaba escribiendo una novela bastante compleja, pero la tuve que dejar porque no avanzaba. Y al no avanzar padecí algo de lo que yo siempre me había reído, que era de los bloqueos de escritor. Me di cuenta que no tenía un bloqueo referente a la escritura, porque yo seguía escribiendo mis artículos, mis notas de diario, pero no escribía la novela. Me acordé de Philip Roth, que escribió en un bloqueo un librito muy breve que se titula La humillación y que todo el trasfondo de ese libro se vislumbra que es debido a un problema de no poder hacer lo que tú quieres. Entonces pensé, ¿qué me ha pasado a mí antes de este bloqueo? Y lo que me había pasado es que había dejado una casa que había habitado durante 33 veranos, es decir, durante todos los veranos de mi vida adulta”.

Esa casa está en el centro de Si una mañana de verano, un viajero, en cuyo título hace un juego luminoso con la novela de Italo Calvino. Porque este libro es justo eso, luminoso. “No es un libro sobre la pérdida, sino sobre el triunfo de todos esos años sobre la vida cotidiana, o en la vida cotidiana. La alegría, el clima, la escritura, porque yo en esa casa escribí muchos, muchos libros. Yo en esa casa me hice novelista”. Pero este libro no es una novela. “Tampoco es un diario, pero participa de todos los géneros que yo he ejercido o que yo he vivido”, detalla Llop, “y participa sin tener voluntad de poética como una poética. Es decir, es como unas arborescencias que están por debajo, que van recalando en un sitio, en otro, en otro. Y que si sigues la línea de puntos, acabas viendo lo que ha sostenido y sostiene mi narrativa, mi poesía u otras cosas que he hecho”.
El influjo del Mediterráneo
Si una mañana de verano, un viajero es, según su autor, “un homenaje a los días vividos, es una celebración de los días vividos, pero también es una meditación sobre la escritura y el tiempo”. Pero esa meditación no sería la misma sin el paisaje mediterráneo. “El Mediterráneo es la cuna de muchas cosas. De entrada es la cuna de Europa, o el origen de Europa. Es la cuna de las religiones más importantes, las religiones monoteístas. Es la cuna del pensamiento en cuanto a la filosofía, tanto por la parte del pensamiento que hay en la Biblia, en los libros de los proverbios, y en todo lo judeocristiano, como en el pensamiento grecolatino, en la gran filosofía latina. Y todo esto después se hizo Europa. Entonces esto es lo que llamamos la civilización o algo así, como lo que yo he dicho llamamos la civilización”.
Y luego está, claro, la naturaleza. “Estás bañándote en el mar o nadando y llegas a un pequeño roquedal que hay cerca de la costa, y te encuentras un par de cangrejos comiéndose una gamba, y es un espectáculo extraordinario. Y son microcosmos. No necesitas la sabana, no necesitas las jirafas, no necesitas los leones… los microcosmos que hay en el Mediterráneo son maravillosos y eso está ahí. En este libro, la naturaleza es la gran madre, la naturaleza mediterránea es la gran madre. Es donde yo he crecido y la que yo he observado y la que yo amo”.
Libros para vivir un verano mediterráneo, recomendados por José Carlos Llop
-
Recomiendo un libro de relatos porque normalmente desde hace un tiempo los relatos están mal vistos. Es una cosa que editorialmente no se digiere tan bien como las novelas, y la verdad es que se publican menos. Pero este es el segundo libro de relatos de un poeta, que es Enrique Juncosa, que es amigo mío, el que avisa no es traidor, y es un muy buen libro. Es un libro muy entretenido, un libro muy divertido en el sentido que el poeta Gabriel Ferrater decía, que decía “divertido, es decir, inteligente”, y es un libro que puede hacer pasar unas siestas muy agradables ahora que estamos en verano.
-
Es la traducción nueva de un clásico. Del Don Juan de Byron había alguna traducción argentina, pero no estaba la traducción canónica o definitiva en castellano. Y Andréu Jaume, que es también mallorquín y es un hombre sabio, ha hecho una traducción del Don Juan que ha rellenado ciertos huecos del pensamiento, la cultura anglosajona, la poesía y el ensayo, con otras traducciones y otras selecciones. La traducción de Andréu es perfectamente, o más que perfectamente, recomendable.
-
La poesía de Cavafis, aunque sea una poesía que has leído en la adolescencia, es una poesía a la que siempre se vuelve, porque son como las grandes estelas funerarias, y están ahí, como cuando visitas un museo de arte clásico.
-
Durrell, no tanto releído, pero como compañía, como fetiche. Está ahí, sabes que lo puedes coger en algún momento.
-
Bruce Chadwin superó al que fue su mentor, Leigh Fermor, pero luego Fermor ha ido ganando terreno, porque la casa madre era él. Hay un libro que es el menos leído, el menos conocido, y que está editado en una editorial pequeña de Barcelona que se llama Elba. Y es un libro magnífico. Un hombre como Leigh Fermor, muy aficionado a las mujeres, un hombre viajero, pero un espía, un guerrillero en la Grecia ocupado por los nazis.. ese mismo hombre es capaz de hacer un periplo por distintos monasterios de benedictinos de Europa y escribir un libro sobre eso. Se titula Un tiempo para callar y es un libro que es una delicia.