Luna Miguel y los libros para combatir la censura
'Incensurable', el último libro de la autora, reflexiona sobre 'Lolita', Nabokov y cómo percibimos las obras que incomodan.
En el año 2029, Lolita de Nabokov ha dejado de leerse, es un libro proscrito. Una profesora de filosofía, Lectrice Santos, se atreve a pronunciar una conferencia sobre el placer en la literatura e incluso a difundir de nuevo esa obra prohibida, desafiando a parte de sus alumnas. Ese es el punto de partida de Incensurable, el nuevo libro (no sería exacto hablar de novela, aunque tampoco de ensayo) de Luna Miguel. La autora de El funeral de Lolita retoma su obsesión por la obra eternamente polémica del autor ruso para reflexionar sobre muchos de los males de la literatura y, por extensión, de la sociedad que nos ha tocado vivir: ¿Qué lleva a censurar una obra de arte? ¿Por qué evitamos hacer frente a lo que no comprendemos o nos resulta incómodo? ¿Por qué preferimos consumir una y otra vez obras clónicas? Hablamos con ella y nos deja varios libros recomendados.
Video: entrevista y libros recomendados de Luna Miguel
El origen de Incensurable, nos cuenta Luna Miguel, está en el club de lectura que coordina desde 2018. “Siempre leíamos mujeres y fue con Nabokov que empezamos a introducir a hombres del canon en nuestro plan de lecturas”, recuerda. “Cuando empecé a explicar el libro a personas que lo conocían, pero que lo desconocían en cierto sentido, y que le tenían miedo, fue cuando se me ocurrió la posibilidad de inventar un personaje o un contexto en el que verdaderamente ese libro fuera absolutamente desconocido. Es decir, cómo explicar Lolita a alguien que no tiene ni idea de qué significa la palabra lolita, que tiene tantas connotaciones, que no tiene ni idea de quién es Vladimir Nabokov, que no tiene ni idea incluso de cómo ha sido la historia de la literatura relacionada con lo erótico o con lo sexual en los últimos 50 años”.
De esa forma, la autora regresaba a un tema recurrente en su obra (“Nabokov me obsesiona y creo que nunca dejaré de tenerla cerca de mí”, confiesa), solo que desde una perspectiva diferente. “Como en los últimos años yo me había rozado un poco con compañeros dramaturgos, me había metido un poco también en el mundo de la performance y del teatro, se me ocurrió que esa forma, ese monólogo, esa conferencia podría ser divertida y dinámica para precisamente presentar este mundo inventado”, explica.
El miedo a los libros
La reacción de parte de las participantes en el club de lectura de Luna Miguel nos lleva a hacernos una pregunta: ¿Por qué se tiene miedo a determinados libros? “Creo que tenemos mucho miedo a muchos libros, también porque se nos escapa el lenguaje”, argumenta la autora. “¿Quién no tiene miedo a abrir el Quijote? Aunque una sepa que el Quijote está en nuestro ADN y que es nuestra identidad casi nacional, hay un lenguaje desconocido, porque a lo mejor no nos hayan enseñado cómo leer un texto de hace tantos años. La Odisea te puede dar miedo, el Ulises te puede dar miedo… Lo complicado da miedo. No entender da miedo porque te sientes tonto, y no queremos que los libros nos hagan sentir tontos, no queremos que los libros nos duelan, no queremos que los libros nos enfaden. Hoy más que nunca se busca la identificación absoluta. Cuántas veces se dice como halago eso de ‘me gusta este libro porque dice lo que yo pensaba’. Eso me parece muy pobre. Nos coloca como lectores en una especie de pedestal en el que solo queremos leer a los otros para que digan lo que pensamos. Ese es el lector criminal del que hablaba Ricardo Piglia”, cuenta.
En el caso de Lolita, además, entramos en el territorio de los tabúes. “El miedo no nos viene porque sea un libro complejo, porque no vayamos a entender todas las referencias, porque su literatura tenga un nivel de exigencia bastante grande, sino que nos da miedo el tema”, indica. “Lo curioso de este libro es que da miedo en todas sus formas y a mí me interesaba descubrir por qué y qué podía hacer yo como lectora, editora, periodista incluso, para intentar derribar esa barrera que muchas veces nos impide acercarnos a él”.
Enfrentarse a lo incómodo
Con Incensurable, por tanto, Luna Miguel decide enfrentarse a lo que incomoda, a lo que confunde, en lugar de a los lugares seguros. “Muchas veces hay temas que no sabemos cómo tratarlos, y no es hasta que nos sentamos a trabajarlos cuando podemos vislumbrar un poco qué va a pasar con ellos”, defiende. “En El funeral de Lolita yo me quería plantear qué pasa si verdaderamente el espejo distorsionado del mundo hace que una niña o una adolescente puedan enamorarse de su profesor. ¿Qué hacemos con ese amor? ¿Ese amor que siente ella es malo? No digo que haya que reivindicar ese tipo de amor, ni romantizarlo, pero sí quiero entender por qué existe y por qué sufre ella”.
