Los libros que tienes que leer en febrero
Títulos para acompañar al mes más corto del año.

Comienza febrero y con él un mes de nuevas lecturas por delante. Acudir a la librería para hacerse con lo más jugoso de la estantería de novedades es siempre una empresa difícil. Librotea acude al rescate con una lista para ayudar a cribar. Aquí van un puñado de títulos que no te defraudarán. Esa maldita pared es el libro que Flako comenzó a escribir en la prisión de Estremera. Flako está viviendo su segunda vida, la de la reinserción, la primera la vivió en los bajos fondos, atracando bancos. Hasta que el día del nacimiento de su hijo la policía lo detuvo, puso fin a aquel frenesí y acabó con sus huesos en la cárcel. Y ese sería el punto de inflexión en su vida. El director de cine Elías León Siminiani quería hacer una película sobre atracos y acabó tramando amistad con aquel delincuente, la historia acabó en la gran pantalla (Apuntes para una película de atracos) y nominada al Goya al mejor documental. Siminaini le empujó también a escribir este libro autobiográfico que publica Libros del KO y que ha alcanzado su segunda edición en apenas unas semanas. Olivia Laing se estrena en el género de la novela con Crudo, una historia protagonizada por una mujer poderosa que se ha metido en el bolsillo a la crítica estadounidense. También debuta con una novela Marta Carnicero. El cielo según Google es una historia que bebe de la mejor tradición literaria, una obra que habla de cómo se pudren las relaciones, las sentimentales y las familiares. No es una novedad, pero nunca es tarde para sumergirse en las páginas de Tala, de Thomas Bernhard. A. M Homes regresa, y no defrauda, con Días temibles. Y un último título imprescindible, para pasar febrero disfrutando de la mejor literatura, es Todo lo que no te conté, de Celeste Ng.
Los libros que tienes que leer en febrero
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Construye Marta Carnicero un relato a dos tiempos que habla sobre el amor y las distancias, sobre cómo hay alejamientos inexorables. Por un lado están Marcel y Júlia, pareja consolidada que acaba de adoptar a la pequeña Naima, una hija deseada que asiste al desmembramiento de la relación de sus padres, que en el viaje pierde a su padre. Del otro lado está la Naima adulta, contando su propia forma de enfrentar su vida familiar y sentimental, mostrando cómo cada decisión pasada determina nuestro futuro. Escribe Marta Carnicero que “lo que somos depende más de lo que parece del compañero de viaje que nos hemos buscado”.
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Hoy os traigo un clásico que quizá todavía no es pero sin duda será. Thomas Bernhard será leído dentro de 200 años, estoy segura de ello, por eso mi reseña de hoy se olvida de novedades y trae hasta esta estantería un libro de 1984. Si buscas en literatura algo diferente, algo que capaz de sorprenderte, sin duda debes leer “Tala” de Thomas Bernhard.En “Tala” todo es diferente desde su primera página, ya que su autor, con un manejo impecable de la palabra escrita reitera hasta la saciedad expresiones, hechos, conceptos y escenas. Pero tú, que sabes leer bien, empiezas pronto a comprender que no importa el qué, en esta obra lo valioso es el cómo.Es esta obra un soberbio soliloquio en el que Bernhard critica de manera desgarrada al ser humano. Nadie escapa a ira. Pero critica con una prosa tan ingeniosa y tan repetitiva, excesivamente reiterada, que no deja indiferente a quien le lee.Una cena es el escenario único del monólogo. Una cena del alto copete artístico y cultural de Viena, en la que el autor no deja títere con cabeza, como se suele decir. Y este escenario único le da para analizar una cultura podrida, usando para ello unos personajes bien definidos y un escritor resentido, nuestro narrador testigo, que busca compartir una brusca verdad con el lector. ¡Así somos!- parece gritarle desde su prosa sin esperanza.Quizá aún no te he convencido, por eso te digo: tiene “Tala” uno de los mejores finales de novela que jamás he leído. Final que cierra una estructura perfecta y te deja la “hiel” en los labios para que quieras volver a él.Lee tala, y luego, ¿quién sabe?, quizá adoras a Thomas Bernhard
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El inicio del libro pone al lector en guardia: “Lydia está muerta. Pero esto aún no lo saben”. Uno espera una novela negra, pero Celeste Ng despliega un relato de silencios y medias verdades. Estamos en los 70, en Ohio, una familia vive con angustia la desaparición de una de las hijas. Una familia peculiar, encabezada por unos padres que se casaron demasiado jóvenes, una estadounidense y un estadounidense de origen asiático, marcado siempre por su origen y sus rasgos. Todo lo que no te conté habla de la emigración y el desarraigo, de cómo los padres terminan por proyectar sus frustraciones en sus propios hijos. De cómo el silencio termina por pudrirlo todo.
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En tiempos de incertidumbre, el futuro se desdibuja. ¿Vale la pena pensar en él, intentar ser mejor, comprometerse a cambiar las cosas, cuando todo parece fuera de control? La protagonista de Crudo se plantea todo eso cuando está a punto de cambiar de vida, pero lo que hace en realidad Olivia Laing es poner un espejo frente al lector y enfrentarle ante sus miedos, limitaciones y aversiones.
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La "maldita pared" a la que cantaba Bambino separaba a dos personas, pero a la que se refiere Flako tiene otras lecturas. Memorias comenzadas desde la prisión de Estremera, esa pared puede ser la que traspasaba en su carrera como butronero, esos especialistas en reventar establecimientos para entrar a robar. O también las de la prisión, en las que acabó cumpliendo condena. Desde la reinserción, Flako (obviamente no da su nombre real, ni tampoco muestra su cara en entrevistas o actos públicos) nos cuenta una historia apasionante por distinta a las nuestras, y dolorosa por todo lo que conlleva estar fuera de la ley y de la sociedad.
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