Los libros fundamentales de Seix Barral
Elena Ramírez recomienda los libros fundamentales de Seix Barral

No soy muy partidaria de las listas, porque la fortuna del impacto de los libros en una persona depende no sólo del libro, sino de las circunstancias en que llega a tu vida. Dejo aquí libros que me gusta haber publicado y otros que me hubiera gustado editar porque todos ellos me sacudieron, y algunos, los he atesorado para que formen parte de mi equipaje vital para siempre. Los libros son refugio, un escudo y una semilla. Estos lo son para mí, ojalá lo sean para ti también.Sigue este enlace para descubrir los libros que le hubiera gustado publicar a Elena Ramírez.
Los libros fundamentales de Seix Barral
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Es un libro que habla sobre una niña que es muy inteligente y sobre la portera de su edificio. Ambas son almas solitarias. La niña tiene un pensamiento muy negativo y la portera es muy profunda. Es una maravilla ver cómo se unen los seres y cuántas personas hay así, a las que solo les falta encontrarse con sus complementos. Es como pasa con nuestros clubes de lectura, en los que nos vamos conociendo y vinculando.
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Acabé de leer la última página y volví a empezar de nuevo por el principio. Es el único libro (por el momento) con el que me ha pasado. Una historia aparentemente sencilla narrada de un modo absolutamente brillante. La huida de un niño sin nombre a través de un paisaje rural árido e inhóspito. Jesús Carrasco no es un cazador que escribe libros, ni nació en Castilla la Vieja, pero es imposible no acordarse de Delibes al leer Intemperie, una novela que consigue despertar ternura y odio a partes iguales.
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Una novela escrita a tumba abierta sobre el aprendizaje de vivir en una intemperie sentimental absoluta, sobre la maternidad y la orfandad y la búsqueda del lugar que a uno le corresponde en el mundo.
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Conozco a Rosa y conocí a Pablo. La grandiosa idea de ir contando la vida de las dos parejas y especialmente de las dos mujeres (Montero/Curie) a la par me pareció fascinante.
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Agradecerás haber crecido, ser adulto, y no tener que enfrentarte a los dientes afilados de otros niños.
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