"La industria le debe tanto a los grupos de amigas que quedan a leer… Por eso se venden libros, porque las amigas quedan a leer juntas"
En ese sentido, Luna Miguel apuesta por la literatura como un proceso de aprendizaje. “Muchas veces escribir es también equivocarse, o tantear y ver las posibilidades”, explica. “Al final es ficción. Con la ficción uno puede modificar mitos, reescribir escenas que hemos visto e imaginar hasta dónde pueden llegar y qué posibilidades pueden traernos. Muchas veces la escritura también se convierte en ese ensayo para la vida. Igual que la ciencia. Los científicos ensayan constantemente para llegar, y es prueba y error, hasta llegar a una conclusión, y creo que en la literatura también pasa eso. Cuando uno se arriesga y llega a un punto límite, a un tema tabú, también tiene el riesgo de equivocarse y de hacerlo muy mal. Y de hacer mucho daño, incluso con su propia escritura. ¿Eso es censurable? No lo sé, pero ojalá que no. ¿Eso es cuestionable? Sí, pero también uno tiene que dejarse cuestionar como autor”.
Luna Miguel tiene un gran recuerdo de los meses en los que leyeron y comentaron Lolita en su club de lectura. “Fue increíble. Analizamos los colores, los sabores, cómo trata Nabokov el canon también, cómo su Humbert Humbert tiene esos delirios de grandeza de creerse él mismo un gran escritor macho. Nos lo pasamos tan bien que por eso me sentí un poco obligada a pasármelo bien escribiendo y ampliando las investigaciones que había hecho ese verano y convirtiéndolo en Incensurable. Quería demostrar lo divertido que a veces puede ser enfrentarse a un texto que da miedo, lo estimulante que puede ser romper tus propios tabús lectores y lo fascinante que es leer con amigas. Creo que los clubs de lectura han cambiado muchas cosas. La industria le debe tanto a los grupos de amigas que quedan a leer… Por eso se venden libros, porque las amigas quedan a leer juntas”, concluye.
Libros recomendados de Luna Miguel
-
Me gustaría recomendar Confesiones de una editora poco mentirosa, de Esther Tusquets. Me lo estoy releyendo ahora quizá para próximos proyectos, y porque el tema de la edición, los editores, la historia de la edición en España me interesa mucho. Creo que ahí hay mucho que rascar. Con todo esto de la censura me viene también cuál es el papel de los editores a lo largo de la historia, en estos tiras y aflojas. Y Esther Tusquets cuenta la historia de cómo crean Lumen, de cómo era el mundo de la edición a mediados, finales del siglo XX español, y está plagado de anécdotas súper divertidas y de cosas que no te imaginas. Yo no me imaginaba, nunca me imaginé que Lumen fuera una editorial de textos bíblicos para adolescentes. Es fascinante.
-
Una vocación de editor de Ignacio Echeverría sobre la figura de Claudio López Lamadrid. Yo adoro a Claudio, él fue mi maestro, yo empecé a hacer prácticas con él en Literatura Mondadori cuando tenía 20 años, y es un editor al que admiro muchísimo. Falleció hace ya unos años y no me olvido de él. Esta pequeña historia de la edición a través de la figura de Claudio me parece fundamental y además muestra mucho esa obsesión que tenía por mostrar las relaciones entre España y Latinoamérica, que aunque ahora parece muy evidente y tenemos mesas de novedades en las que hay muchas autoras y muchos autores latinoamericanos, hace 10 años no era así.
-
Betina es la primera autora en ganar el premio Tusquets,y es una mujer que analiza en este libro la importancia de la emoción en la escritura, un sentimiento del que pocas veces hablamos. Quizá lo asociamos a la música o a otras disciplinas artísticas, pero ella habla de la importancia de la emoción a la hora de escribir, y parte de una anécdota de Nabokov, es decir, que ahí hay como algo que nos une, y es una especie de resumen de sus talleres de escritura creativa en Argentina. A toda persona que esté interesada en escribir se los recomiendo, porque da unas claves y cuenta unas historias (y unos cotilleos también) de lo que significa ser escritora, lo que significó ser una escritora muy joven que gana un premio muy importante dentro de la industria.
-
Es una autora a la que quiero mucho, y es una historia de cómo consigue reconciliarse con su padre cuando éste muere, y ella hereda su biblioteca. Se me ponen los pelos de punta solo de pensarlo: va sacando cajas, guardando libros, encontrando notas, cosas que su padre metía entre los libros, y ella hace una historia de su padre a través de esa herencia un poco envenenada que a veces es heredar una biblioteca de un macho.